La última y revolucionaria misión de Franklin Chang, el astronauta pionero latinoamericano

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El motor de plasma es el sueño de toda la vida de Franklin Chang.
"Si el espacio va a ser el dominio de los países más ricos, para eso mejor no ir".Se nota que Franklin Chang, uno de los primeros latinoamericanos en ir al espacio y el astronauta que más misiones acumula —participó en siete y comparte el récord con el estadounidense Jerry L. Ross—, es un acérrimo defensor de la democratización del espacio.El costarricense insiste en que todos los países deben tener la oportunidad de explorarlo y para ello está poniendo su grano de arena.Entre manos tiene un invento revolucionario con el que promete llevar naves a Marte en 39 días —en la actualidad se necesitan entre siete y ocho meses— y con el que quiere poner a Costa Rica en el mapa de la exploración espacial.
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Con el motor VASIMIR se tardaría siete veces menos en llegar a Marte, dice Chang.
La innovadora tecnología se llama motor de magnetoplasma de impulso variable (VASIMIR, en inglés), pretende ser una alternativa barata y eficaz para propulsar naves espaciales y es el sueño de toda la vida de Chang.
El Nautilus como inspiración
Chang, hijo de un empleado petrolero de ascendencia china y una madre costarricense, nació en San José, la capital de Costa Rica, en 1950.Su primer cohete lo construyó durante la infancia, para jugar con sus primos. Era un montaje hecho con cajas de cartón y "tenía hasta radio", cuenta.Después fue a Estados Unidos a seguir con la secundaria, y allí continuó después con su formación académica.Estudió ingeniería mecánica en la Universidad de Connecticut y se sacó un doctorado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, en inglés) en física aplicada al plasma en 1977.Fue en ese tiempo cuando empezó a esbozar el motor, pero la idea había empezado a cristalizar mucho antes en su cabeza, "desde que el Nautilus cambiara el paradigma del balance bélico-estratégico marino", señala.Image copyright
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El USS Nautilus fue el primer submarino propulsado con energía nuclear.
Al espacio sin dejar el laboratorio
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La NASA seleccionó a Franklin Chang como astronauta en 1980, pero él siguió trabajando en su proyecto.
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Chang participó en siete misiones espaciales.
"Sopa ardiente" de iones
El VASIMIR funciona de forma similar a un cohete químico tradicional. Con la ayuda de un combustible se crea una explosión que recorre la tubería interior del cohete y produce la aceleración necesaria para que el vehículo se desplace.Pero en el caso del motor de Chang, no hay combustible, sino plasma, el cuarto estado de la materia.Ésta se obtiene al calentar un gas con una antena de radiofrecuencia y formando una "sopa" de iones a más de 50.000 grados centígrados.Como el plasma es tan caliente, no existe un material capaz de contenerlo. Así que en el diseño del costarricense es un campo magnético el que se encarga de formar el recipiente.Image copyright
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Chang dice que su invento es una alternativa barata y eficaz para propulsar naves espaciales.
"La parte romántica"
También se minimizarían los efectos de los viajes espaciales en los astronautas, dice."Se sufre una serie de efectos por la ausencia de peso y otros por la radiación, la lluvia de partículas cargadas a las que se exponen los astronautas", explica."También producen problemas en varios sistemas y órganos, además del debilitamiento muscular y la descalcificación", añade, aunque matiza que él no sufrió tantos efectos secundarios porque las misiones entonces no duraban tanto como hoy."Por eso queremos ir rápido a Marte y estar bajo la gravedad del planeta cuanto antes, para que el cuerpo (de los astronautas) no se debilite".Image copyright
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La tecnología actual no da la talla para los viajes interplanetarios, cree Chang.
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