Mientras la economía mundial no termina de salir del marasmo económico-financiero de 2008, los mercados bursátiles van de fiesta en fiesta con algún que otro chaparrón en el camino.
Si trimestre tras trimestre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) se ha visto obligado a corregir a la baja sus proyecciones de crecimiento global, las más importantes plazas financieras del mundo -Nueva York, Londres, Tokio- han roto récords con subidas que dan vértigo, si bien con algunas bajas temporales.
Según Ismail Ertgurk, profesor senior de finanzas de la Manchester Business School, en Reino Unido, este desfase tiene un solo nombre.
"Es una burbuja y se debe a la emisión electrónica de dinero de los bancos centrales, el llamado quantitative easing. Esto se está dando en Estados Unidos, la Unión Europea y Japón", le explicó a BBC Mundo.
Estados Unidos está inyectando unos US$85.000 millones por mes, mientras que la emisión electrónica del Banco Central de Japón ronda los US$79.000 millones mensuales.
Con unas tasas de interés históricamente bajas (0,25% en Estados Unidos y Reino Unido; 0,50% en la Unión Europea, UE), este dinero adicional termina destinándose a la bolsa de valores.
Todo lo que sube baja
El impacto de la política monetaria de los bancos centrales se vio claramente hace dos semanas, cuando la mera insinuación de que la Reserva Federal de Estados Unidos podría desacelerar su programa de emisión electrónica de dinero produjo una caída de los valores.
"Los bancos centrales adquieren bonos estatales esperando que este dinero vaya a las bolsas potenciando el financiamiento de las empresas y estimulando la economía. Pero no está sucediendo. Y esto añade un problema porque el destino de toda burbuja es explotar"
Ismail Ertgurk, profesor de finanzas de la Manchester Business School
El mismo presidente de la Reserva, Ben Bernanke, se encargó de desmentir un cambio.
"Un prematuro ajuste de la política monetaria podría elevar la tasas de interés y desacelerar o ahogar la recuperación económica", argumentó ante el Congreso a fines de mayo.
Y es que desde el estallido de 2008, las economías desarrolladas están entre la espada y la pared. Necesitan por un lado estimular el crecimiento y la demanda, pero se encuentran con un sector financiero que apenas ha salido de terapia intensiva.
"La salida elegida es la emisión de dinero electrónico. Los bancos centrales adquieren bonos estatales esperando que este dinero vaya a las bolsas potenciando el financiamiento de las empresas y estimulando la economía. Pero no está sucediendo. Y esto añade un problema porque el destino de toda burbuja es explotar", afirma Ertgurk.
Dadas las bajísimas tasas de interés -necesarias para no deprimir el consumo o el crédito- los agentes financieros -desde fondos de pensiones hasta bancos- aprovechan los ingresos por la venta de los bonos para mejorar sus balances o especular con acciones bursátiles, el mercado de divisas o el de derivados, calculado hoy en unos US$700 billones (diez veces el tamaño de la economía mundial).
Los tulipanes de la historia
La especulación es inherente a la actividad económica. La primera burbuja registrada por la historia es la de los tulipanes en Holanda en 1636.
El tulipán que comenzaba a importarse del Imperio Otomano generó tal moda en la aristocracia de la época que disparó la demanda y el precio en las embrionarias bolsas de comercio de Holanda: un tulipán llegó a costar diez veces el salario de un trabajador calificado.
Cuando ocurrió la inevitable caída, el pánico generalizado pinchó la burbuja dejando muchas bancarrotas en el camino.
El siglo XVII era el mundo de la carreta (carruaje para los adinerados). En el XXI el dinero circula en nanosegundos, comprando y vendiendo activos en todo el mundo.
Según el economista senior en finanzas de la New Economic Foundation, Josh Ryan-Collins, la desregulación de los años 80 ha cambiado radicalmente las reglas de juego.
"Ha habido una extraordinaria diversificación de productos financieros. Los beneficiarios son las grandes corporaciones, los fondos de pensiones, los bancos como intermediarios. El resultado es un creciente cortoplacismo que afecta toda la economía", le señaló Ryan-Collins a BBC Mundo.
Esta vez es diferente
En toda burbuja aparecen explicaciones basadas en un principio: esta vez es diferente.
A fines de mayo, en un artículo en la revista New Yorker el periodista especializado en finanzas James Surowiecki expuso exactamente este principio.
"Estados Unidos es hoy una economía mucho más favorable a la empresa que en el pasado. Pero además muchas de las compañías que cotizan en bolsa son multinacionales y la economía global, a pesar de sus problemas, crecerá en los próximos 10 años"
James Surowiecki, The New Yorker
Según Surowiecki, el aumento de los valores bursátiles refleja la economía real debido a que hoy las corporaciones tienen una mayor rentabilidad gracias a que pagan menos impuestos.
"Estados Unidos es hoy una economía mucho más favorable a la empresa que en el pasado. Pero además muchas de las compañías que cotizan en bolsa son multinacionales y la economía global, a pesar de sus problemas, crecerá en los próximos diez años", dice Surowiecki.
Pero la burbuja bursátil no se limita a Estados Unidos.
En Reino Unido la bolsa se ha disparado a valores no vistos desde 1999 a pesar de que la economía ha crecido sólo un 1,1% en los últimos tres años y ha sufrido una recesión.
En la cautelosa y ahorrativa Alemania ha sucedido lo mismo a pesar de la crisis de la eurozona.
América Latina
El impacto se ha sentido en América Latina donde las bolsas suelen acompañar el comportamiento de las plazas financieras en los países desarrollados.
"(La especulación) en Brasil se da por el volumen y escala del país. En Colombia porque no hay control de capitales. Pero incluso en Argentina, con más control de capitales, ha habido mucha actividad en torno las materias primas"
Ezequiel Estrada, agencia de valores Bulls Market Brokers
Según Ezequiel Estrada, de la agencia de valores Bulls Market Brokers en Buenos Aires, la especulación en América Latina ha dependido de dos cosas.
"En Brasil se da por el volumen y escala del país. En Colombia porque no hay control de capitales. Pero incluso en Argentina, con más control de capitales, ha habido mucha actividad en torno las materias primas", le indica a BBC Mundo.
Esta actividad adicional de la llamada "hot money" conlleva un riesgo, según Nicole Moussa, economista de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por siglas en inglés).
"Pone una fuerte presión sobre el valor de la moneda local y afecta la competitividad de la economía real del país", le explica a BBC Mundo Moussa.
Aunque sea un actor marginal de la gran ruleta financiera global, América Latina no puede escapar a los dilemas que provoca la contradicción entre la economía especulativa y la productiva-real.