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Berlin ha venido siendo transformada por su popularidad.
¿Cuántos millones pagaría usted por un ático en un nuevo y futurista complejo residencial con una vista panorámica de Berlín?
No cualquier edificio, vale la pena aclarar. Se trata de una construcción con una fachada metálica brillante y ángulos agudos, la primera propiedad residencial en Europa diseñada por el famoso arquitecto Daniel Libeskind.
"No hemos fijado un precio todavía", dice el constructor del proyecto, Nikolaus Ziegert.
Sapphire sigue siendo una obra en construcción, pero en una visita relámpago es fácil entender su atractivo para compradores acaudalados extranjeros.
En muchos sentidos, este edificio de US$ 43 millones simboliza el aburguesamiento de la ciudad.
Sin duda ha generado controversia y opiniones divididas en el barrio histórico de Mitte.
El mercado inmobiliario de lujo está al rojo vivo en este barrio.
Desde el techo del edificio Sapphire se observan, en casi todas las direcciones, grúas trabajando en la construcción de un nuevo Berlín.
Hace poco más de una década, el alcalde de Berlín, declaró a la ciudad "pobre pero sexy", una reputación que ayudó a atraer empresas innovadoras y creativas.
Pero ahora, con sus fortunas cambiando rápidamente y con el aburguesamiento que esto ha generado, ¿está Berlín en peligro de convertirse en una víctima de su propio éxito?
Su población ha estado creciendo rápidamente, y en los últimos cinco años también han aumentado los alquileres. Algunos lugareños han tenido que irse por no poder pagar la renta.
En auge
Para Ziegert, el negocio está en auge.
Nikolaus Ziegert es uno de los empresarios que se beneficia de la bonanza inmobiliaria.
Él creó su empresa de propiedad inmobiliaria hace 30 años en el oeste de Berlín, cuando la ciudad aún estaba dividida, con sólo tres empleados.
Ahora, tiene una facturación de unos US$300 millones y 180 empleados.
Ziegert disfruta de viajar en un auto Maserati antiguo, con chofer.
Pero él no encaja en el estereotipo de un promotor inmobiliario impetuoso.
Es consciente de las tensiones que el desarrollo puede crear.
"El aburguesamiento de un barrio tiene que ser visto desde dos ángulos", dice.
"El primero, por supuesto, es el del inquilino.
"En Berlín, cuando los precios suben, la gente se siente insegura.
"Por otro lado, la valorización del barrio también significa cambio y el progreso.
"Y aunque sea desagradable para algunos, sigue siendo muy importante para la ciudad que llegue inversión nueva."
División
En muchos sentidos, Berlín sigue siendo una ciudad dividida en dos.
Por un lado, hay una comunidad de empresas nuevas de alta tecnología creciendo a toda velocidad.
Michael Plaumann vive en un refugio para habitantes de la calle.
Por otro lado, la tasa de desempleo de la ciudad es de más de 10%, en comparación con sólo el 6% para el resto de Alemania.
Michael Plaumann es un desempleado. Vive en un refugio para desamparados en Neukoelln, un área que está en la mira de los urbanizadores como el siguiente epicentro de actividad constructora.
Para complementar su subsidio de desempleo, vende en los trenes de Berlín un periódico editado por habitantes de la calle.
"Es muy difícil encontrar un apartamento para mí", dice.
"Es por eso que he estado viviendo en un refugio por un tiempo, pues los apartamentos se han vuelto muy caros".
"Yo quiero vivir en mi barrio. En Neukoelln. He estado allí durante 15 años", dice.
"Lo que me molesta es que en Berlín, más y más barrios se están convirtiendo en guetos. Berlín no está cambiando para mejor."
Empresarios
Lisa Jaspers no gana no mucho más de lo que Plaumann recibe en subsidios estatales. Pero ella es feliz.
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La ciudad es una importante capital cultural.
Creó su propia empresa hace dos años, después de dejar un bien remunerado puesto de trabajo.
Su firma, Folkdays, es un negocio de moda y accesorios en línea, procedentes de artesanos de todo el mundo.
