
Más de 34 años después del asesinato del primer ministro Olof Palme, fiscales suecos anunciaron que han identificado al principal sospechoso del crimen.
Es Stig Engström, un diseñador gráfico que murió hace 20 años. Trabajaba en la compañía de seguros Skandia, cuyas oficinas centrales están ubicadas cerca del lugar del crimen y quien fue uno de los 20 testigos del homicidio.
La policía empezó a investigar a Engström -llamado "hombre Skandia"- en 2018, luego de que una investigación periodística revelara que él tenía entrenamiento en manejo de armas de fuego, era amigo de un hombre que tenía una colección de armas cortas y tenía fascinación por los revólveres Magnum.
Cualquiera que haya sido su presunta implicación se llevó el secreto a la tumba pues Engstrom se suicidó en el año 2000.
La imposibilidad de presentar cargos en su contra implica el cierre de la investigación iniciada hace 34 años, señaló el fiscal Krister Petersson en una comparecencia digital.
Trauma
Palme fue asesinado el 28 de febrero de 1986 mientras caminaba por la noche junto a su esposa en la calles más transitada de Estocolmo.
Desde entonces, Suecia había vivido con el trauma y la incertidumbre de no saber a quién responsabilizar por el asesinato.
La muerte de Palme tuvo gran repercusión pues, más allá de las condiciones trágicas en las que murió, este primer ministro sueco había dejado un legado tanto por sus políticas progresistas como por sus valientes posturas en política exterior, ya que en plena Guerra Fría se atrevía a plantar cara tanto a Estados Unidos como a la Unión Soviética.
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