El reciente ataque de Estados Unidos contra una base militar siria se sustenta en una idea cardinal: el régimen de Bashar al Asad posee armas químicas y las usó el 4 de abril en un bombardeo que dejó más de 80 muertos.
Sin embargo, aunque el gobierno de Donald Trump y otras naciones asumen eso como una verdad incuestionable, la idea tiene más de un detractor.
El principal es Rusia, aliado de Al Asad, que insiste en que lo que sucedió fue que resultó golpeado un almacén con agentes tóxicos en manos de fuerzas rebeldes.
Pero Moscú no está solo y el abanico ideológico de escépticos es tan amplio que va desde los grupos de derecha en Estados Unidos que creen que embaucaron al presidente, hasta WikiLeaks.
"Cuando matas a niños inocentes, a bebés, con un gas químico que es tan letal… Eso cruza muchas líneas, va más allá de una línea roja. Mi actitud hacia Siria y Al Assad ha cambiado mucho", afirmó Donald Trump un día antes de que los misiles Tomahawk despeguen de los destructores estadounidenses en el mar Mediterráneo.
Como él, durante todo el viernes, funcionarios de su gobierno defendieron la misma idea: Al Asad atacó civiles con armas químicas y Estados Unidos considera que eso es una amenaza para su seguridad nacional estadounidense.
Versiones encontradas
Por supuesto que el gobierno sirio fue el primero en rechazar la versión estadounidense, que además es apoyada por Francia y Reino Unido.
Por su parte Rusia, aliada de Al Asad, sostiene que lo que sucedió el martes en Khan Sheikhoun fue que los aviones sirios destruyeron un depósito rebelde donde se hallaban armas químicas.
Este viernes, después del bombardeo ordenado por Trump, Dmitry Peskov, vocero del presidente ruso Vladimir Putin, reiteró que "el ejército sirio no tiene armas químicas".
De hecho, oficialmente Rusia se ocupó de destruirlas después de llegar a un acuerdo para evitar un ataque de Estados Unidos sobre Siria en 2013.
Desde el principio, los rusos señalaron que resultaba "muy sospechoso" que se produzca un ataque con armas químicas en Siria.
"Existen fuerzas que se proponen privar de legitimidad al gobierno sirio, existen fuerzas terroristas y aquellos que apoyan a los terroristas", señaló Peskov al tiempo que insistía que sólo las fuerzas opositoras de Al Asad se beneficiarían con un bombardeo con armas químicas.
El coronel Hamish de Bretton Gordon, antiguo responsable del regimiento de armas químicas y radiológicas del ejército británico, le dijo a la BBC que la versión rusa sólo se explica porque "tratan de proteger a un aliado".
"La idea de que era un almacén de Al Qaeda que fue destruido es completamente insostenible y falsa", agregó.
Coincide Oliver Lepick, un experto francés en armas químicas citado por la agencia AFP, dijo que la tesis rusa es "completamente imaginaria".
"No se sostiene por un momento", señaló Lepick quien describió lo sucedido en Khan Sheikhun como un fenómeno de "aerosolización", muy efectivo y que sólo puede provocar un arma y no una explosión accidental.
Lepick considera que la explosión de un almacén hubiera provocado una nube tóxica pero el gas no se hubiera dispersado de manera tan efectiva.
Aunque Julien Legros, del Centro Nacional de Investigación de Francia, dijo que no se puede descartar la versión rusa como posible.
Para Legros, aunque es cierto que la mayor parte del agente tóxico hubiera sido destruido por la explosión, es posible que una parte se hubiera esparcido.
"Si con 10 miligramos se puede matar a una persona y se esparce el 10% de una tonelada, tienes suficiente para matar a varios cientos".
Quién gana y quién pierde
Para el profesor Günter Meyer, director del Centro de Investigaciones del Mundo Árabe de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia, en Alemania, hay un detalle de contexto que no se puede perder de vista: los rebeldes sirios están acorralados y el gobierno de Al Assad en posición de ventaja.
"De semejante ataque con gas letal solo pueden beneficiarse los grupos opositores armados", señala el experto alemán.
El experto alemán, en una entrevista concedida a la Deutsche Welle, apuntó que los rebeldes son los que se beneficiarán con el endurecimiento de las posiciones de los detractores de Al Asad y puso la reacción de Donald Trump como ejemplo.
Por su parte, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, que agrupa a 192 estados incluyendo a Siria, anunció una investigación para verificar si en el ataque del 4 de abril se usaron armas químicas y si pertenecían al gobierno de Al Asad.
"Estamos seriamente preocupados por el presunto ataque con armas químicas (…). La misión de búsqueda de hechos está en proceso de recopilar y analizar información de todas las fuentes disponibles. Condenamos enérgicamente el uso de armas químicas por cualquier persona, en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia", señaló la entidad.
Escepticismo
Ante la falta de pruebas contundentes que demuestren que efectivamente fue el gobierno de Bashar al Asad el que utilizó armas químicas el 4 de abril, las voces que cuestionan el elemento detonante del ataque de Trump se multiplican.
Las dudas se proliferaron incluso desde quienes se supone están en el bando de Trump.
"No creo que sea una coincidencia que unos días después veamos esto", afirmó el senador republicano Marco Rubio, en tono de reproche por la actitud de la administración Trump hacia Siria.
Mientras tanto, connotados miembros del grupo estadounidense de derecha Alt-Right comenzaron a circular una versión que señala que el ataque con armas químicas fue una "falsa alarma" preparada para que Trump deje de lado su política exterior bautizada "Estados Unidos primero" e intervenga con más fuerza en Siria.
El senador Rubio, por ejemplo, afirmó que le parecía muy sospechoso que un ataque con armas químicas se produzca justo unos días después de que Estados Unidos sugiera que la permanencia de Al Asad en el poder debería ser definida sólo por los sirios.
Por su parte, WikiLeaks sostiene una teoría que vincula al ataque con armas químicas con extremistas islámicos y no con el gobierno sirio.
La organización comandada por Julian Assange difundió un video en el que un activista sirio señala que el objetivo real es precipitar una guerra en su país.
Incluso Bolivia hizo patentes sus dudas ante la justificación estadounidense del bombardeo.
En la sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, este viernes, la delegación boliviana mostró una foto del secretario de Estado de George W. Bush, Colin Powell, cuando en 2003 le aseguró a la ONU que tenía pruebas contundentes de que existían armas de destrucción masiva en Irak.
De esta manera, los bolivianos recordaron que no es la primera vez que Estados Unidos muestra "pruebas" para justificar una acción unilateral que después no llega a verificarse del todo.
Estados Unidos devolvió el golpe acusando a Bolivia de pretender que la sesión del Consejo de Seguridad se realice a puertas cerradas para que el mundo no fuera testigo del apoyo boliviano al gobierno de Al Asad.
Todavía no se sabe a ciencia cierta si el gobierno sirio usó armas químicas el 4 de abril. Por ahora, lo concreto es que 59 misiles estadounidenses fueron lanzados contra una instalación oficial de Siria y eso ocasionó un temblor diplomático global y una avalancha de dudas.