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Exitosa supermodelo, ahora busca triunfar en el emprendimiento social.

Lily Cole no se ajusta a las expectativas que la mayoría de la gente tiene frente a una supermodelo.

Empezó a modelar cuando tenía sólo 13 años y ha disfrutado de una larga -y muy lucrativa- carrera al frente de la cámara.

Su vida transcurría entre las pasarelas de las principales semanas de la moda del mundo y en sesiones de fotos en playas tropicales. La modelo británica disfrutó de un estilo de vida jet-set, y acumuló una fortuna estimada de US$ 12 millones.

A los 28 años, ha trabajado para marcas como Chanel, Louis Vuitton, Jean Paul Gaultier y Versace.

Sin embargo, además de todo el brillo y el glamour, Cole sacó tiempo para estudiar en una de las mejores universidades de Reino Unido, Cambridge, de donde se graduó en 2011 con un título de historia del arte, obteniendo las mejores calificaciones.

Papeles múltiples

En los últimos años Cole se ha dedicado cada vez más a la actuación. Ha tenido papeles en películas como Blancanieves y el Cazador y en programas de televisión como Doctor Who.

Hoy dice que ya terminó en buena parte su carrera de modelaje. Ahora divide su vida laboral entre sus proyectos de actuación y la administración de una empresa social llamada Impossible.

Es una página web a través del cual las personas pueden gestionar hacer un trabajo para otra persona de forma gratuita. Es parte de la denominada economía compartida. Los usuarios pueden solicitar un servicio, por ejemplo, encontrar a alguien que camine a su perro, u ofrecer otro servicio, tal como clases de guitarra.

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Lily Cole empezó a modelar a los 13 años.

Cole dice que había considerado la idea durante mucho tiempo y decidió comenzar Impossible, con sede en Londres, en diciembre de 2013 después de que sus amigos le insistieran que era una buena idea.

La prensa informó ampliamente cerca del lanzamiento de la iniciativa. Y es justo decir que buena parte de la cobertura fue escéptica.

Varios críticos acusaron a Cole de ser demasiado idealista o incluso ingenua.

Mientras tanto, otros dijeron que Impossible -una empresa social sin fines de lucro- era un capricho de millonario. Sostenían que el resto de nosotros necesitaría que la empresa diera utilidades.

Cole, que también hace campaña activamente para promover el modelo de empresa social y la necesidad de que todas las compañías mejoren su impacto social y ambiental, dice que no tiene tiempo para esos críticos.

"Ni siquiera me molestaría dándoles (a los críticos) mi opinión", dice ella.

"Uno puede tener mentalidad empresarial y seguir siendo socialmente responsable. Las empresas sociales son un modelo probado y comprobado. Aunque no es la norma, hay un montón de ejemplos exitosos de ello."

’Pensar de manera creativa'

Lily Cole nació en Devon, en el suroeste de Inglaterra y creció en Londres.

Dice que administrar Impossible puede ser "difícil" pero que es "definitivamente más agradable que el modelaje".

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Cole asegura que le gusta más el activismo social que el modelaje.

Aunque Impossible no ha llegado a dar utilidades, ella dice que ahora tiene miles de usuarios en 121 países diferentes y experimenta un crecimiento anual de 500%.

Cole agrega que ella y su equipo en Impossible -siete empleados pagos y varios voluntarios- también están trabajando para que el negocio se vuelva rentable con el tiempo, para que las utilidades se reinviertan en la operación.

Aunque los usuarios que comparten sus servicios no tienen que pagar a Impossible, tienen la opción de una suscripción mensual, que Cole describe como "un pago voluntario, casi una donación".

Para animar a los usuarios a hacer esto, los suscriptores reciben una dirección de correo electrónico de la empresa y revistas gratuitas.

Impossible también tiene un mercado en línea que vende bienes producidos éticamente, hechos por terceros, de quienes toma una comisión de venta.

"Es un reto para cualquier nuevo negocio tener éxito desde una perspectiva de ganancias. Cuando eso se combina con preocupaciones acerca de su impacto social y ambiental, se vuelve aún más difícil”, asegura Cole.

"Esto se debe a que no se puede ser tan agresivo con los márgenes, no puede sentirse bien no pagarle lo suficiente a los empleados o tener un impacto ambiental negativo. Y hay un costo financiero por hacer lo correcto que hace que sea más difícil”, agrega.

"Sin embargo, es totalmente posible (ganar dinero y ser socialmente responsable), sólo hay que pensar de forma creativa", puntualiza.

El futuro

De cara al futuro, Lily Cole predice que el número de empresas sociales sólo seguirá creciendo, debido a que un número creciente de jóvenes social y ambientalmente conscientes están exigiéndolo en las empresas y productos que utilizan. "Se está volviendo cada vez más una prioridad", dice la modelo.

Cole indica que su vida laboral la pone en dos mundos totalmente diferentes. Una semana podría estar filmando en cualquier parte, mientras que la semana siguiente está de vuelta en Londres en las oficinas de Impossible llenando una hoja de cálculo.

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Lily Cole recomienda no empezar intentando cambiar el mundo.

Ella también encuentra tiempo para asistir a eventos que promueven las empresas sociales, como asistir a la final de The Venture, un concurso mundial organizado por la marca de whisky Chivas para futuros jóvenes empresarios sociales.

Sophie Gallois, ejecutiva de Chivas, dice: "La empresa social es un tema que claramente apasiona a Lily”, asegura Sophie Gallois, ejecutiva de Chivas.

"Los puntos que ella planteó en el concurso puso de relieve la importancia de que las grandes empresas tomen más responsabilidad por su impacto social."

A jóvenes idealistas que quieren crear una empresa social para ayudar a cambiar el mundo, Cole les dice que, para empezar, deberían centrarse más bien en una muy pequeña base de clientes.

"Es tan fácil dejarse llevar por el sueño de una idea gigantesca que cambie el mundo, pero hay que empezar con poco y conseguir algo adecuado para una pequeña audiencia", recomienda Lily Cole.

"Y desde allí se puede crecer en escala".