Un periodista le hizo una pregunta el lunes a John Kerry en una rueda de prensa en Londres. Y la respuesta, quizá no planeada y luego calificada de pura "retórica", del secretario de Estado de Estados Unidos disparó una alternativa.

Kerry dijo que EE.UU. no atacaría Siria si el gobierno de Bashar al Asad entrega antes de la próxima semana sus armas químicas.

Moscú recogió el guante e hizo suya la propuesta de manera formal para evitar una acción militar contra Siria: que el régimen ponga su arsenal de armas químicas bajo control y que luego sean destruidas.

En realidad, dijo Rusia este martes, la propuesta ya había sido discutida entre el presidente estadounidense, Barack Obama, y su par ruso, Vladimir Putin, la semana pasada.

"Lo que el presidente dijo anoche refleja dónde estamos esta mañana: vemos esto como un desarrollo potencialmente positivo y vemos esto como un resultado claro de la presión que se ha ejercido sobre Siria"

Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca

¿Pero qué tan factible es que esto ocurra?

"Es una opción interesante y abre una posibilidad de negociación porque para implementar una entrega de armas químicas se precisa que haya una comisión de verificación. Esta necesitaría un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU y un alto el fuego", le dice a BBC Mundo Mariano Aguirre, director del Norwegian Peacebuilding Resource Centre (Noref).

"A partir de ahí quizá haya una oportunidad para negociar otras cuestiones", agrega.

Visto bueno

Serguéi Lavrov

El canciller ruso dijo que Rusia y Siria trabajan ya en un "plan concreto, claro y eficaz".

Salvo parte de la oposición siria, hasta el momento no se han escuchado voces contrarias a la propuesta.

De entrada, Damasco la vio con buenos ojos y Washington la acogió horas después, en lo que se consideró un inesperado salvavidas para su presidente.

En dos apoyos cruciales, Irán y China, que se oponen a un intervención militar, también se sumaron. Y la Liga Árabe y la Unión Europea dieron el visto bueno, aunque la oposición siria la desestimó, por considerar que se trata de una maniobra política para evitar un ataque.

El canciller sirio, Walid al-Moualem, de visita en Moscú, dijo este martes que Damasco había acordado la iniciativa rusa porque "removería los argumentos para una agresión estadounidense".

El presidente Barack Obama, en medio de un intenso lobby y un "bombardeo mediático" en busca de la aprobación del Congreso para lanzar un ataque en represalia por el presunto ataque químico del 21 de agosto, dijo que la propuesta es un paso "positivo" y que si el régimen sirio la acepta se suspendería "absolutamente" un ataque, pero dijo que se mantenía escéptico y advirtió de que no aceptará tácticas dilatorias.

La Casa Blanca aclaró este martes que Obama continuará con su plan de pedir al Congreso aprobación para el uso de la fuerza militar en Siria.

"El proceso de inspección será largo, pero la actuación en esa dirección debe iniciarse de inmediato"

Guido Westerwelle, ministro de Asuntos Exteriores de Alemania

"Lo que el presidente dijo anoche refleja dónde estamos esta mañana: vemos esto como un desarrollo potencialmente positivo y vemos esto como un resultado claro de la presión que se ha ejercido sobre Siria", dijo Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca.

Carney dijo que había varias razones para mostrarse escépticos y aseguró: "Antes de esta mañana, el gobierno sirio nunca había reconocido que tenía armas químicas. Ahora tienen", señaló.

"Plan concreto"

Francia anunció este martes que modificará el proyecto de resolución que concretaría la propuesta, antes de ser presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU, luego de que Rusia rechazara el documento inicial calificándolo de "inaceptable".

Aunque Reino Unido, Francia y Estados Unidos esperaban entregarlo este martes, la reunión fue pospuesta a pedido de Rusia.

"El problema serán algunos grupos armados de la oposición que quizá no tengan interés en que Bashar al Asad cumpla con este acuerdo y lo intenten dinamitar. También los grupos paramilitares que al parecer operan para el gobierno. Este puede argumentar que no los controla"

Mariano Aguirre, director del Norwegian Peacebuilding Resource Centre

El vocero del Ministerio de Exteriores francés, Phillipe Lalliot, dijo que París está listo para realizar los arreglos necesarios al borrador, siempre y cuando se preserven los principios esenciales.

Más temprano, el canciller ruso Serguéi Lavrov dijo que Rusia y Siria estaban trabajando ya en un "plan concreto, claro y eficaz" para poner bajo control internacional las armas químicas sirias.

"El proceso de inspección será largo, pero la actuación en esa dirección debe iniciarse de inmediato", indicó el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle.

En esa línea también se expresó el canciller francés, Laurent Fabius, quien dijo que era necesario que los primeros compromisos sirios "sean casi inmediatos", comenzando por la adhesión del país a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).

¿Cómo implementarla?

La propuesta tiene además el desafío de su implementación. ¿Qué tan factible sería aplicar el plan? Esa es la gran pregunta.

Barack Obama

Barack Obama se encuentra en medio de un intenso lobby para convencer al Congreso y a la opinión pública.

Aguirre, director del Noref, menciona algunos de los desafíos a los que se enfrenta el plan: "El gobierno de Siria tiene que facilitar toda la información (arsenales, localización), el Consejo de Seguridad de la ONU tiene que ponerse de acuerdo en crear una comisión de verificación con un mandato consensuado. Damasco lo tiene que aceptar".

"El problema –agrega– serán algunos grupos armados de la oposición que quizá no tengan interés en que Bashar al Asad cumpla con este acuerdo y lo intenten dinamitar. También los grupos paramilitares que al parecer operan para el gobierno. Este puede argumentar que no los controla".

El camino hacia el control y la destrucción de arsenales químicos de Siria no será fácil, dice la corresponsal de asuntos diplomáticos de la BBC, Bridget Kendall.

El gobierno sirio tendría que confirmar que de hecho tiene armas químicas e identificar exactamente qué cantidades de productos químicos se almacenan en cuál ubicación.

Tal declaración tendría que ser verificada, probablemente por inspectores de la ONU, que tendrían que ir al terreno a confirmar que lo que dice el gobierno sirio se corresponde con sus hallazgos.

"Es posible que tanto rusos como sirios lo vean más como una táctica dilatoria para tratar de retrasar una acción militar o de socavar el de por sí débil apoyo público a un ataque."

Bridget Kendall, corresponsal de asuntos diplomáticos de la BBC

E incluso eso podría no dar por terminadas las discusiones sobre si la lista estaba completa y si Asad mantiene un arsenal químico oculto.

No hay que olvidar las variadas visitas a Irak de los inspectores de armas de Naciones Unidas durante más de diez años y las discusiones previas a la invasión en 2003.

Y, aunque se superen los obstáculos diplomáticos, existen problemas prácticos de colocar inspectores de la ONU en un país en guerra.

¿Podrán todas las partes respetar un alto el fuego para que accedan a los sitios? ¿Se podrá garantizar su seguridad en zonas del país donde ningún bando tiene el control absoluto?

Es posible, considera Kendall, que tanto rusos como sirios lo vean más como una táctica dilatoria para tratar de retrasar una acción militar o de socavar el de por sí débil apoyo público a un ataque.

Todas las partes quieren aparecer alentando una solución pacífica al conflicto, agrega, incluso si sólo hay una pequeña posibilidad de que la propuesta de entregar el arsenal sea la manera de conseguirla.