La muerte a tiros de un fiscal de distrito en el estado de Texas -el tercer ataque contra un funcionario judicial en Estados Unidos este año- tiene a las autoridades en alerta y perplejas sobre las causas.

Los cuerpos del fiscal Mike McLelland y su esposa fueron hallados el fin de semana en su casa en el condado Kaufman, en el este de Texas.

Se suman a la muerte en enero del vicefiscal Mark Hasse, quien trabajaba con McLelland, y a la del jefe de prisiones de Colorado, Tom Clements, en marzo.

Las autoridades dicen que desconocen las razones detrás de estas muertes y si están relacionadas. Sin embargo, manejan las hipótesis de que los responsables pueden ser la Hermandad Aria, un grupo de supremacía blanca, o los carteles de las drogas, considerados por las autoridades la amenaza más significativa para la seguridad de Texas.

En ese sentido, el gobernador del estado, Rick Perry, dijo que hay una "preocupación clara para los individuos que están en la vida pública, en particular los que se ocupan de individuos muy crueles y violentos, ya sean grupos de supremacía blanca o carteles de la droga".

La muerte de Tom Clements

Mapa de Texas

Si bien no ha habido arrestos relacionados con la muerte de Mark Hasse, la policía aparentemente está analizando si su muerte tiene vínculos con la de Tom Clements, en Colorado.

La semana pasada, un sospechoso de la muerte de Clements murió en un tiroteo con la policía en Decatur, Texas, a 135 kilómetros de Kaufman.

Evan Spencer Ebel, el sospechoso, era un reo de Colorado vinculado con una banda carcelaria de supremacía blanca llamada 211 Crew.

Clements, director del departamento de prisiones de Colorado, murió a tiros cuando salió a atender un llamado en la puerta de su casa, en marzo pasado.

Con el caso de McLelland, la cifra de fiscales muertos en ejercicio en el país asciende a 13 en las últimas décadas, según le dijo a BBC Mundo Scott Burns, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Fiscales de Distrito (NDAA, por sus siglas en inglés).

"Violencia extrema"

Hablando de la muerte de McLelland, el jefe de policía de Kaufman Chris Aulbaugh dijo al Dallas Morning News que es un "shock" y que si bien no puede confirmar que haya un vínculo con la anterior muerte de Hasse, "hay que asumirlo hasta que se pruebe lo contrario".

Y es ese vínculo aparente el que permite a los investigadores centrar su atención en la Hermandad Aria, un grupo establecido en los años 80 en el sistema carcelario de ese estado.

Hasse no sólo murió el mismo día en que el Departamento de Justicia dijo que la oficina del fiscal de distrito de Kaufman estaba investigando un caso de crimen organizado contra ese grupo, sino que el mismo McLelland prometió capturar a la "escoria" responsable del fallecimiento de Hasse.

La acusación formal contra una treintena de miembros de ese grupo, revelada en noviembre, dijo que la Hermandad Aria "utiliza la violencia extrema y las amenazas de violencia para mantener la disciplina interna y tomar represalias contra quienes consideran que están cooperando con el cumplimiento de la ley".

casa de McLelland

La casa de McLelland fue acordonada tras el incidente.

Y en diciembre, el Departamento de Seguridad Pública de Texas advirtió que tenía información que sugiere que la Hermandad Aria "planeaba activamente tomar represalias contra funcionarios judiciales" que acusaran a miembros de la banda, incluyendo sus líderes, en la ciudad de Houston.

Pero un informe de febrero sobre las amenazas de seguridad pública en Texas señala que más que los grupos raciales, la principal amenaza en el estado son los carteles de las drogas mexicanos.

El informe del Departamento de Seguridad Pública de Texas explica que los narcotraficantes están usando tácticas que son peligrosas para el cumplimiento de la ley en Texas y agrega que algunos funcionarios han sido asaltados o han recibido disparos.

En alerta

Más allá de la poca claridad que hay sobre las muertes de los funcionarios judiciales, la noticia ya ha tenido dos efectos: un rechazo a los crímenes de parte de las entidades afectadas y un aumento en la seguridad de los fiscales.

Scott Burns, de la NDAA, explicó que la seguridad depende de los mismos fiscales y que él, como todos, está tratando de descubrir por qué dos fiscales del mismo condado fueron asesinados.

"Es más que raro, no tiene precedentes", dijo. "Lo entendemos como un ataque al sistema judicial criminal", le dijo a BBC Mundo.

la corte de Kaufman

Funcionarios de la corte en Kaufman tuvieron que ser escortados por policías.

Para evitar nuevos incidentes, el fiscal de distrito en Houston aceptó seguridad continua para él y su familia, con medidas adicionales en su oficina, la más grande en el estado con más de 270 fiscales.

También han aumentado las precauciones en algunos de los condados y se ha buscado el acompañamiento policial en la corte.

Sara Marie Kinney, portavoz de la oficina del fiscal del condado Harris, también en el este de Texas y también involucrado en la acusación de noviembre contra la Hermandad Aria, le dijo a BBC Mundo que no sabe si algunos de los funcionarios en su condado están en la mira o si es un evento aislado, y añadió que precisamente por eso se aumentó la seguridad.

Señaló que el investigador del condado está en contacto con los funcionarios en Kaufman y que es posible, aunque no seguro, que la muerte de McLelland esté vinculada a ataques anteriores.

Pero hasta ahora es muy poco lo que se ha revelado y tanto Burns como Kinney son cautos.

"Estamos esperando, como todos, a ver qué revelan las investigaciones", concluye Burns.