El colapso de la civilización maya ha sido uno de los misterios que persistentemente han ocupado a la comunidad científica, pero en los últimos años ha ido cobrando fuerza la explicación de que la causa de su desintegración fue la sequía.
Ahora unos estudios hechos en las aguas de Belice por la Universidad Rice y la Universidad del Estado de Louisiana, EE.UU., refuerzan esa teoría.
En perforaciones paralelas en una laguna (Elbow Caye) de la Barrera del Arrecife de Belice y en el Gran Agujero Azul, de más de 300 metros de ancho y 123 metros de profundidad, se encontró que entre los años 800 y 900 se produjo una sequía que coincide con la dispersión de los mayas en la Península de Yucatán.
El geólogo de la Universidad de Rice, Andre Droxler, coautor de la investigación, señaló a BBC Mundo que el análisis químico de esos sedimientos, especialmente la proporción de titanio y aluminio, revelaron que en ese período hubo escasas precipitaciones.
"Se encontraron bajos niveles de titanio que corresponden a épocas de menos lluvias", señaló Droxler, quien destacó que la Laguna Elbow Caye es una "trampa para sedimentos perfecta", ya que está rodeada completamente por un arrecife de coral que creció casi hasta el nivel del mar.
"Lo más interesante es que está apenas a unos 50 kilómetros de los Montes Mayas", agregó.
Mientras tanto, en otra prueba de la falta de precipitaciones, los estudios realizados en el Gran Hoyo Azul determinaron que en ese período hubo uno o dos ciclones cada dos décadas, en vez de los cinco o seis acostumbrados.
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Desplazamiento al norte
Los mayas florecieron entre los años 300 y 700, ocupando primero los territorios de lo que es hoy Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador y luego partes de México.
Consiguieron un nivel de desarrollo muy avanzado para la época, construyendo impresionante pirámides y logrando, entre otras cosas, grandes avances en el mundo de la astronomía.
Sin embargo, Droxler destaca que al mismo tiempo se trataba de una civilización agrícola que terminó siendo afectada por la sequía, algo que generó "hambrunas y disturbios".
Y su declive precisamente comienza entre los años 900 y 1000, la época en que ocurrió el cambio climático.
Droxler apunta que, tras el regreso de las lluvias, los mayas se establecieron más hacia el norte en Chichén Itzá (Yucatán, México).
Sin embargo, allí también fueron acosados por una nueva sequía que sucedió entre el 1000 y el 1100, cuando ese importante centro maya también terminó colapsando.
Añadió Droxler que se cree que la principal causa de esas sequías son cambios en las zona de convergencia intertropical, un frente que por lo general lleva agua a las regiones tropicales del mundo, mientra seca los subtropicales.
Estudios previos
Las conclusiones de los estudios de Droxler y su equipo coinciden con otras investigaciones divulgadas en 2012.
Una de ellas se llevó a cabo en la cueva de Yok Balum, también en Belice, que está a menos de cinco kilómetros de la antigua ciudad maya de Uxbenká.
El estudio, publicado en la revista Science, analizó las estalagmitas de más de 2.000 años que hay en la cuevas, y que crecen conforme el nivel de lluvia de un lugar, señalando que una sequía asoló el lugar.
"La principal conclusión fue que una prolongada sequía contribuyó al colapso del período clásico de la civilización maya", dijo a la revista LiveScience el arqueólogo Douglas Kennett, autor principal del estudio.
Ese mismo año otro estudio publicado en Science, hecho por el Centro de Investigación Científica de Yucatán en México, en colaboración con la Universidad de Southampton, en Reino Unido, indicó que una sequía no tan severa pudo haber sido la causa del colapso maya.
Una reducción de tan sólo el 25% o el 40% en las precipitaciones podría haber sido suficiente para agotar las reservas de agua en la región, indicó.
Los científicos usaron técnicas avanzadas de modelación para calcular las tasas de precipitación y evaporación entre los años 800 y 950.
Sus resultados reflejaron que un modesto descenso en el nivel de lluvia fue suficiente para agotar las reservas de agua en las tierras bajas de Yucatán, donde no hay ríos.
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La teoría de la sequía es apenas una de muchas que han intentado explicar la decadencia del período clásico de los mayas.
Otros estudios llevados a cabo con anterioridad culparon al malestar social, las enfermedades y la deforestación por el declive.
Pero en todo caso y, contrario a un mito que persiste, los mayas no han desaparecido.
Hoy en día son la segunda etnia indígena de México después de los nahuas. En Yucatán, estado del sur del país, constituyen el 80% de la población, y hay comunidades en Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador.
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