La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, anunció este lunes en cadena nacional que disolverá la Secretaría de Inteligencia del país y que presentará un proyecto de ley para la creación de un nuevo organismo.
"Hay que comenzar a trabajar por un proyecto de reforma del sistema de inteligencia argentino, ya que el existente no ha servido a los intereses nacionales", afirmó la mandataria.
Fernández explicó que los servicios de inteligencia han mantenido la misma estructura desde el fin del gobierno militar en 1983.
"Hemos visto una suerte de calesita permanente de fiscales, jueces y medios de comunicación que evidentemente ha quedado al descubierto y que hay que cortar de cuajo", dijo.
Según la mandataria, la "Agencia Federal de Inteligencia" estará a cargo de un director y subdirector postulados por el Poder Ejecutivo con la aprobación del Senado.
Su anuncio llega una semana después de la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman el 18 de enero, horas antes de que testificara ante el Congreso en contra de funcionarios del gobierno.
Nisman estaba encargado de investigar el atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) que dejó 85 muertos en 1994.
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Esta es la primera vez que la mandataria se refiere en detalle al "desgraciado suceso" de la muerte de Nisman, de la que -según dijo- se enteró de madrugada, no antes.
"No hay un solo abogado que pueda creer que eso haya sido escrito por un fiscal", dijo Fernández refiriéndose a la denuncia presentada por Nisman el 14 de enero, en la que denunciaba a la mandataria y al canciller Hérctor Timerman de obstruir la causa de la AMIA y de negociar la impunidad de los acusados iraníes.
"Es descabellado pensar que nuestro gobierno pueda siquiera ser sospechado de eso. Es tan absurda la denuncia que no cabe delito", aseguró Fernández.