En los círculos de negocios de América Latina, hay cuatro países que cada vez se mencionan más en una misma frase: Chile, Colombia, México y Perú.
Son los miembros fundadores de la Alianza del Pacífico, el más reciente bloque comercial de la región, fundado en junio de 2012.
Este jueves, los presidentes se encuentran en la ciudad colombiana de Cali, y se espera que firmen un acuerdo para eliminar la mayoría de los aranceles en el comercio entre los cuatro países.
También analizarán la armonización fiscal y una mayor convergencia de las bolsas de valores. Han acordado abandonar los requisitos de visado, lo que permitirá a sus ciudadanos (más de 200 millones de personas) viajar más fácilmente entre los países.
Desde el establecimiento de la Alianza del Pacífico, los empresarios y los políticos no han escatimado elogios hacia ella. Algunos la consideran el desarrollo empresarial más emocionante en la región durante años.
"Si se los pone juntos, los cuatro países de la Alianza tendrían la novena economía más grande del mundo, con alrededor de 2,7% del PIB mundial. Representan la mitad de todo el comercio de América Latina con el resto del mundo"
Juan Eduardo Errázuriz, empresario chileno
"Si se los pone juntos, los cuatro países de la alianza forman la novena economía más grande del mundo, con alrededor de 2,7% del PIB mundial", dice Juan Eduardo Errázuriz, un empresario chileno.
"Representan la mitad de todo el comercio de América Latina con el resto del mundo", agrega.
Errázuriz, presidente de la constructora Sigdo Koppers, que opera en los cuatro países, no es el único que expresa su admiración por la alianza.
Costa Rica y Panamá quieren unirse a ella. Países como Canadá, Japón, Nueva Zelanda y Uruguay han solicitado obtener el estatus de observador. Y España dice que quiere participar.
¿Otro foro?
A primera vista, América Latina no necesita otro foro de debate regional. Ya tiene un montón de ellos.
Está el Mercado Común del Sur (Mercosur), un bloque comercial dominado por Argentina y Brasil. Está la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el grupo izquierdista creado a instancia del fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez.
Está la Comunidad Andina de Naciones (CAN), y dos de los más recientes bloques regionales: la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Como si América Latina necesitara otro acrónimo, diversos países a ambos lados del Pacífico, entre ellos Chile, México y Perú, negocian un nuevo acuerdo comercial, el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés).
Pero es la Alianza del Pacífico la que parece haber capturado la imaginación de la comunidad empresarial por el dinamismo de las economías de sus miembros.
Las economías de Perú y Chile fueron las que más crecieron en América del Sur el año pasado, al incrementarse en 6,3% y 5,6% respectivamente. Colombia y México crecieron menos, pero se colocaron por encima del promedio regional.
Los cuatro países miran al exterior, y tienen un particular interés en los mercados asiáticos.
Chile tiene más acuerdos de libre comercio que cualquier otro país en el mundo, y México no se queda atrás.
Empantanado
Compare eso con el otro gran bloque comercial de América Latina, el Mercosur.
Fue creado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Tras un comienzo auspicioso, se empantanó.
Argentina ha puesto cada vez más barreras comerciales proteccionistas, mientras que Venezuela, tras finalmente obtener su ingreso en 2012, ha traído una agenda izquierdista al bloque.
El fracaso del Mercosur para acordar un tratado de libre comercio con la Unión Europea muestra sus deficiencias. Ambas partes han estado discutiendo durante los últimos 18 años.
Frente a las dificultades de hacer negocios en países como Argentina y Venezuela, las empresas en Chile, Colombia, México y Perú se aventuran en los mercados de los demás.
Empresas chilenas minoristas, por ejemplo, representan el 9% de las ventas minoristas en Perú y el 4% en Colombia.
Falabella, uno de los mayores centros comerciales de Chile, consigue en Perú alrededor del 20% de sus ingresos.
"Perú y Colombia son nuestros próximos mercados naturales", dice Dominique Rosenberg, presidente ejecutivo de la compañía chilena de productos de belleza DBS.
Fundada hace siete años, DBS ya está dejando atrás el relativamente pequeño mercado de los cosméticos de Chile y planea expandirse a Perú y Colombia en los próximos dos años.
Rosenberg describe la Alianza del Pacífico como un desarrollo interesante para cualquier empresa que exporta entre los cuatro Estados miembros.
Espacio para crecer
A pesar de la mayor integración entre los países de la alianza, todavía margen para mucho más.
Errázuriz estima que sólo el 7% del comercio total de Chile va a los otros tres países de la alianza, y que sólo el 3% de la inversión extranjera directa en Chile proviene de Colombia, México y Perú.
"Eso sugiere que hay espacio para crecer en ambas direcciones", dice.
América Latina tiene una larga historia de hablar de la integración regional, pero a menudo no ha derivado en tanto.
A pesar de las culturas y lenguas comunes, las naciones han tendido a considerar a los demás como rivales en el comercio y no socios.
Pero eso está empezando a cambiar con el aumento del comercio entre los países de la región. La Alianza del Pacífico parece que va a ser parte de esa transformación.