El trabajo realizado por un panel independiente de expertos legales, militares, salud y ética señala que los profesionales ayudaron a diseñar y practicar "torturas y tratos inhumanos degradantes" a los detenidos.

Sin embargo, tanto la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) como el Pentágono han rechazado las conclusiones alcanzadas por este estudio, que tuvo una duración de dos años y fue realizado por el Instituto de Medicina y la red Open Society Foundations (financiada por el magnate húngaro estadounidense, George Soros).

Según el reporte, la conspiración comenzó en las prisiones de Estados Unidos en Afganistán, en la de Guantánamo en Cuba y en otros centros de detención secretos de la CIA, después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en EE.UU.

El coautor Leonard Rubenstein dijo al programa de la BBC, Newsday, que el informe revela "el legado de tortura y abuso de detenidos perpetrado por la comunidad médica en Guantánamo y otros lugares".

"Encontramos que el Departamento de Defensa y la CIA alteraron normas éticas básicas con el fin de facilitar la participación de profesionales de la salud en el abuso de detenidos. Y todavía existen esas distorsiones", dijo Rubenstein.

Alimentación forzada

Guantánamo

El informe busca modificar las reglas que utiliza el Departamento de Defensa de Estados Unidos.

El informe señala que, si bien algunas prácticas como el tormento de toca (waterboarding) ahora han sido prohibidas, los profesionales médicos aún están siendo obligados a practicar la alimentación forzada a los detenidos.

"Para ello se utilizan sillas de contención muy coercitivas que violan las normas éticas de la Asociación Médica Mundial y de los grupos médicos estadounidenses", apuntó Rubenstein quien es académico senior en el Centro de Derechos Humanos y Salud Pública de la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health.

"Otro ejemplo es la participación de los profesionales de la salud en los interrogatorios, con el fin de que identifiquen vulnerabilidades que luego puedan ser explotadas por quienes preguntan".

Otro de los miembros de la fuerza de trabajo encargada del informe fue el doctor Gerald E. Thompson, profesor emérito de medicina en la Universidad de Columbia.

En conversación con BBC Mundo, Thompson dijo que el objetivo del reporte es generar suficiente interés y preocupación para que se modifiquen las reglas que utiliza el Departamento de Defensa de Estados Unidos, de tal manera que sean consistentes con las prácticas éticas médicas estándar.

"No es sólo que los doctores estaban haciendo cosas que no eran éticas. Es importante reconocer que no lo estaban haciendo solos y que no tomaron la iniciativa de hacerlo. Estas son posiciones militares y otros profesionales médicos que están bajo órdenes y operan bajo políticas, procedimientos y protocolos del Departamento de Defensa".

"Es un tema muy importante para la sociedad, que espera que sus médicos y profesionales de salud actúen y ofrezcan servicios que respeten los principios médicos éticos estándar, así como los principios del profesionalismo que pongan primero al paciente".

Según Thompson, la sociedad espera que eso pase en todas las circunstancias, ya sea un médico que trabaje en deportes o uno que trabaje para las fuerzas militares.

"La mejor atención médica"

Bandera de Estados Unidos en Guantánamo

Washington insiste en que los detenidos en Guantánamo y el resto de las prisiones reciben tratos adecuados.

Los autores del informe ahora solicitan a la Comisión de Inteligencia del Senado de Estados Unidos que investigue a fondo las prácticas médicas en los centros de detención.

Pero la CIA y el Pentágono han rechazado las conclusiones. El jefe de asuntos públicos de la CIA, Dean Boyd, dijo que el informe contiene "graves imprecisiones y conclusiones erróneas".

"Es importante destacar que la CIA no tiene a ninguna persona bajo su custodia y que el presidente Barack Obama eliminó el programa de detenciones e interrogaciones por orden ejecutiva en 2009″, dijo.

Por su parte, el portavoz del Pentágono Todd Breasseale dijo que ninguno de los críticos del trato a los internos ha tenido acceso a los detenidos, sus expedientes médicos o los procedimientos que se llevan a cabo en Guantánamo.

Para él, los médicos y enfermeras que trabajan en esa prisión son "profesionales consumados" que habitualmente proporcionan "la mejor atención médica que cualquiera de estos detenidos haya conocido jamás".