Primer portaaviones de China: la extraordinaria historia de cómo Pekín consiguió tener el Liaoning

Muchas cosas podían salir mal cuando en noviembre de 2001 un armatoste herrumbroso de 300 metros de largo y 50.000 toneladas de peso ingresó jalonado por 11 remolcadores en el Bósforo.El conocido estrecho de Estambul es una de las vías marítimas más importantes del mundo al servir de conexión entre Europa y Asia. Por su interior transitan cada día 130 embarcaciones en promedio. Unas 48.000 al año.También es una ruta difícil de navegar, con una forma de S que obliga a dar giros marcados y con algunos recovecos en los que apenas hay unos 700 metros de separación entre las dos orillas, lo que incrementa las probabilidades de un accidente.Por ese motivo las autoridades turcas tardaron más de 15 meses en autorizar el tránsito del Varyag, un portaaviones soviético que estaba a medio construir cuando terminó la Guerra Fría y que Ucrania vendió en 1998 a Xu Zengping, un empresario chino que prometía convertirlo en el casino flotante más grande del mundo, dotado con restaurantes y hoteles.Tres años más tarde, a comienzos de noviembre de 2001, fue noticia alrededor del mundo cuando Turquía cerró el Bósforo para permitir el paso de esa enorme mole de hierro.
- El plan naval de China para superar a la Armada de Estados Unidos y controlar el Pacífico en 2030
- "China no se conforma con ser una de las principales potencias, está tratando de dominar el mundo"
Una joya inconclusa
Cuando en 1985 se inició la construcción del Varyag, este portaaviones clase Almirante Kuznetsov estaba destinado a convertirse en la joya de la Armada soviética.El colapso de la superpotencia comunista en 1991 dejó la nave inacabada en un puerto de Ucrania en el mar Negro.El portaaviones estaba construido en un 70%.Pese a ello, el Varyag era entonces el bien más valioso del astillero estatal Nikolayev, que se encontraba en bancarrota, por lo que en 1992 se acordó su venta.El gobierno de China, que desde la década de 1970 había querido dotarse de una embarcación de este tipo, envió a Ucrania una delegación que tras inspeccionar la nave recomendó su compra.Un portaaviones a precio de saldo
El 19 de marzo de 1998, las autoridades ucranianas realizaron una subasta que les permitiría deshacerse finalmente del Varyag.Recibieron ofertas de compradores procedentes de varios países, incluyendo Estados Unidos, Australia, Corea del Sur y Japón.Pero el ganador venía de China: Xu Zengping, quien ofreció US$20 millones,aunque final terminó pagando unos US$10 millones adicionales como recargo por el retraso en honrar los pagos acordados, que concluyeron el 30 de abril de 1999.Tras ganar la subasta, Xu organizó el envío inmediato a China en ocho camiones cargados con los planos requeridos para la construcción y operación del portaaviones. Su número era tal que pesaban 40 toneladas.Conocido por ser la cabeza de Chinluck Holdings, una corporación con sede en Hong Kong con intereses en los sectores de comercio, bienes raíces y entretenimiento, el empresario chino había empezado las gestiones para comprar el portaaviones desde 1996, mucho antes de que se convocara la subasta.La tapadera
En una entrevista exclusiva con el diario hongkonés South China Morning Post (SCMP) en 2015, el empresario chino relató que en 1996 fue contactado por oficiales de la Armada de China que le pidieron que comprara el Varyag para su país.Xu tenía un pasado en la vida castrense y había sido el capitán del equipo de baloncesto en el comando militar de Cantón, en el sur de China.Según aseguró en la entrevista, su misión tenía dos dificultades iniciales: sus contactos le advirtieron que tenía que usar su propio dinero -la Armada no disponía de fondos- y, además, la operación no contaba con autorización de Pekín."Fui elegido para hacer la negociación. Me di cuenta de que era una misión imposible porque comprar algo como un portaaviones debería ser un compromiso nacional, no de una compañía o de un individuo. Pero mi pasión me llevó a aceptar la misión porque era una oportunidad única para que China comprara un portaaviones nuevo de un astillero estatal ucraniano casi en bancarrota", dijo Xu al SCMP.Sea cierta o no su versión, para abril del año 2000 era evidente que Pekín ya tenía una actitud abiertamente favorable hacia la compra del portaaviones.En ese momento, el entonces presidente de China, Jiang Zemin, visitó Ankara, donde prometió abrir su mercado a las exportaciones turcas y estimular el turismo chino hacia ese país.De acuerdo con el SCMP, en el cambio de postura de Pekín hacia el portaaviones influyó el hecho de que en mayo de 1999 las fuerzas estadounidenses bombardearon la embajada de China en Belgrado, en lo que aún es considerado como un oscuro episodio de la Guerra de Kosovo.Una deuda pendiente
De acuerdo con el relato de Xu, cuando recibió el encargo de comprar el Varyag tuvo que incurrir en numerosas deudas para sufragar los costos."US$20 millones fue solamente el precio de subasta del portaaviones. De hecho, yo tuve que pagar al menos US$120 millones por la operación entre los años 1996 y 1999. Pero aún no he recibido ni una moneda de nuestro gobierno. Yo simplemente lo entregué a la Armada", le dijo en 2015 al SCMP.Según el relato del empresario, para hacer frente a los gastos se vio en la necesidad de vender su residencia palaciega ubicada en el exclusivo barrio de The Peak, como se conoce coloquialmente a la cumbre Victoria de Hong Kong; hipotecar una propiedad de 26.000 metros cuadrados en la isla de Peng Chau y pedir prestados unos US$30 millones de un amigo.Ahora puedes recibir notificaciones de BBC Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.https://www.youtube.com/watch?v=ZxEkMGziyDUhttps://www.youtube.com/watch?v=h_owvq-IB6Uhttps://www.youtube.com/watch?v=OVd1oYV3Qbc
Noticias relacionadas