Pastorita Huaracina cantando en Corea del Norte.

Archivo de Luz Elena Romero Alvarado
Pastorita Huaracina cantando en Corea del Norte. En 2000 recibió la Orden del Sol, la máxima condecoración que entrega el estado peruano.

En un auditorio del Crillón, un lujoso antiguo hotel de Lima, una mujer en el escenario dice "De Perú para Corea del Norte" y empieza a cantar en coreano.

En la primera fila del público hay tres hombres de rasgos asiáticos, según muestra un video disponible en YouTube de la escena, ocurrida en 1992.

En medio de la canción, uno de los asiáticos, vestido con traje, sube al estrado a abrazar a la artista y ambos saludan sonrientes a los espectadores.

La mujer en el micrófono es la cantante conocida como Pastorita Huaracina, de Áncash, región de los Andes centrales de Perú.

El hombre de terno es un diplomático de Corea del Norte en Perú.

El abrazo entre ambos no sorprendió a los presentes, sino que reaccionaron con aplausos.

Era como un sello de la relación entre Pastorita y la misteriosa Corea del Norte que había empezado 10 años antes.

Visita inesperada

A fines de 1981 o inicios de 1982, dos funcionarios de la oficina comercial de Pyongyang en Perú llegaron a la casa de María Alvarado, en un distrito despoblado al norte de Lima.

Con dificultad para hablar español, le dijeron que la buscaban a ella.

Pastorita Huaracina en un escenario de Corea del Norte.

Archivo de Luz Elena Romero Alvarado
Pastorita Huaracina empezó a ir a Corea del Norte en 1982.

Le explicaron que querían invitarla al Festival de la Amistad de Corea del Norte, con el que celebrarían en abril de 1982 el cumpleaños de Kim il-Sung, el primer y único líder que había tenido el país hasta entonces.

"Pero no sé hablar coreano", se excusó María Alvarado, que era el verdadero nombre de Pastorita Huaracina.

Los visitantes ya debían haberlo sospechado y le dejaron textos en coreano para que aprenda cosas básicas del idioma, según cuenta Luz Romero Alvarado, hija de Pastorita, a BBC Mundo.

Después le enviaron las letras de las canciones que debía cantar en Pyongyang.

Así se cerró el trato entre la artista andina y el país conocido como "el más hermético del mundo".

¿Pero por qué los norcoreanos habían elegido a Alvarado?

"Una artista del pueblo"

La cantante folclórica nunca militó en ningún partido ni defendió alguna ideología, asegura Luz Romero, su hija.

Pero algunas de sus declaraciones sí podían sonar políticas.

Recorte de periódico que muestra a Pastorita en Corea del Norte.

Archivo de Luz Elena Romero Alvarado
Pastorita Huaracina (segunda foto de la segunda fila) le contaba a su hija que en el Festival de la Amistad se encontraba con artistas de todo el mundo, como indica este recorte de periódico en francés.

En un concierto se oye a la cantautora referirse a las "mineras que van extrayendo la riqueza, dicen que para la grandeza del Perú, pero es solo para unos cuantos que se favorecen…".

Inmediatamente después canta "Laguna de Patarcocha", un tema de los años 50 que "compara a una laguna que se está secando por culpa de la minería con un amor ingrato que se acaba por el dinero", detalla su hija.

"(A los norcoreanos) les impactó lo que mi mamá cantaba contra las mineras, sobre las demandas sociales del Perú", recuerda Luz Romero.

Durante una entrevista televisiva, Pastorita dice "mi sueño dorado es que este Perú cambie, que sea grande, pero con justicia social, con igualdad de derechos, con educación, con trabajo, con libertad, esa es mi ambición más grande".

"Ella solo quería el progreso", sostiene su hija. Los norcoreanos la eligieron, afirma, porque "se identificaba con las luchas populares y era una artista del pueblo".

Misiles

Cuando los funcionarios llegaron a la casa de Pastorita (fines de 1981 o inicios de 1982), Corea del Norte todavía no había lanzado ningún misil ni detonado ninguna bomba.

Pero no tardó mucho tiempo en inaugurar su programa nuclear.

Pastorita Huaracina con Kim Il-sung

Archivo de Luz Elena Romero Alvarado
Pastorita Huaracina se encontró con el mismo Kim Il-sung, primer líder de Corea del Norte y abuelo de Kim Jong-un, el gobernante actual.

