Su trabajo es similar al de un malabarista.
Cada día Sean Spicer tiene que hacer equilibrios para mantener una relación llevadera con la prensa, al mismo tiempo que defiende las posiciones del presidente estadounidense, Donald Trump, quien tiene una abierta confrontación con los medios de ese país.
El nuevo portavoz de la Casa Blanca tuvo su primer cara a cara con los periodistas apenas unas pocas horas después de haber asumido el cargo, cuando intentó desmentir la información sobre la menor asistencia de público a la toma de posesión de Trump en comparación con la del presidente Barack Obama en 2009.
Spicer acusó a los medios de mentir de forma deliberada y de tomar fotografías desde un ángulo escogido para minimizar la magnitud del apoyo que los ciudadanos dieron a Trump ese día.
Desde ese primer encuentro con la prensa en la Casa Blanca, los choques de Spicer con los medios no han cesado, pero, de alguna manera, esta tensa relación parece haber sido mutuamente beneficiosa: los medios y la Casa Blanca han despertado el interés de la audiencia.
Telenovela presidencial
Cuando cada día pasado el mediodía, Spicer aparece en la sala de prensa de la Casa Blanca aumentan las cifras de audiencia de las cadenas de noticias que transmiten su comparecencia en vivo.
Las ruedas de prensa del portavoz gubernamental compiten en número de televidentes con programas que transmite la televisión estadounidense en horario estelar como "MasterChef Junior", que suma unos 4 millones de televidentes, y con populares telenovelas como "Hospital General".
De acuerdo con los estudios más recientes, las comparecencias de Spicer transmitidas en directo por los principales canales de noticias han alcanzado a 4,3 millones de espectadores.
La audiencia de cadenas como CNN, Fox News o MSNBC crece 10% en promedio cada vez que el portavoz de la Casa Blanca aparece en pantalla para intentar explicar las últimas decisiones del gobierno de Trump, según datos de Nielsen, una empresa especializada en medición de audiencias de medios, obtenidos por BBC Mundo.
"Lo que ocurre es que hay mucho interés en las cosas que está haciendo el presidente Trump e, incluso, en las que no está haciendo", dijo Donald Wright, profesor de Comunicación de la Universidad de Boston, en una entrevista con BBC Mundo.
"Desde que era candidato ha habido mucho interés en él, no sólo por parte de sus seguidores sino además de quienes no le apoyan que ven esto para saber cuál es su nueva jugada", agregó.
Consultado sobre si cree que este nivel de interés en las actividades de la Casa Blanca puede mantenerse en el tiempo, el experto señaló que eso dependerá de varios factores, incluyendo cuánta cobertura están dispuestos a darle los medios de comunicación.
"En las escuelas de periodismo se dice que si un perro muerde a una persona no es noticia, pero si una persona muerde a un perro, entonces, es distinto y se cubre. Hay muchas situaciones en las que lo que hace Trump es tan distinto de lo que han hecho los presidentes anteriores que los medios le van a seguir dando cobertura", vaticinó Wright.
Nace una celebridad
Pero, Spicer también se ha convertido en una suerte de celebridad.
Su consagración como figura mediática llegó hace poco, cuando la comediante Melissa McCarthy comenzó a parodiarle en el mítico programa de la televisión estadounidense Saturday Night Live (SNL).
A Spicer no parece haberle gustado mucho que le convirtieran en un personaje de SNL y, consultado por la prensa al respecto, dijo que SNL "solía ser divertido", pero se había convertido en "infame".
Pese a su disgusto, el personaje de McCarthy ha resultado ser inmensamente popular entre la audiencia de SNL. De hecho, el programa del pasado 11 de febrero, en el que McCarthy hizo su segunda parodia de Spicer tuvo los niveles de audiencia más altos de los últimos cinco años, según informó la web especializada The Hollywood Reporter.
"McCarthy no es divertida en su papel de Spicer por ser mujer. Es divertida como Spicer porque ella tiene una carrera representando personajes agresivos que con frecuencia están molestos sin ninguna razón", escribió Anna North en una crítica del programa en The New York Times.
"Cuando ella levanta su podio para atacar a los reporteros, queda claro que nació para representar al portavoz de un gobierno que ya se ha definido por los estallidos de ira", agregó.
Un hombre de confianza
Spicer es considerado como un aliado cercano del jefe de gabinete de la Casa Blanca, Reince Priebus, con quien trabajó en el Comité Nacional Republicano (RNC, por sus siglas en inglés).
Priebus era presidente del RNC, mientras Spicer era director de comunicaciones.
Durante la campaña para las elecciones primarias, Spicer sirvió de vínculo entre el partido y los precandidatos presidenciales.
Sus esfuerzos parecen haber rendido frutos.
Más allá del cargo de portavoz, Spicer también ha sido designado temporalmente como director de comunicaciones de la Casa Blanca, un cargo que implica otras responsabilidades y que usualmente ocupa alguien distinto al portavoz.
Según la prensa estadounidense, la Casa Blanca ha tenido dificultades para hallar a alguien adecuado para esa otra tarea.
Que mientras tanto lo hayan puesto en manos de Spicer ha sido interpretado como una muestra de la confianza que el nuevo gobierno tiene en sus capacidades.
En todo caso, Spicer puede estar tranquilo, si su carrera política llega a descarrilar, ya puede contar con un plan b en el mundo de la televisión.