Reynaldo Benito Bignone

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Bignone, de 90 años, mantuvo siempre su postura de que sus acciones contra la disidencia eran en defensa de la nación y en contra de la "amenaza comunista".

El último presidente de facto de Argentina, Reynaldo Benito Bignone, murió este miércoles en Buenos Aires.

Condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad, Bignone cerró en 1983 la serie de gobierno militares que, entre otros crímenes, causaron la desaparición de hasta 30.000 disidentes.

Bignone, que gobernó por poco más de un año, salió del poder tras las históricas elecciones presidenciales que en diciembre de 1983 ganó Raúl Alfonsín, el primer presidente civil desde 1976.

Entre los delitos por los que fue condenado Bignone se encuentran robo de bebés, torturas, privaciones ilegales de la libertad y asociación ilícita.

Su última aparición pública fue en 2017, cuando recibió una nueva condena por violaciones de derechos humanos, algunas en el marco del Plan Cóndor, el esquema de lucha contra el comunismo liderado por Estados Unidos en plena Guerra Fría.

Aunque admitieron algunos cargos, los represores del régimen militar han mantenido la postura de que sus acciones eran en defensa de la nación ante la "amenaza comunista".

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