Decenas de miles de personas salieron a las calles de varias ciudades de Chile este domingo para protestar contra el actual sistema de pensiones del país.
Según los organizadores de las protestas, más de 2 millones de chilenos participaron en las marchas, 800.000 de ellos en Santiago.
La policía chilena, sin embargo, estimó en 50.000 el número de manifestantes en la capital.
Los manifestantes le pedían al gobierno de la socialista Michelle Bachelet reformar radicalmente el sistema, privatizado en 1981 por Augusto Pinochet.
El modelo de pensiones chileno, organizado en torno a la figura de los Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), fue celebrado en su momento como un ejemplo a imitar por políticos y economistas pro libre mercado de todo el mundo.
Pero sus críticos aseguran que sus principales beneficiarios son los propios administradores y los más ricos, mientras condena a los chilenos más pobres a recibir una pensión final inferior al salario mínimo.
En su primer período de gobierno Bachelet reformo las AFP y redujo las comisiones que las mismas están autorizadas a cobrar.
Pero protestas en contra del sistema, en algunos casos violentas, se vienen produciendo en el país desde hace varios años.