La canciller de Alemania, Angela Merkel, llamó por teléfono a su homólogo estadounidense Barack Obama tras recibir información de que Washington podría estar escuchando sus llamadas por celular.

Un portavoz de Merkel dijo que la canciller consideraba tal posibilidad como algo "completamente inaceptable".

Poco después de esa conversación telefónica, la Casa Blanca emitió un comunicado indicando que Obama le aseguró a la líder alemana que no estaban espiando sus comunicaciones.

"Estados Unidos no está monitoreando y no monitoreará las comunicaciones de la canciller", afirmó el portavoz de la presidencia de EE.UU. Jay Carney.

El corresponsal de la BBC en Washington, Nick Bryant, destaca que el lenguaje usado por la Casa Blanca respondiendo a tales acusaciones fue deliberadamente muy preciso ya que no niega que el teléfono de Merkel haya sido intervenido en el pasado.

"Conversación incómoda"

"Estados Unidos no está monitoreando y no monitoreará las comunicaciones de la canciller"

Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca.

"Claramente, Angela Merkel cree que estas acusaciones son lo suficientemente creíbles como para confrontar directamente a Barack Obama, en lo que seguramente fue una conversación muy incómoda", indica Bryant.

En la noche de este miércoles tendría que haberse llevado a cabo una cena de estado en honor a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.

Sin embargo, ella canceló el viaje a Washington tras las acusaciones de que la Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU. (NSA por sus siglas en inglés) espió sus comunicaciones personales.

Apenas este lunes, Obama tuvo que asegurarle a su contraparte francés, Francois Hollande, que eran falsos los informes de Le Monde en torno al espionaje electrónico de figuras políticas y líderes empresariales franceses a gran escala.

Esto sólo indica que la situación para Washington se está complicando cada día que pasa.

Desde Berlín, un comunicado del gobierno alemán indicó que Merkel había solicitado a Obama que "tales prácticas deben prevenirse inmediatamente".

El martes y de igual forma, el gobierno de México calificó de inaceptables el presunto espionaje de correos electrónicos de los presidentes Enrique Peña Nieto y su predecesor, Felipe Calderón.