Matthew Rees ayuda a David Wyeth, junto a un oficial de la organización, a cruzar la meta en la maratón de Londrés

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Matthew Rees ayuda a David Wyeth, junto a un responsable de la organización, a cruzar la meta en la maratón de Londres.

Llega sin anunciarse y desata una encarnizada guerra entre cuerpo y mente.

Fue lo que le ocurrió al menor de los hermanos Brownlee, Jonathan, al final del campeonato mundial de triatlón el año pasado y se repitió el pasado fin de semana en la maratón de Londres.

Es una imagen que aparece a menudo en competencias de largas distancia en la que se ve a un participante de pie teniendo dificultades para correr, incluso para caminar.

Lo que ocurre es que el cuerpo dice basta, pero forzado por la mente trata de continuar y es en esa lucha de poder que aparecen las llamadas "piernas de gelatina".

Sin gasolina

Eso fue lo que le pasó en Londres a David Wyeth, quien a sólo 200 metros de la meta el pasado domingo se comenzó a tambalear y daba la sensación de que no iba a poder completar la maratón pese a haber completado 42 kilómetros.

Los hermanos Brownlee

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Pese a correr cientos de maratones y ganar medallas olímpicas, Jonathan Brownlee también sufrió de "piernas de gelatina".

Pero en una escena dramática y emotiva por igual, Wyeth recibió la inesperada ayuda de otro corredor, Matthew Rees, para cruzar la meta.

"Es como cuando un auto se queda sin combustible", explicó el entrenador de la maratón de Londres Martin Yelling.

"Al final de la prueba los corredores han dado tanto de sí físicamente que sus niveles de energía están completamente agotados. En términos deportivos se conoce como chocar con el muro (del inglés hitting the wall)", comentó.

Lo que significa es que la persona sufre un bajón físico súbito que le impide seguir o mantener el ritmo de la carrera.

"Tu cuerpo está luchando por buscar la energía suficiente para seguir hacia adelante, pero al mismo tiempo te dice que te detengas", agregó Yelling.

Maratón de Londres

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Miles de personas participaron en la maratón de Londres el pasado domingo.

Conocido en ciclismo como la pájara, este pulso entre el cansancio físico y la fuerza mental genera una desconexión en la que el cuerpo parece actuar de manera independiente a la mente.

Para evitar que eso suceda se trata de "escucharlo", advirtió el especialista en la preparación de maratonistas.

Prevención

Yelling explica que para correr una maratón es necesario mantener un ritmo adecuado y asegurarse de mantener el cuerpo hidratado y con los niveles correctos de energía.

La jefa de fisiología del Instituto del Deporte de Inglaterra, Emma Ross, explicó que los que "chocan contra el muro es porque agotan la reserva de carbohidratos que utilizan como energía para correr".

Maratón de Londres

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Wyeth no fue el único correor que tuvo problemas para recorrer los últimos metros de la maratón en Londres.

"Lo que tienes que tratar es reponer constantemente tus reservas para prevenir que tengas que recurrir al uso de la grasa como combustible".

"Cuando eso pasa tenemos que disminuir el ritmo porque el proceso de quema de energía es mucho más complejo y desacelera el sistema, por lo que sólo podemos hacer ejercicios ligeros".

La doctora también explicó que la deshidratación genera que se produzca una disminución en el volumen de la sangre, que hace que el corazón trabaje más fuerte.

Para el corredor Gary McKee, quien completó 100 maratones en 100 días, lo más importante es escuchar el mensaje que el cuerpo te está mandando y dejar que vaya a su propio ritmo.

"¿Haz hecho un esfuerzo excesivo? ¿Tienes suficientes calorías? ¿Suficientes carbohidratos?", son las preguntas que la persona se debe hacer, según McKee.

"Si entiendes lo que tu cuerpo quiere, simplemente dale lo que quiere", recomendó el corredor de 47 años.