¿Pueden los gobiernos quedarse sin dinero?

En Reino Unido y Estados Unidos, los partidos políticos prometen derroches de gastos para apaciguar a los votantes después de una década de apretarse el cinturón.Ya se trate de más enfermeras, promesas de impuestos congelados, internet de banda ancha gratis o más viviendas sociales en Reino Unido; o recortes de impuestos e inversiones en energía verde en Estados Unidos, el gasto público está a punto de aumentar.En Latinoamérica, entre tanto, ante el descontento social y las protestas, mandatarios como el chileno Sebastián Piñera se han visto obligados a prometer desde el establecimiento de un ingreso mínimo para trabajadores hasta reducciones en los precios de transporte y medicamentos. Lo cumplan o no, este abandono repentino de la rectitud fiscal se produce cuando se está haciendo cada vez más prominente una forma de pensar sobre el dinero, el gasto y la economía conocida como la teoría monetaria moderna (MMT, por sus siglas en inglés).Según su arquitecto clave, el empresario estadounidense Warren Mosler, se basa en una idea simple: que los países que emiten sus propias monedas nunca pueden quedarse sin dinero de la misma manera que un negocio o una persona.
Es importante entender eso -dice Mosler- porque significa que cuando alguien dice que el gobierno no puede hacer algo por falta de dinero, simplemente no escierto. Un gobierno no puede quedarse sin dinero de la misma manera que un estadio de fútbol puede quedarse sin goles marcados.La teoría se ha vuelto popular entre los economistas y pensadores políticos, particularmente de la izquierda, como la estrella en ascenso de los demócratas estadounidenses Alexandria Ocasio-Cortez.Gasto e impuestos
La historia comienza con el deseo de cualquier gobierno de financiar servicios públicos, lo que hace a través de los impuestos. Los ciudadanos necesitan dinero para pagar ese impuesto, y trabajan para obtenerlo, dice Mosler.¿Quién es Warren Mosler?
Mosler comenzó su carrera financiera en la banca en 1973 recaudando préstamos en la Caja de Ahorros de Manchester en Connecticut. Además de administrar dinero, también ha construido autos superdeportivos y un ferry. Vendió sus negocios de automóviles y un banco que poseía en 2013.Él opera desde su base en las Islas Vírgenes de Estados Unidos.Los bancos centrales inyectaron unosUS$11 billones en el sistema financiero mundial mediante la compra de bonos gubernamentales y deuda corporativa a través de lo que se conoce como flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés).Durante ese tiempo, la inflación se ha mantenido moderada. Entre el grupo G7 de grandes economías, Canadá tiene actualmente los mayores incrementos anuales de precios a un manejable 1.9%.Y aunque los defensores de la MMT argumentan que la QE ha elevado los precios de los activos, empeorando la desigualdad, creen que eso podría haber sido remediado por un gasto gubernamental más generoso, algo que creen que es necesario para ayudar a las economías en crisis a recuperarse.Eso ha llevado a algunos a comparar la MMT con el trabajo del fallecido economista británico John Maynard Keynes, quien también argumentó que las economías en crisis deberían gastar más para reactivar el crecimiento.Ahora, después de una década de recortes y austeridad, los políticos de todo tipo parecen dispuestos a gastar, y las discusiones sobre la MMT se han convertido en el centro de atención.Sin embargo hay otras críticas técnicas de la teoría.
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