De nuevo en el banquillo de los acusados, se negó a decir que su nombre es Ilich Ramírez Sánchez. De todos modos, pocos lo conocen así. En cambio su apodo, "Carlos el Chacal”, resuena en muchos puntos del planeta.
Desde este lunes enfrenta un tercer juicio quien fue una vez el criminal más buscado del mundo. Se hizo famoso en los años 70 y 80 como el autor de una seguidilla de atentados que causaron pánico en Francia y otras partes de Europa.
Lo hizo en nombre del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y convirtieron a Ramírez en uno de los militantes más temidos.
Por esos ataques, en la actualidad cumple dos cadenas perpetuas en una cárcel en las afueras de París.
Tanta notoriedad obtuvo que la prensa comenzó a apodarlo con el nombre del personaje ficticio del terrorista protagonista de la novela de 1971 de Frederick Forsyth ”The Day of the Jackal" ("El día del Chacal").
Pero ¿cómo llegó este venezolano de 67 años a luchar por la causa palestina y a convertirse en un autoproclamado “revolucionario profesional”?
De Caracas a Londres, vía Moscú y Jordania
Ramírez nació en 1949 en Caracas. Su padre era un adinerado abogado de ideología marxista, militante del Partido Comunista de Venezuela (lo que explica el origen de su nombre y el de sus hermanos, Lenin y Vladimir, en honor a Vladimir Ilich Uliánov, alias Lenin).
Los hermanos Ramírez estudiaron en Londres y en 1968 los dos mayores viajaron a Moscú, donde asistieron a la universidad por dos años y donde comenzó su simpatía con la causa palestina.
En 1970, Ilich decidió pasar a la acción y fue a Jordania a entrenarse militarmente en un campamento del FPLP.
Según contó en una biografía, fue allí que el líder del brazo armado del FPLP, Wadih Haddad, le confirió como seudónimo de combate el nombre “Carlos”.
De Jordania regresó a la capital inglesa con su madre y sus hermanos, y se dedicó a realizar tareas de inteligencia para el FPLP.
Su primer ataque
“Carlos” se estrenó con un atentado escalofriante.
Su blanco fue el empresario británico Joseph Sieff, una prominente figura de la comunidad judía, dueño de la cadena de tiendas Marks & Spencer y líder de la Federación Sionista de Gran Bretaña.
El 30 de diciembre de 1973, Ramírez llegó a la casa de Sieff en el acaudalado barrio londinense de St. John´s Wood y le ordenó a una empleada que lo llevase hasta donde estaba el dueño de casa.
Encontró al empresario en la bañadera y le disparó a la cara con una pistola Tokarev. Luego huyó. No pudo realizar más disparos porque su arma se atascó.
La bala dejó a Sieff inconsciente pero no lo mató.
París
En 1974, Ramírez se mudó a París. Su familia volvió de Londres a Venezuela al año siguiente.
Fue en Francia donde cometió la mayoría de los atentados que lo convertirían en uno de los fugitivos más buscados del mundo y llevarían a su famoso apodo, “El Chacal”.
Como líder de una célula armada del FPLP, “Carlos” participó en ataques con coche-bomba contra las redacciones de varios periódicos en París.
Pero el atentado más notorio que se le atribuyó en 1974 fue el del asalto a la embajada de Francia en La Haya, en Holanda, durante el cual el embajador y diez personas más fueron mantenidas rehenes por cinco días.
Si bien ese secuestro fue llevado a cabo por un comando del Ejército Rojo Japonés, un grupo ligado al FPLP, las autoridades francesas consideraron que “Carlos” fue el autor intelectual.
Escape
Unos meses después, Ramírez protagonizó un escape de película cuando un grupo de policías franceses fue a detenerlo a su domicilio.
El venezolano, que tenía 26 años en ese momento, compartía un departamento con varios estudiantes sudamericanos en la calle Toulliers, en el Barrio Latino de París.
Agentes de la Dirección de Vigilancia del Territorio (DST por sus siglas en francés) dieron con él tras detener e interrogar al libanés Michel Moukharbal, líder del FPLP, quien declaró que el verdadero jefe era “Carlos”.
Tres policías de la DST fueron con Moukharbal al departamento, donde encontraron al sospechoso en medio de una fiesta con amigos.
No obstante, Ramírez estaba armado y logró disparar contra los agentes y huir.
Dos de los policías y Moukharbal murieron, crímenes que eventualmente llevarían a “Carlos” a recibir su primera cadena perpetua, años después, cuando finalmente fue arrestado.
La OPEP
Pero antes de que eso ocurriera el “revolucionario de profesión” -como él mismo se define- llegó a perpetrar una larga lista de sangrientos atentados.
Sin dudas el más espectacular fue la toma de la sede de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Viena, Austria, en 1975.
Un comando liderado por “Carlos” tomó como rehenes a 42 personas, incluyendo a los 11 ministros de Petróleo de los países miembros, y los llevó en avión por varios países del norte de África, hasta finalmente liberarlos en Argelia.
Años después, desde una cárcel en Francia, Ramírez aseguró que ese operativo fue ordenado por el líder libio Muammar Gadafi, quien quería presionar a Arabia Saudita y a Estados Unidos, que se habían aliado en un “juego sucio” para bajar el precio del petróleo.
"Tácticamente no salió como habíamos planificado, fue un fracaso. Estratégicamente fue un éxito extraordinario”, dijo a la agencia de noticias EFE.
El final
En los años 80, mientras lograba eludir con éxito a las autoridades a pesar de estar en la lista de los sospechosos de terrorismo más buscados del mundo, siguió cometiendo atentados.
Principalmente con explosivos colocados en automóviles, trenes y estaciones de tren en París y Marsella, que dejaron 11 muertos y casi dos centenares de heridos entre 1982 y 1983.
Por estos crímenes recibió su segunda cadena perpetua en 2011.
Pero ¿cómo fue atrapado?Ocurrió en 1994, veinte años después del primer intento fallido por detenerlo.
Ramírez estaba en Sudán, donde había recibido refugio. Desde la caída de la Unión Soviética, a comienzos de los años 90, concentraba sus acciones al Medio Oriente.
Fue capturado por la policía de élite francesa -según él, con ayuda de la inteligencia estadounidense- y lo llevaron a Francia, donde desde entonces permanece en cárcel.
Bolivariano
Este lunes “El Chacal” volvió a comparecer ante las cortes francesas al comienzo de su tercer juicio, esta vez por un ataque con granada contra un centro comercial en París en el que murieron dos personas y 34 resultaron heridas.
Como en su juicio anterior, Ramírez negó los cargos que se le imputaron.
Lo hizo a través de su abogada Isabelle Coutant-Peyre, quien desde 2011 también es su esposa.
Según la agencia francesa de noticias AFP, Ramírez realizó varias intervenciones durante su comparecencia, criticando la "falta de democracia en Francia", en comparación con la de su país, Venezuela, donde, afirmó, existe "con la revolución bolivariana, una verdadera democracia participativa".
Su admiración por el gobierno venezolano es recíproco: en 2009 el entonces presidente Hugo Chávez criticó su detención y dijo que “fue en verdad un luchador revolucionario”.
No obstante, Vladimir, el hermano de Ramírez, informó que el país sudamericano nunca pidió su extradición, como solicitó “El Chacal”.