Por qué hay niñas en Nicaragua que temen ir al baño en la escuela

Image copyright
Getty
En las zonas rurales de Nicaragua los niños caminan kilómetros para ir a la escuela.
"En la escuela no me gusta ir al baño. Así que mejor me aguanto", dice resignada María.Es un nombre falso, pero tiene 8 años y vive en una zona rural de Chinandega, al nordeste de Nicaragua, a unos 150 kilómetros de la capital.Cada día camina cinco kilómetros para llegar al sencillo centro escolar en el que comparte aula con una decena de niños.Se abre paso entre la espesa vegetación, la caña de azúcar que se transformará después en el licor más fino del país, el ron.Y cuenta, clavando en el interlocutor sus pequeños ojos negros y vivarachos, que reza para no cruzarse con nadie.
Image copyright
Getty
No todas las familias cuentan con un caballo, todo un lujo.
Explica que al llegar a destino siente cierto refugio, la tranquilidad de un día más en el que nadie la asaltó por el camino.Allí se siente segura siempre y cuando no tenga que usar el servicio."Nos vienen a ver, quieren entrar", dice, sin especificar a quién se refiere.Allí "el baño" no es un lugar que se merezca el nombre de servicio sanitario. No hay baldosas en el piso y azulejos relucientes en las paredes.Por no haber, no hay ni un pestillo que provea a las niñas de cierta intimidad dentro del rústico habitáculo."En los baños (de algunas escuelas) existe el riesgo de violación de niñas", asegura a BBC Mundo Johana Chévez, asesora de género de Plan Internacional."No siempre hay puerta, no siempre son higiénicos, a veces están cerca los de los niños y los de las niñas", explica."Las encierran, les tiran piedras, llegan a espiarlas", cuenta.
"Indiferencia de los profesores"
Con los estudios Escuchen nuestras voces y Situación de las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes en Nicaragua,Plan Internacional y la Universidad Centroamericana (UCA) trataron de poner cifras a la problemática.Fue una investigación amplia, llevada a cabo en 22 comunidades de 10 municipios en Boaco, La Libertad, Chinandega, Puerto Morazán, Malpaisillo, Río Blanco, Bilwi, Altagracia, y en los distritos IV y V de Managua.Una de cada cuatro niñas que participaron en las investigaciones dijeron que "jamás" se sentían "cómodas" al usar las letrinas de la escuela."No vamos al baño porque los niños nos espían al poner un teléfono celular en un zapato para grabarlo y verlo todo", dice una de las niñas.La proporción es significativamente superior a los detectados por esta organización que defiende los derechos de los niños en la región, en Sudamérica y otras zonas del mundo.Image copyright
LEIRE VENTAS
Causa de deserción escolar
Quizá por esa normalización de lo aberrante, María nunca se lo dijo a su madre.Tampoco le habla del miedo que siente a veces en el camino de regreso a casa.Al fin y al cabo, la inseguridad es una sensación frecuente para una niña de una comunidad como la suya."No estamos seguras principalmente los sábados y los domingos, porque hay pleitos", explica otra menor en el estudio.Image copyright
LEIRE VENTAS
Image copyright
LEIRE VENTAS
Image copyright
LEIRE VENTAS
La pobreza es la principal razón de la deserción escolar, pero las condiciones de los centros de enseñanza también juegan su papel.
La escuela, bajo los árboles
El Timal, una comunidad de Tipitapa, en el departamento de Managua, estaba condenado a ser el paradigma de las estadísticas sobre deserción escolar.A pesar de estar a apenas 34 kilómetros de la capital, allí no hay rastro de ciudad.Es más bien un secarral, hectáreas y hectáreas de aridez y polvo, el recuerdo reseco de un ingenio azucarero.Image copyright
LEIRE VENTAS
Image copyright
LEIRE VENTAS
Los vecinos dan mantenimiento al centro que Semillas de Aprendizaje construyó en El Timal para frenar la deserción escolar.
Image copyright
LEIRE VENTAS
Desde que hicieron la nueva escuela en El Timal, Digna Castillo se siente tranquila cuando su hija (en la imagen) acude a clase.
Noticias relacionadas