"Un presupuesto que pone primero a Estados Unidos debe colocar la seguridad de nuestra gente como la prioridad número uno porque sin seguridad, no puede haber prosperidad".
Este fue el mensaje del presidente de EE.UU., Donald Trump, al presentar este jueves su proyecto presupuestario para el año fiscal 2018, que comienza el 1 de octubre.
El proyecto, por lo tanto, propone aumentos en el gasto militar y de seguridad, y recortes en áreas como el medio ambiente, los servicios de salud y la investigación científica.
En concreto, Trump busca incrementar el gasto del Departamento de Defensa en US$54.000 millones (es decir, un 10%), incluyendo US$2.000 millones en armas nucleares, y aumentar en US$2.800 millones el presupuesto del Departamento de Seguridad Nacional (+6,8%).
El proyecto, titulado "Estados Unidos primero", abarca sólo el gasto "discrecional", o sea, US$1 billón de los US$4 billones de presupuesto federal destinado a las agencias y departamentos del país.
Ahora el plan debe ser aprobado por el Congreso, algo que no será sencillo.
Si bien el Partido Republicano del presidente controla ambas cámaras, se espera que ciertos segmentos del plan presupuestario enfrenten resistencia.
¿Cuáles son las áreas que sufrirán los mayores recortes presupuestales según el proyecto de Trump?
Mayor reducción relativa: medio ambiente
Con un recorte del 31,4%, a los fondo de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por su sigla en inglés), esta es la que más pierde en términos relativos, quedando con el menor presupuesto en cuatro décadas.
Según el proyecto, esta agencia encargada de proteger la salud humana y el medio ambiente pasa de recibir US$5.700 millones a US$2.600 millones, más un recorte de 3.200 puestos de trabajo.
Trump había dicho en diciembre: "Durante demasiado tiempo, la EPA ha gastado dinero de los contribuyentes en una descontrolada agenda contra el sector energético que ha destruido millones de puestos de trabajo".
En ese entonces explicó que, bajo el liderazgo de Scott Pruitt, la EPA volvería a su "misión esencial" de "mantener el aire y el agua limpios".
La nominación y posterior confirmación de Pruitt como director de esta agencia generó consternación entre los grupos ambientalistas, quienes lo señalan como un escéptico del cambio climático.
El presupuesto justamente discontinúa el financiamiento de programas internacionales de cambio climático, investigación y acuerdos en el área, así como Clean Power Plan (plan de energía limpia), una regulación establecida por el gobierno del expresidente Barack Obama para controlar las emisiones de dióxido de carbono.
En total se ahorran "US$100 millones al contribuyente", dice el proyecto de Trump, y se busca "proteger el aire que respiramos sin sobrecargar indebidamente la economía estadounidense".
Mayor recorte en cifras brutas: salud
En números brutos, el Departamento de Salud y Servicios Humanos es el que recibe el mayor recorte de todos, con US$15.100 millones menos (-17,9%).
De acuerdo con el diario estadounidense The Washington Post, de aprobarse este presupuesto, el departamento queda con uno de los "niveles de gasto más bajos en casi dos décadas".
Más de un tercio de ese recorte, informa el periódico, afecta a los Institutos Nacionales de Salud, el ala de investigación biomédica del gobierno estadounidense.
Matt Hourihan, director de presupuesto de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, dijo al sitio de noticias Vox que cuando su financiación cayó en un 5%, debieron cortar unas 700 becas de las 9.000 ofrecidas.
Con un recorte del 20%, agregó Hourihan, "probablemente estemos hablando de recortes que alcancen cientos, sino miles" de becas.
No obstante, el plan de Trump plantea aumentar el gasto en US$500 millones para los servicios que ayuden a prevenir y tratar la adicción a los opiáceos que está golpeando al país.
También crea "un nuevo Fondo de Respuesta a Emergencia Federal para responder rápidamente a brotes de salud pública, como la enfermedad del virus del zika".
Este apartado no abarca los programas de salud pública Medicare y Medicaid, que se encuentran dentro del presupuesto que el presidente no puede modificar.
Recorte más sorprendente: diplomacia
Trump propone un monto de US$25.600 millones para el Departamento de Estado, es decir, una reducción de US$10.100 millones (28%) respecto al año fiscal anterior.
Dentro de este rubro, la más afectada será la Organización de las Naciones Unidas (ONU), particularmente el financiamiento de sus iniciativas contra el cambio climático (cortado por completo) y sus operaciones para el mantenimiento de la paz (cae del 28% al 25% del total).
Según la periodista de la BBC Barbara Plett Usher, especializada en el Departamento de Estado, de aprobarse este presupuesto, "cambiaría por completo la ayuda militar afuera de EE.UU. desde subvenciones hasta préstamos".
"Sólo Israel tiene garantizado el mantenimiento de su actual paquete de ayuda de US$3.000 millones anuales".
El secretario de Estado, Rex Tillerson, defendió los recortes presupuestarios para su propio departamento. En el pasado, dijo, los gastos eran "sencillamente insostenibles" y afirmó que voluntariamente asumía "el reto".
No obstante, a principios de este año el secretario de Defensa, James Mattis, habló ante el Congreso sobre los riesgos de reducir la representación diplomática en el mundo.
"Si no financian el Departamento de Estado de forma completa, entonces voy a necesitar comprar más municiones", dijo Mattis, de acuerdo con la cadena de noticas ABC.
"Creo que es una relación costo-beneficio: cuanto más invirtamos en la diplomacia del Departamento de Estado, menos tendremos que poner en un presupuesto militar mientras trabajamos en la aparente retirada estadounidense de la escena internacional".