Probó su primer misil en abril de 1984 y desde entonces ha lanzado al menos 116 más, según la organización Nuclear Threat Initiative, de Washington D.C., y detonado seis bombas nucleares.

Estas actividades le han valido duras sanciones económicas de la ONU y EE.UU. en los últimos años.

Cuando Pastorita recibió a los norcoreanos en su casa, llevaba ya 40 años de vida artística (había debutado a los 12 años).

Ya se había hecho famosa cantando huaynos, género musical de los Andes de Perú, en español y en quechua.

Su voz de mezzosoprano, aguda y melodiosa, como la describe el diario oficial El Peruano, ya era más que familiar entre los peruanos.

Tenía el programa radial "Canta el Perú Profundo", sus canciones sobre temas sociales y amores perdidos eran populares, sus conciertos llenaban estadios, y además, daba recitales en Estados Unidos y Europa.

¿Cómo fue el encuentro entre una de las intérpretes más importantes de Perú y un público tan remoto como el norcoreano?

Canciones coreanas

Corea del Norte pagó los pasajes y la estadía de Pastorita "en el mejor hotel de Pyongyang", asegura Romero. Pero no la remuneraron por sus presentaciones.

El primer viaje de la cantante a la lejana nación, en 1982, duró aproximadamente dos meses porque incluyó una gira por países del "bloque socialista", como Alemania del Este, Rusia y China, cuenta su hija.

Pastorita Huaracina en Corea del Norte.

Archivo de Luz Elena Romero Alvarado
Pastorita Huaracina era querida por el pueblo norcoreano, según la hija de la artista.

"Cuando mi mamá llegó (al Festival de la Amistad, en abril) fue grande su sorpresa porque había artistas de casi de todo el mundo", relata Romero. "La primera canción que cantó fue una que puede traducirse como 'Despedida al padre'".

En Pyongyang, la gente le decía "Perú", porque "Pastorita Huaracina" era muy largo.

Le preguntaban si era coreana, porque era de ojos chinitos y cantaba en coreano (las canciones que previamente le enviaban los funcionarios de ese país).

"Tenía una gran facilidad para dominar el escenario. Cautivó al pueblo coreano", asegura su hija.

El grupo peruano Tiempo Nuevo también fue a Pyongyang en el primer viaje. Pero Pastorita fue otras seis veces más, según Romero, hasta 1998.

Además, a su hijo Hipólito le agregó el nombre Kimilsun, una versión españolizada del primer líder de Corea del Norte y abuelo del actual gobernante Kim Jong-un.

Otra visita inesperada

En cada oportunidad, "era recibida en el aeropuerto por las máximas autoridades del país, que la esperaban con flores y presentes", dice un artículo del diario peruano El Comercio.

El exembajador de Corea del Norte en Perú, Kim Hak-chol dijo una vez que "en Pyongyang, las puertas están abiertas (para los peruanos)", según una entrevista publicada en ese mismo periódico, en mayo de 2017. "Porque conocemos mucho de ustedes. De Machu Picchu, del cebiche, de la Pastorita, quien allá fue famosa con el nombre artístico Perú", agregó.

Recorte de un periódico de Pyongyang, de 1986, con una foto de Pastorita.

Archivo de Luz Elena Romero Alvarado
Pastorita Huaracina aparece en la foto del extremo derecho de la segunda fila, en este periódico coreano de 1986.

Pero pocos meses después de esas declaraciones, en septiembre de 2017, las puertas de Perú se cerraron para el diplomático. El expresidente Pedro Pablo Kuczynski lo expulsó del país por considerar que el programa nuclear de Corea del Norte era una amenaza para la paz internacional.

Pastorita no alcanzó a ver esta ruptura entre Lima y Pyongyang, pues la cantante había muerto en mayo de 2001.

Un mes después de su partida al más allá, dos funcionarios norcoreanos volvieron a aparecer por su casa.

Esta vez buscaban a su hija, Luz Romero, para darle las condolencias y decirle que querían filmar un documental sobre su mamá.

"Me dieron el pésame muy tristes. Me abrazaron, lloraron y grabaron todo. Sus recuerdos, la casa, la cuadra, hasta las mascotas que había dejado mi mamá", detalla Romero.

BBC no pudo comprobar la existencia de esa filmación ni de algún video de los conciertos de Pastorita en Corea del Norte.

Es probable que los registros de la cantante en Pyongyang queden perdidos durante mucho tiempo en el sólido hermetismo de esa ciudad.


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