Cuando Graham MacIndoe estaba sentado en su celda de la cárcel de Rikers Island en Nueva York, en 2010, supo que había tocado fondo.

Después de pasar su infancia viviendo en un par de pequeños pueblos en Escocia, se fue a estudiar pintura en la Escuela de Arte de Edimburgo y fotografía en el Colegio Real de Arte de Londres.

Luego se trasladó a Nueva York para seguir sus sueños.

Y se hicieron realidad: Graham viajó por el mundo para tomar retratos de celebridades como Michael Jackson, Tony Bennett y The White Stripes para publicaciones como la revista Q y los diarios The New York Times y The Guardian.

Graham tenía todo, pero las presiones de su vida lo llevaron a una adicción al alcohol, la cocaína y la heroína.

Finalmente, fue enviado a la cárcel de Nueva York cuatro meses por posesión de drogas y pasó un período de cinco meses en un centro de detención de inmigrantes.

"Estaba bebiendo en grande. La gente estaba drogándose, algo que nunca había hecho antes y yo dije: 'Lo voy a intentar'", recuerda Graham.

"Lo que comenzó como algo de fiestas y a veces con amigos, se convirtió en un verdadero y grave hábito que se volvió adicción y luego algo a lo que era totalmente incapaz de hacer frente", dice.

Retratos personales

El instinto de fotógrafo nunca abandonó a Graham, incluso en su punto más vulnerable.

A medida que la espiral en su adicción iba más y más lejos hacia una soledad sombría, comenzó a tomar fotos de sí mismo.

Varias de estas imágenes forman parte de la recientemente inaugurada muestra Graham MacIndoe: Coming Clean("Graham MacIndoe: Dejando las drogas"), que se expone en la Galería Nacional Escocesa del Retrato de Edimburgo, Escocia.

No lo hizo para nadie o por alguna razón, sino que, al igual que muchos artistas, instintivamente estaba expresando lo que le pasaba a través de su trabajo fotográfico.

El resultado es "gráfico, inquebrantable y potente", se explica en el sitio de la galería.

"Alcancé a verme en un espejo una vez. Estaba en el apartamento de alguien cuando la gente estaba usando drogas. Me miré y pensé: 'Vaya, así de mal me veo'. Me di cuenta de fotografiarme a mí mismo era más relevante que fotografiar a otras personas", dice Graham.

Annie Lyden, curadora de fotografía internacional en la Galería Nacional de Escocia, dijo: "Una de las razones de peso para la adquisición de las obras fue en realidad que son como ninguna otra cosa que haya visto".

"Hay un montón de fotógrafos que ponen su atención al consumo de drogas, pero normalmente su posición es de voyeurs y lo que es tan interesante sobre el trabajo de Graham es quela cámara estaba sobre sí mismo, así que no había ningún sentido de explotar a nadie en sus momentos más débiles y vulnerables", considera Lyden.

"Volver a levantarte"

Con ayuda de su pareja, la periodista y escritora Susan Stellin, Graham se las arregló para terminar con la adicción a las drogas.

Lleva casi 8 años sin consumir y regresó al arte de captar a los rostros más famosos del mundo, como el actor Matthew McConaughey.

También es profesor de fotografía en la Parsons College en Nueva York, la ciudad en la que sigue viviendo.

Stellin escribió el libro Addiction, Prison, Recovery, Love: One Couple’s Memoir ("Adicción, prisión, recuperación, amor: memoria de una pareja") acerca de su historia.

Graham dice: "Ciertamente no estoy haciendo retratos con glamour. Lo que estoy mostrando, al desnudo, es qué es lo que pasaba conmigo".

"Lo que quiero que la gente se lleve es que puedes caer muy bajo pero puedes volver a levantarte y estar limpio y saludable y encontrar la recuperación".