Un guerrillero sostiene un fusil en sus manos.Derechos de autor de la imagen
daniel baldotto

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Cada guerrillero deberá informarle a la ONU qué armas tiene.

"Hoy es un día histórico para el país", exclamó este miércoles el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), agregó, dicen "adiós a las armas".

Las FARC confirmaron la noticia y dijeron que "llegó la hora de dejar definitivamente atrás la violencia", al tiempo que la misión de observadores de Naciones Unidas (ONU) encargada de verificar la entrega de armas por parte de los insurgentes anunció que comenzaba la tarea.

Aunque la entrega como tal todavía no comienza, sí se inició el crucial proceso de registro de todo el armamento de las FARC.

Se trata de fusiles, pistolas, granadas y otro tipo de armas en manos de los cerca de 7.000 guerrilleros que están desde hace un par de meses concentrados en 26 zonas y puntos distribuidos por la geografía colombiana.

Pero, ¿cómo es exactamente ese proceso mediante el cual la guerrilla de las FARC dejará las armas que ha empuñado desde hace más de 52 años, cuando comenzó el conflicto interno que ha dejado más de 220.000 muertos y casi siete millones de desplazados internos (y aún continúa con la segunda guerrilla de Colombia, el Ejército de Liberación Nacional, ELN)?

El 1° de marzo de 2017 se inició, de acuerdo a lo anunciado por las partes, el registro de las armas que tienen las FARC, mediante el cual la ONU crea un listado del armamento en poder de cada uno de los casi 7.000 guerrilleros del grupo rebelde.

Dentro de cada zona y punto transitorio, observadores de la ONU registran en un formulario el tipo de arma, calibre, modelo y nombre -alias- del guerrillero que la porta.

En el formulario, se le asigna un número de identificación al arma y se le pegan dos etiquetas con dicho número (y una más se pone en el formulario).

Se estima que esta parte del proceso se completará en la semana que comienza el 7 de marzo.

El 1° de marzo también comenzó el proceso mediante el cual las FARC informan a la ONU la ubicación de armamento inestable y explosivos, de modo que puedan ser destruidos. Antes de la firma del acuerdo ya se destruyeron 620 kilogramos de este tipo de armamento.

Una vez que se haya completado el registro, la ONU recibirá en primer lugar las armas de los 322 guerrilleros que forman parte del mecanismo tripartito de monitoreo y verificación (MMV, en el que participan la ONU, el gobierno y las FARC), encargado de hacer seguimiento al cese el fuego bilateral entre el Estado y los insurgentes.

Los guerrilleros del MMV ya están sin sus armas, aunque sus fusiles y pistolas las tienen las FARC.

Luego comenzará la entrega de las armas del resto de los 7.000 guerrilleros de las FARC.

En el calendario original descrito en el acuerdo de paz firmado en noviembre de 2016 se indicaba que las FARC entregarían todas sus armas en tres instancias: 30% el 1° de marzo, 30% el 31 de marzo y 40% el 30 de abril.

Eso no se pudo cumplir, por problemas en la implementación, especialmente del establecimiento de las zonas de transición.

No obstante, las partes insisten en que mantienen el compromiso de que todas las armas estarán en poder de la ONU para fines de mayo, cuando las FARC deben dejar las zonas de transición.

Cuando tengan todas las armas en su poder, ya en contenedores, pintados de blanco y con el logo de la ONU, ubicados en las 26 zonas y puntos transitorios (algunos serán contenedores de transporte marítimo, otros más pequeños, con una llave en poder de un miembros de la misión del organismo internacional y otra en manos de un comandante guerrillero local), la ONU inhabilitará todas las armas.

Por ahora, como los espacios definitivos no están debidamente adecuados, las armas se almacenarán temporalmente en 52 contenedores metálicos más pequeños, cada uno con capacidad para entre 70 y 100 armas, distribuidos en las 26 zonas.

Si todos los plazos se cumplen como están previstos, llegado fines de mayo, cuando las FARC dejen las zonas de transición, la ONU retirará las armas de los contenedores, las destruirá y las convertirá en tres monumentos.

Uno se instalará en Colombia, otro en Cuba (donde se desarrollaron los más de cuatro años de diálogos de paz) y otro en Nueva York (donde se encuentra la sede de la ONU).

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En pocos meses, si todo sale de acuerdo a lo planeado, esta escena no volverá a verse en Colombia.