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Mourinho con el trofeo de la Copa de la Liga, su primero con el Manchester United.

No esbozó ninguna sonrisa y su cuerpo no mostró alguna señal de júbilo pese a haber logrado algo que nadie en toda la historia de Manchester United había podido alcanzar, ganar un título en su primera temporada como diablo rojo.

Ganar es lo que más sabe hacer José Mourinho y por eso no es casualidad que haya guiado al club de Old Trafford al título de la Copa de la Liga de Inglaterra este domingo, tras vencer 3-2 en una espectacular final al Southampton en Wembley.

El equipo de Claude Puel jugó mejor, le anularon un gol en posición legítima y mereció mucho más tras dominar al United durante gran parte del partido, pero en los santos del sur de Inglaterra no estuvo Zlatan Ibrahimovic.

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Zlatan Ibrahimovic fue elegido como el mejor jugador del partido.

Y en el banquillo del costado estuvo Mourinho.

Mientras el delantero sueco se convirtió en el héroe al anotar dos goles, el que abrió la cuenta con un hermoso tiro libre y el definitivo de cabeza en el minuto 87, Mourinho ingresó a un selecto grupo de entrenadores que han levantado cuatro veces la Copa.

Sus dos acompañantes son los legendarios Brian Clough y Alex Ferguson.

De hecho, según el estadístico Alexis Martín Tamayo, mejor conocido en las redes sociales como MisterChip, el técnico lusitano ya es el quinto entrenador más exitoso de todos los tiempos con 24 títulos, por detrás de Ferguson, Mircea Lucescu, Valeriy Lobanovsky y Jock Stein.

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El que puede que sea el mayor éxito de Jose Mourinho en su carrera, la Liga de Campeones con el Inter de Milán.

De esos 24, 19 los sumó en torneos largos, cifra que podría aumentar a final de la temporada ya que United todavía está con opciones en la Copa FA y en la Liga Europa.

La Liga Premier todavía es matemáticamente posible, pero es poco probable que pueda alcanzar al Chelsea.

Más que feliz y especial

Han pasado tan sólo tres meses desde que en BBC Mundo nos preguntamos si Mourinho había perdido su toque mágico, si sería capaz de recuperar el camino ganador que ha recorrido a lo largo de su carrera.

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Mourinho dejó de ser azul para convertirse en un diablo rojo, aunque nadie podrá olvidar lo que consiguió al frente del Chelsea.

Las estadísticas entonces hablaban de un Manchester United a 11 puntos del liderato del Chelsea en la Liga Premier luego del peor arranque de temporada del equipo en 27 años, incluso por debajo del escocés David Moyes y el holandés Louis van Gaal.

La desventaja en la liga se ha mantenido, e incluso se ha aumentado (está a 15 puntos con un partido menos), pero las sensaciones son muy diferentes.

Su discurso incluso es diferente.

Antes de la final en Wembley reconoció que se había convertido en un técnico donde lo prioritario era el equipo y no como había sucedido en sus primeros años donde lo más importante era él.

No se trata de subir al tren de la euforia con las victorias o bajarse cuando se acumula una racha de resultados negativos, sino más bien de reconocer lo que ha sido una de las trayectorias más exitosas del mundo del fútbol.

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La figura del técnico lusitano generó muchos sentimientos encontrados por su paso por el Real Madrid.

Guste su estilo o no, Mourinho ha logrado ganar por donde ha pasado, incluso con el Real Madrid pese a que no pudo superar al Barcelona en el computo final de títulos.

Antes del Santiago Bernabéu ya había acumulado una atractiva colección de trofeos con el Porto, en su primera etapa con el Chelsea y en el Inter de Milán.

Luego regresaría a ser el "hombre feliz" en Stamford Bridge y ahora lo hace con el Manchester United.

Un estilo, mucho dinero

Ese éxito lo ha basado en su inconfundible personalidad y en su fidelidad a un estilo de juego, que ha sufrido muy pocos retoques con el paso de los años: un portero sólido, una línea de cuatro en defensa con jugadores físicos, dos medio centro (uno de marca y otro de largo recorrido), un medio atacante, dos jugadores veloces pegados a las bandas y un centro delantero fuerte, con mucho gol.

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A Mourinho siempre le ha gustado jugar con un delantero referencia como Didier Drogba.

Otra de las clave es que siempre ha podido contar con las piezas necesarias para perfeccionar ese sistema, sean porque ya se encontraban en el club o porque las consiguió en el mercado de transferencias.

Desde que llegó en 2004 al Chelsea, tras ganar la Liga de Campeones con el Porto, los equipos de Mourinho han gastado en fichajes unos US$1.342 millones, según la página Transfermarket.

Durante ese período los mismos clubes lograron recuperar cerca de US$700 millones en la venta de jugadores, pero es evidente que el técnico lusitano ha podido moldear sus plantillas como él ha querido.

Esa fórmula ha dado resultado en el campo y ha colocado a Mourinho como uno de los grandes entrenadores de todos los tiempos.

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Mourinho reconoce la importancia de Ibrahimovic para su proyecto en el Manchester United.

En Manchester todavía tiene mucho camino que recorrer para ser reconocido como el heredero natural de Ferguson o Matt Busby y que por el momento depende de la genialidad de un jugador de 35 como Ibrahimovic, autor de 26 goles esta temporada.

Pero en el equipo de Old Trafford cuenta con una institución que es capaz de transformar la plantilla y que es capaz de permitirse convertir a Paul Pogba en el jugador más caro de la historia.

El United seguirá necesitando refuerzos para tratar de recuperar el fútbol vistoso en el campo -en evidencia ante la superioridad del Southampton en Wembley-, pero a la espera que eso ocurra ya comenzó a sumar trofeos en su vitrina.

Y en eso Mourinho es el mayor especialista de los técnicos que hay en activo, de allí su grandeza.