Había terminado su jornada laboral para Radio Galega, pero a las 21:05 del miércoles 24 de julio el periodista Fernando Becerra recibió un llamado de la estación: había un accidente de tren a sólo un kilómetro de su casa.

Se subió al auto y partió.

"Cuando salí de casa ya olía a quemado. Me dejé llevar por el olor y llegué al accidente", le cuenta Becerra a BBC Mundo.

Luego se sabría la magnitud del accidente: al menos 77 personas muertas y más de 130 heridas tras el descarrilamiento de un tren Alvia que cubría la ruta entre Madrid y Ferrol.

El accidente ferroviario se produjo a las 20:42 hora local y en la vía se podían ver tres vagones volcados y al menos cuatro ardiendo.

Becerra se demoró entre 10 y 15 minutos en llegar al lugar, donde se topó con un panorama que todavía lo tiene "en shock".

Una nube de polvo, ruido de sirenas y cadáveres esparcidos por el lugar son las cosas que más recuerda el comunicador.

"La primera imagen que tenía eran tres cadáveres tapados fuera de las vías", relata.

Tren descarrilado

El descarrilamiento ocurrió a las 20:42 hora local.

Eso al nivel de las casas. Camino a las vías se topó con varios cuerpos más. No recuerda cuántos, pero cree que unos ocho o nueve.

La zona donde ocurrió el descarrilamiento queda en la periferia de la ciudad, cuenta el periodista. Y lo que más le llamó la atención era la rápida y efectiva organización de los vecinos para ayudar a los heridos.

"Estaban más desesperadas las fuerzas de seguridad. Pedían mantas, aguas, tablas de maderas [para sacar a los heridos] y la repuesta [de los vecinos] fue inmediata".

Becerra no vio a los heridos. "No sé si por casualidad o por la forma de organizarse [de las fuerzas de seguridad]".

El periodista se quedó hasta las 2:00 am del jueves en el lugar, cuando se trasladó a la improvisada morgue en el Pabellón Polideportivo de la ciudad. Allí estuvo hasta alrededor de las 4:00 am.

Al momento de conversar con BBC Mundo en la mañana de este jueves, el periodista contó que aún quedaba un vagón por inspeccionar.

"No me atrevería a descartar nada", dice al ser consultado de si podrían haber heridos todavía atrapados en el vagón.