La viuda más adinerada de Silicon Valley, heredera de la fortuna del fundador de Apple, tiene una nueva causa: una reforma migratoria que ampare a los jóvenes indocumentados del país.

Lauren Powell Jobs está utilizando el legado de su esposo, el legendario Steve Jobs, para apoyar legislación proinmigrante -como el DREAM Act- que legalizaría a millones de jóvenes.

El tema está entre las prioridades de la agenda noticiosa estos días: el lunes, un grupo de senadores demócratas y republicanos formularon una propuesta detallada que allanaría el camino a la normalización de la situación de esta masa sin papeles. Se espera que este martes el presidente Barack Obama dé a conocer sus planes para reformar el sistema en un discurso en la ciudad de Las Vegas.

Pero los esfuerzos de Jobs representan una nueva tendencia relativamente nueva en el mundo de la tecnología: en el pasado, sus principales representantes habían evitado pronunciarse en la causa de millones de indocumentados que viven en Estados Unidos, miles de ellos en los estados donde operan sus empresas.

Durante años las compañías de tecnología abogaron sólo por visas para sus empleados y para aumentar las cuotas de ingenieros, científicos y otros inmigrantes con un alto nivel educativo.

Empresas como Microsoft, Intel y Hewlett-Packard gastaron millones de dólares en la última década haciendo cabildeo en Washington para contratar a los empleados extranjeros vitales para su industria.

Visas sólo para nerds

El año pasado, Silicon Valley y empresas como Facebook y Google presionaron en favor de dos proyectos de ley, uno que otorgaría 55.000 visas a inmigrantes titulados en ciencias, matemáticas, ingeniería y tecnología, y el segundo para beneficiar a empresarios con US$250.000 para invertir en el país.

Los argumentos eran claros. Según un estudio de la Fundación Kauffman, en el 2011 el 25% de las empresas de tecnología en el país fueron fundadas por inmigrantes, y en Silicon Valley la cifra alcanzó el 43,9%.

"El anuncio del presidente que una reforma migratoria sería una prioridad para su segundo mandato, le ha dado una nueva apertura al tema "

Muzaffar Chishti, de la Universidad de Nueva York

En ese entonces, Gary Shapiro, presidente del grupo que reúne a empresarios de la industria de la tecnología, la Consumer Electronics Association, declinó unirse a quienes buscaban una reforma migratoria más inclusiva y no sólo visas de tecnología.

"Me parece incomprensible favorecer a gente que a lo mejor es analfabeta, no habla el idioma, tiene problemas de salud, que son una carga para nuestra sociedad, por encima de gente saludable, con educación y doctorados", afirmó Shapiro, marcando una diferencia entre los inmigrantes "calificados" y los millones que han cruzado la frontera en busca de una mejor vida.

Pero los dos proyectos de ley fueron rechazados por el Congreso. Shapiro, por su parte, ha cambiado el tono: hace dos semanas declaró en una conferencia de tecnología que ahora apoya una legislación más inclusiva y dijo que se necesita "desesperadamente" una reforma migratoria.

¿Por qué el cambio? La diferencia la marcó la reelección de Barack Obama con un fuerte apoyo de los votantes latinos, que en su mayoría respaldan una reforma migratoria integral, según explica Muzaffar Chishti, director del Instituto de Política Migratoria en la Universidad de Nueva York (NYU).

Antes todo era no. Ahora, de pronto sí.

"Antes de la elección la respuesta del Congreso era: no, no y no a cualquier propuesta relacionada a inmigración por más limitada que fuera", dijo Chishti a BBC Mundo.

"El anuncio del presidente que una reforma migratoria sería una prioridad para su segundo mandato, le ha dado una nueva apertura al tema y el impulso en favor de una reforma amplia, y no por pedacitos", afirma Chishti.

Según el analista este nuevo ímpetu, que incluye ahora también voces republicanas, está uniendo al sector empresarial, los sindicatos y los grupos proinmigrantes en favor de un paquete legislativo amplio que los beneficie a todos.

"La recuperación de la economía también es importante porque ha mejorado el ánimo del país, cuando la economía está mal es muy difícil avanzar las causas de los inmigrantes, por más lógicos que sean los argumentos", agrega el experto.

Nuevos aliados

El respaldo del sector de la tecnología representa un apoyo clave para lograr una fuerte coalición proinmigrante en Washignton, afirma Ali Noorani, director ejecutivo del Foro Nacional de Inmigración.

"Ellos juegan un papel enorme, porque son generadores de empleo, innovadores por definición y tienen una influencia política única", anotó Noorani, e indicó que su coalición está en conversaciones con este sector para lanzar una nueva iniciativa para presionar al Congreso.

Aunque no se ha logrado ningún avance legislativo en el tema de inmigración en décadas, Noorani es optimista en que esta vez los esfuerzos darán fruto.

"Las cosas son diferentes ahora, el electorado latino y asiático es clave para el futuro políticos de ambos partidos políticos, y apoyan una reforma. También vemos que los empresarios, la comunidad religiosas e incluso las agencias policiales están presionando a los miembros conservadores del Congreso para que cambie la ley", señaló.

Sin embargo Chishti advierte que si una reforma amplia encuentra muchas trabas en el Congreso, es posible que los diferentes grupos se dividan y "abandonen la enchilada completa y se vayan en busca de las migajas".