"Creamos diseños que sabemos que ellos pueden hacer," dice ella.
"Y de hecho vendemos nuestros productos en línea, ya que significa que realmente podemos ofrecer nuestros productos a un precio razonable".
Jaspers también vive en Neukoelln, el mismo barrio de Plaumann, un área que tipifica el aburguesamiento de Berlín.
"Veo ventajas y desventajas", dice ella.
"Tengo que decir que estoy bastante contenta con el hecho de que tantas personas de todo el mundo quieran vivir aquí".
La caída del muro de Berlín trajo la libertad e inspiró una escena fresca y creativa.
Los bajos alquileres ayudaron a formar una animada escena musical con discotecas alternativas.
En muchos aspectos eso fue la fundación del Berlín moderno.
No es Beverly Hills
Roger Baptist, conocido como Rummelsnuff, trabajó como portero de discoteca durante muchos años antes de empezar una carrera de tiempo completo en la música.
Cuenta con más de tres millones de visitas en YouTube, un contrato discográfico y una película en camino. Con 49 años de edad, vive en un antiguo cuartel de la Segunda Guerra Mundial.
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Algunos temen que Berlín sea víctima de su propio éxito.
"No es Beverly Hills", dice mientras me da un tour.
Tiene un estudio de grabación improvisado, y la música que produce le genera suficiente dinero para hacer lo que quiere.
"El peligro para Berlín, sobre todo para el centro de la ciudad, es que la gente se muda allí y, debido a que es una zona de discotecas, se quejan del ruido con la policía, lo que obliga a las discotecas a cerrar", advierte.
"Necesitamos un centro urbano ruidoso. De lo contrario se vuelve aburrido".
Rummelsnuff es una mezcla de Popeye con punk.
Al igual que muchos músicos, se sintió atraído a Berlín por su energía, su actitud abierta y los precios asequibles de los alquileres.
El desarrollo es necesario para impulsar el crecimiento económico de Berlín, pero el peligro es que mientras más hay se volverá cada vez menos atractivo para los artistas y creativos.
Esta onda cultural ha ayudado a atraer a profesionales bien pagados desde el resto de Alemania y otros países.
Las grandes compañías se están mudando también.
Gestores de ideas
La industria de investigación y desarrollo de Berlín está creciendo tan rápido que se ha ganado el apodo de Silicon Alley ("Corredor de silicon").
Julia Leihener trabaja allí como "gestora de ideas" para la firma Deutsche Telekom.
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La capital alemana se caracterizaba anteriormente por tener alquileres baratos.
Ella y su equipo desarrollan nuevas ideas, desde tecnología para los hogares inteligentes hasta el futuro de los teléfonos móviles.
Julia llegó aquí hace 15 años y todavía piensa que es una gran ciudad para trabajar, pero tiene preocupaciones acerca de la comercialización de Berlín.
"Es bueno y malo si el dinero está entrando," dice.
"Donde yo vivo, realmente se puede ver como todo se ha vuelto más refinado. Hasta el punto que me mudé porque el barrio se había vuelto demasiado refinado.
"Hay una gran tensión en crecimiento, puedo sentirlo en mi zona".
Berlín aún tiene mucho camino por recorrer antes de llegar a ser la capital inasequible y aburguesada en que muchas personas predicen que va a convertirse.
El gran desafío es cómo seguir combinando su creatividad con el capitalismo, sin perder lo que la hace tan especial.
El nuevo Berlín
Ziegert cree que su urbanización de lujo, Zafiro, representa al nuevo Berlín.
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Berlin combina desarrollo con creatividad.
"Este es un gran ejemplo de cómo la cultura y el arte más refinados pueden al mismo tiempo ser una inversión interesante", dice.
"El reto es encontrar el equilibrio entre el pasado y el futuro, entre ricos y pobres, entre el arte y la funcionalidad. Para mí, Daniel Libeskind es el arquitecto que representa el arte en la arquitectura".
¿Y en cuanto al ático?
"Estamos muy entusiasmados con saber quién va a comprar esto al final. No tenemos prisa, preferimos esperar a un comprador que aprecie esta propiedad".