Vázquez, Lacalle Pou y Bordaberry

Vázquez y su compañero de fórmula, Lacalle Pou y Bordaberry tienen apellidos célebres en Uruguay. Foto: AFP

Primero Lacalle fue presidente de Uruguay, y después lo fue Vázquez. Pero ahora Vázquez se enfrenta en las elecciones a Lacalle, y también a Bordaberry. Aunque en realidad, Bordaberry fue mandatario de Uruguay mucho antes que Lacalle y Vázquez.

¿Confundido? Probablemente necesitaría todo un árbol genealógico de la política uruguaya para entender tal enredo de nombres, pero en ese país sudamericano lo tienen claro: en las elecciones presidenciales del próximo domingo, los apellidos de los candidatos son viejos conocidos.

Los tres contendientes tienen un largo historial de poder o son los más jóvenes de varias sagas políticas uruguayas.

Vázquez, Lacalle, Bordaberry y Sendic

Tabaré Vázquez, el candidato del Frente Amplio y el favorito en las encuestas para la primera vuelta que se disputa el domingo, fue presidente del país entre 2005 y 2010.

Pero quizás son más significativos los apellidos de sus rivales por su tradición histórica.

Por un lado, Luis Alberto Lacalle Pou, quien en los últimos meses ascendió en las encuestas hasta colocarse como otro de los candidatos favoritos.

El aspirante del Partido Nacional es hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995) y de una senadora, así como bisnieto de uno de los caudillos políticos del Nacionalismo uruguayo, Luis Alberto de Herrera.

Mientras, el candidato del Partido Colorado, Pedro Bordaberry, es hijo de Juan María Bordaberry (presidente constitucional entre 1972 y 1973, y después líder de facto tras un golpe de Estado entre 1973 y 1976).

Además, el candidato de Vázquez a la vicepresidencia, Raúl Fernando Sendic, es hijo de un político y guerrillero del mismo nombre, miembro del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros que estuvo preso por combatir al régimen militar.

Dinastías

Lacalle Pou, hijo de expresidente y candidato del Partido Nacional

Lacalle Pou es hijo de expresidente y candidato del Partido Nacional.

"Es un rasgo muy pertinaz en la política uruguaya: los apellidos se repiten", le dice a BBC Mundo el politólogo Romeo Pérez.

"No hay propiamente sucesiones dinásticas en la presidencia, pero sí hay un influjo dinástico, principalmente en la selección de los candidatos, en todos los partidos y en todo el espectro político", añade Pérez, vicepresidente del Centro Latinoamericano de Economía Humana, con sede en Montevideo.

Según el analista, no se trata de una cuestión de falta de renovación -los candidatos son en realidad la generación más joven de estas sagas- o de endogamia política, al fin y al cabo, los padres de Vázquez o del actual mandatario, José Mujica, no fueron presidentes.

Sino más bien una cuestión de márketing electoral y de apoyos políticos.

"En general los ascensos políticos son muy fluidos en Uruguay, no hay una oligarquía de familias como quizás sí existió en otros países de América Latina, como Colombia o en Perú", asegura.

"Pero por un lado, si uno se llama Sendic, Lacalle o Bordaberry, atrae con el nombre la atención de las grandes masas, que es lo primero que un político tiene que lograr en la democracia actual".

"Por otro, estos apellidos atraen padrinazgos para comenzar una carrera política. Seguramente el padre del aspirante tenga en el partido unos amigos que le puedan dar apoyo al hijo, incluso candidaturas", explica.

El apellido en campaña

José María Bordaberry

El padre de uno de los candidatos, Bordaberry, fue presidente de facto y condenado por crímenes bajo su gobierno.

El asunto del apellido no ha estado exento de polémica durante la campaña electoral.

"Hay algunos que tienen solo nombre y otros tienen solo apellido", fue la frase de la polémica pronunciada por el candidato a la vicepresidencia del Frente Amplio, Raúl Sendic o "Raulito".

Un mensaje que se interpretó como un ataque a Pedro Bordaberry, quien en su campaña electoral se presenta habitualmente como "Pedro", sin apellido, según sus críticos en un intento por ocultar el Bordaberry de su padre, quien fue juzgado por la justicia uruguaya por crímenes de lesa humanidad durante su gobierno y murió en 2011 cumpliendo condena.

Pero también como una lanza a Lacalle Pou, quien en su carrera política ha sido criticado por la oposición por su posición económica acomodada y su herencia familiar.

"No nombramos a nadie con nombre y apellido, hablamos de los nombres y de los apellidos y si alguno se sintió aludido es un tema personal", se excusió Sendic cuando los otros candidatos reprocharon el ataque y pidieron centrar la campaña en las propuestas.

Es difícil saber cuál será el peso del apellido en el resultado final de los comicios, que se antojan reñidos y donde también se elegirá a un nuevo congreso.

Pero sea quien sea el ganador de los presidenciales, su nombre sumará una rama más al enrevesado árbol genealógico del poder uruguayo.