Theresa May ante el ParlamentoDerechos de autor de la imagen
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La primera ministra, Theresa May, ante el Parlamento delineó su programa de negociación con la UE para el Brexit.

La salida del Reino Unido de la Unión Europea es un "momento histórico del cual no hay marcha atrás", afirmó Theresa May al Parlamento.

La primera ministra de Gran Bretaña dijo que se trataba de una "oportunidad única", para "moldear un mejor futuro" para Reino Unido.

May dio su discurso después de que el embajador de Gran Bretaña en Bruselas, Tim Barrow, entregara la carta que formalmente inicia el conteo regresivo de dos años para el retiro de Reino Unido del bloque comercial.

El Brexit, como se le conoce, es el resultado de un referendo convocado en junio de 2016, en el que se votó por la salida de la UE.

No obstante, mandataria reconoció que era "un momento de celebración para unos y desilusión para otros".

Prometió que "representará a cada persona en todo Reino Unido" durante las arduas negociaciones que tendrán lugar durante los próximos dos años.

Estos son los principales temas de discusión que están sobre la mesa y cómo dijo que los abordará.

Comercio

Reino Unido se retirará del mercado común europeo y buscará un nuevo acuerdo aduanero y de libre comercio con la UE.

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El discurso de May sucedió tan pronto el embajador británico, Tim Barrow, entregó la carta al presidente de la Comisión Europea, Donald Tusk.

May reconoció que los líderes europeos han expresado que Reino Unido no seguir siendo miembro del mercado común y pretender ser "selectivo" al aceptar las cuatro libertades inseparables al mismo: libertad de movimiento de bienes, servicios, personas y dinero.

"Aceptar esas libertades es incompatible con la voluntad expresada democráticamente del pueblo británico", dijo. Por consiguiente, afirmó: "No seguiremos siendo miembros del mercado común".

No obstante sostuvo que buscarán crear acuerdos de libre comercio con la UE que sean "imaginativos y ambiciosos", que permitan "la máxima libertad de las compañías británicas para operar en los mercados Europeos; y que permita a las empresas europeas hacer lo mismo en Reino Unido".

Pero también señaló que buscan acuerdos con otros países por fuera de la UE, en aras de penetrar "los mercados de exportación de mayor crecimiento en el mundo".

Inmigrantes y expatriados

El gobierno quiere asegurar "tan pronto como sea conveniente" un consenso con los países europeos sobre los derechos de los inmigrantes europeos en Reino Unido y los británicos viviendo en el continente.

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No todos están contentos con el Brexit y la primera ministra exhortó a la unidad entre los ciudadanos.

"Controlaremos la inmigración para seguir atrayendo a los mejores y más brillantes personas para trabajar o estudiar en Gran Bretaña", aseguró la primera ministra, pero indicó que esto sería al "servicio del interés nacional".

No obstante dijo que buscaría "garantizar los derechos de los inmigrantes que ya están viviendo en Reino Unido".

Manifestó que representará a aquellos que han decidido "hacer de Reino Unido su hogar".

La cuenta a pagar

El gobierno británico ha prometido honrar sus obligaciones cuando se retire, pero ha desestimado las afirmaciones de que esa cuenta podría ascender a US$62.000 millones.

Vale la pena resaltar que, en su discurso, May no abordó en su discurso el asunto de cuánto deberá pagar a la UE en sus compromisos adquiridos.

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"Estimado Presidente Tusk", encabezó May la carta que formalmente dio inicio al Brexit.

El tema es polémico pues hay quienes sostienen que, tras haber pagado miles de millones a la burocracia de Bruselas, el total que Reino Unido le debe a la UE es "cero".

Pero los lideres europeos han asegurado que la cuenta de este "divorcio" va a ser alta y los políticos británicos que apoyaron la permanencia británica en la UE, aseguran que ese saldo habrá que pagarlo.

La carta que subscribió dice: "Necesitaremos discutir cómo determinar un acuerdo justo en los derechos y obligaciones de Reino Unido como estado miembro que se separa, siguiendo la ley y el espíritu de la continuidad de una asociación entre Reino Unido y la UE".

Significativamente, el documento establece el deseo de querer discutir simultáneamente el costo de la salida y la perspectiva asociación futura, lo que probablemente hace uno dependiente del otro.

La unidad del reino y la frontera con Irlanda

"Fortaleceremos la unión de las cuatro naciones que conforman Reino Unido (Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte). Negociaremos como un solo Reino Unido, tomando en cuenta los intereses específicos de cada nación y región", expresó May.

La declaración tiene gran significado teniendo en cuenta que, el martes, el Parlamento en Escocia votó para convocar a un segundo referendo para la independencia de ese país.

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Nicola Sturgeon, ministra principal de Escocia, declaró que no busca una confrontación con el gobierno británico.

El gobernante Partido Nacional Escocés sostiene que la mayoría de sus ciudadanos votaron por permanecer en la UE y quieren tener la alternativa de negociar separadamente sus términos comerciales con Europa u optar por independizarse de Reino Unido.

Pero May prometió a las regiones autónomas de Escocia, Gales e Irlanda del Norte que podrán esperar "ver un aumento significativo en sus poderes para toma de decisiones como resultado de este proceso (del Brexit)".

Otro tema áspero es la frontera abierta entre la República de Irlanda, que seguirá siendo miembro de la UE, e Irlanda del Norte, que fue una de las condiciones para la firma de paz norirlandesa.

La carta estipula que Reino Unido aspira a mantener una frontera abierta y sin fricciones entre ambos países.

"No deberemos regresar a las fronteras del pasado", recalcó la líder británica.

Soberanía

Reino Unido dejará de estar bajo la jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia, pero intentará establecer mecanismos separados para resolver asuntos como disputas comerciales.

"Tomaremos control de nuestras propias leyes y pondremos fin a la jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia en Gran Bretaña", afirmó May.

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La jurisdicción del Tribunal Europeo en Luxemburgo es uno de los asuntos que más molestia causa entre los euroescépticos.

Explicó que, al abandonar la Unión Europea, las leyes se harán en Westminster, Edimburgo, Cardiff y Belfast (las sedes de legislación de las cuatro naciones del reino).

Los fallos emitidos por el Tribunal Europeo en Luxemburgo es uno de los asuntos que más molestia causa entre los euroescépticos.

"Todas esas leyes se interpretarán por jueces no en Luxemburgo, sino en tribunales por todo este país", resaltó May.

Seguridad

El gobierno británico declaró que desea continuar cooperando en temas de seguridad e intercambio de inteligencia.

En vista de los ataques extremistas de los últimos años, la delicada situación de seguridad nacional y continental es de vital importancia para los países de occidente.

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La situación de seguridad en Europa es de gran preocupación para Reino Unido.

Sin embargo, la coordinación de información entre las diferentes agencias de seguridad y orden es uno de los temas que más podría quedar afectado por el Brexit.

Eso lo reconoció la primera ministra.

"Con la seguridad de Europa más frágil hoy que en cualquier momento desde el final de la Guerra Fría, debilitar nuestra cooperación y no reafirmar los valores europeos sería un costoso error".

"Nuestro voto para irnos de la UE no fue un rechazo de los valores que compartimos como europeos", añadió.

Aseguró que Reino Unido continuaría promoviendo y apoyando esos valores, tanto durante las negociaciones como después.

En palabras de May: "Seguiremos siendo socios confiables, aliados comprometidos y amigos cercanos".