Alza incontenible de los precios petroleros, caída de las bolsas, pinchazo de la incipiente recuperación estadounidense, golpe demoledor sobre la eurozona son los temores más prominentes que despierta el posible ataque militar a Siria.

La mera posibilidad de una acción militar disparó a fines de agosto el precio del petróleo a su nivel más alto en seis meses y golpeó a los mercados bursátiles de todo el mundo.

La aparente postergación hasta la próxima semana de la ofensiva liderada por Estados Unidos produjo este jueves y viernes el efecto contrario: recuperación de las bolsas y moderación del precio del crudo.

Según indicó a BBC Mundo el analista de ETX Capital Ishaq Siddiqi, estas fluctuaciones reflejan el profundo impacto que puede tener un ataque en una economía mundial que no ha terminado de recuperarse de la crisis de 2007-2008.

"El impacto regional de un ataque a Siria es la razón profunda de estos temores. Es posible que en los próximos días el barril supere los US$120 y, si la situación se descontrola, llegue hasta los 150. Estos valores tienen un profundo impacto sobre el consumo y la producción mundial por el peso del petróleo en toda la cadena de precios", señala Siddiqi.

La última vez que el precio del barril llegó a 150 dólares fue en los meses que precedieron a la caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008 y el subsecuente derrumbe económico global.

El sube y baja mundial

A pesar de las noticias promisorias de este agosto, la economía mundial no se ha recuperado aún del estallido financiero de 2008.

A diferencia de la primera mitad del año en que todos los pronósticos eran a la baja, a mediados de agosto hubo firmes señales de una recuperación de los países más desarrollados -Estados Unidos, Unión Europea, Japón- que son una quinta parte de la humanidad, pero producen un 60% de la riqueza mundial.

"Con la turbulencia de los últimos días por Siria, la presión se ha intensificado sobre (los países en desarrollo). Esta presión es por supuesto más intensa sobre las naciones no productoras de petróleo"

Ishaq Siddiqi, ETX Capital

Los temores sobre un aterrizaje forzoso de la economía china también disminuyeron en las últimas semanas gracias a los buenos datos industriales y de exportación que provocaron una recuperación de los valores de las materias primas, tan cruciales en América Latina.

Ese indicador de la actividad industrial que es el cobre recuperó un 8% de su valor luego de una caída abrupta en la primera mitad del año.

Este jueves, cerrando el mes, los datos oficiales estadounidenses mostraron que la economía había crecido un 2,5% entre abril y junio, muy por encima de las estimaciones previas.

Pero políticos como el senador republicano y excandidato presidencial de Estados Unidos John McCain alertan que Medio Oriente puede echar todo por tierra.

"Las ondas expansivas de este conflicto sirio se sienten en Líbano, en Irak y en Jordania, que está al borde del caos por la situación de los refugiados. El impacto económico de todo esto es evidente", señaló McCain.

Política y oro negro

Medio Oriente produce una tercera parte del petróleo que se exporta en el planeta. Si bien Siria no es un protagonista importante, Irak lo es.

El impacto que conflictos como el sirio pueden tener en la producción se ve a las claras en Libia, que tiene un petróleo de alta calidad y que hoy produce una quinta parte de los niveles alcanzados inmediatamente después de la caída de Gaddafi hace dos años.

Lingotes de oro

El oro, refugio en tiempos de incertidumbre, incrementó su valor.

Una disparada de los precios sería fatal para un importador neto de energía como la eurozona, que acaba de salir de la recesión gracias al crecimiento de Alemania, Francia y al sorpresivo rendimiento de Portugal.

El desempeño de los grandes generadores de demanda mundial como la Unión Europea o Estados Unidos es fundamental para el resto del planeta.

Según Ishaq Siddiqi el impacto ya se ha hecho sentir en los países en desarrollo o emergentes, que han visto una brusca caída del valor de sus monedas debido al posible fin del crédito barato estadounidense.

Desde Indonesia hasta India, de Rusia a Brasil, Malasia, Turquía y Sudáfrica ha habido devaluaciones, fuga de capitales y temores de disparadas inflacionarias luego de que el presidente de la Reserva Federal (Banco Central estadounidense), Ben Bernanke, sugiriera el fin de la política de expansión cuantitativa (emisión monetaria electrónica).

"Con la turbulencia de los últimos días por Siria, la presión se ha intensificado sobre estos países. Esta presión es por supuesto más intensa sobre las naciones no productoras de petróleo", señala Sidiqi.

Ganadores y perdedores

A río revuelto siempre hay pescadores. Los países exportadores de petróleo se benefician con un alza de los precios siempre que estos no hagan caer estrepitosamente la demanda y no intensifiquen presiones recesivas a nivel global. En la última semana las acciones de las compañías petroleras han experimentado una fuerte subida.

"Si (una acción militar) es breve y ceñida claramente a una respuesta al ataque con armas químicas del gobierno sirio, el impacto será controlable porque se podría evitar una regionalización del conflicto"

Pat Thaker, Unidad de Inteligencia de The Economist

El oro, considerado valor de refugio en tiempos de incertidumbre, es otro de los ganadores.

Pero según le indicó a BBC Mundo Pat Thaker, directora para África y Medio Oriente de la Unidad de Inteligencia del semanario británico The Economist, la actual turbulencia dependerá de la duración y el impacto de la acción militar.

"Si es breve y ceñida claramente a una respuesta al ataque con armas químicas del gobierno sirio, el impacto será controlable porque se podría evitar una regionalización del conflicto", indicó Thaker.

A favor de que el impacto sea breve y contenible hay dos hechos. Por un lado la guerra civil siria no es un fenómeno nuevo: comenzó hace dos años. Por el otro, Siria no es un importante productor petrolero.

"Los mercados han tenido tiempo para adaptarse. Pero además hay muchos cambios en el mercado petrolero por la irrupción del petróleo de esquisto y el hecho de que Estados Unidos va a pasar de importador a exportador neto, todos factores que estabilizan el mercado y moderan el impacto global", señala Thaker.