Un viejo enemigo está amenazando con fuerza la producción cafetera en Centroamérica: la roya, una enfermedad producida por un hongo que ataca principalmente a las hojas del café, tiene en alerta a productores y gobiernos de la región.

El hongo, que debilita las plantas y provoca que el fruto del café caiga antes de su maduración, no es nuevo para la región.

Pero en Guatemala, Costa Rica, Honduras, Nicaragua y el sur de México -los principales afectados- sus consecuencias nunca habían sido tan perjudiciales como hoy.

"El hongo apareció por primera vez en Guatemala en 1982, pero su propagación nunca había sido tan masiva", le explica a BBC Mundo Nils Leporowski, Presidente de la Asociación Nacional del Café de Guatemala (Anacafé).

El cambio climático, que dio origen a unas condiciones meteorológicas especialmente propicias para la difusión de la plaga, es el principal responsable.

"En los últimos tres años las condiciones climáticas han favorecido la propagación del hongo, debido a una combinación de altas temperaturas y lluvias", señala Leporowski, quien precisa que el 70% del parque cafetero de Guatemala está afectado por el hongo.

Humedad más calor, fatal combinación

La plaga, ocasionada por el hongo Hemileia vastatrix, tiende a reproducirse en condiciones de humedad y calor, en temperaturas que oscilan entre los 18 y 24 °C.

Impacto económico

  • Seis países centroamericanos y cuatro suramericanos exportan café, por lo que el impacto socioeconómico que puede generar la infestación es de dimensiones incalculables.
  • El café genera en la región más de millón y medio de empleos directos y otros cientos de miles de indirectos.
  • Se calcula que Centroamérica necesita alrededor de US$300 millones para combatir la enfermedad de la roya, según autoridades de la Asociación Nacional del Café (Anacafé) de Guatemala.
  • Según la organización CropLife Latin América, con sede en Costa Rica, la roya ha dejado pérdidas anuales de hasta el 30% en los cafetales de América Latina.
  • El impacto que causará la plaga en las exportaciones no está claro, se espera que las mayores repercusiones se den durante la cosecha de 2013-2014.

Pero aunque los expertos coinciden en que el factor climático es el principal impulsor del fenómeno, otros motivos contribuyeron a su propagación.

"Influyó la falta de recursos, que le impidió a los productores tomar las medidas preventivas necesarias", apunta Leporowski.

"El caficultor no pudo fumigar porque no le alcanzó el dinero", añade.

En Costa Rica la situación es bastante similar.

Las consecuencias del hongo en la cosecha del país son tan nocivas, que el gobierno decretó una emergencia fitosanitaria que se extenderá por dos años, tiempo que será necesario para frenar el brote de la roya.

El número de cultivadores afectados severamente por la enfermedad de la planta en el país asciende a 10.000.

"Se prevé que el proceso de recuperación de las cosechas dure de dos a tres años, teniendo en cuenta que en el caso de Costa Rica la plaga está concentrada en zonas de maduración temprana", explica Ronald Peters, director ejecutivo Del Instituto de Café de Costa Rica, (ICAFE).

En el caso de Guatemala, Leporowski prevé que el período de recuperación sea de a tres a cinco años. La roya afectaría directamente a 100.000 personas en la cosecha de 2013, y a 200.000 en 2014.

Café

Manos a la obra

A falta de medidas preventivas, los organismos cafeteros esperan actuar lo antes posible para limitar los efectos de la plaga.

"El daño ya está hecho, las consecuencias más graves se verán en las cosechas de 2014″, aclara Leporowski.

El representante de Anacafé señaló que aunque se deben tomar medidas a corto plazo, el principal objetivo debe ser buscar una solución definitiva al problema.

"Es un virus que se propaga principalmente a través del viento, por lo que si queremos eliminar la infestación se deben tomar medidas a nivel centroamericano"

Nils Leporowski, Presidente de la Asociación Nacional del Café de Guatemala (Anacafé)

Entre las medidas a corto plazo, el experto menciona la necesidad de tomar el control absoluto del hongo a través de la fumigación. Para ello, se espera que los gobiernos financien los agroquímicos preventivos y curativos que los productores necesitan.

"En el caso de Guatemala, el 45% de los productores son pequeños, el 47% medianos y escasamente el 8% son productores de gran escala, por lo que se necesitan las subvenciones".L

La situación es parecida en Costa Rica donde, según Peters, los grandes productores también representan alrededor del 8%.

Las cifras ponen de relieve el impacto socioeconómico que puede generar una alta infestación en las plantaciones en Latinoamérica.

Para solucionar el problema se debe actuar en conjunto, opinan los expertos.

"Es un virus que se propaga principalmente a través del viento, por lo que si queremos eliminar la infestación se deben tomar medidas a nivel centroamericano", opina Leporowski.

Una reunión de los países afectados está planificada para febrero en Nicaragua, con el fin de encontrar soluciones conjuntas.

En cuanto acciones de largo aliento, Leporowski hace hincapié en la posibilidad de remplazar a las variedades existentes por especies resistentes al hongo. "Las variedades que sembramos en Guatemala son de alta calidad, por lo tanto susceptibles a la roya", explica

"En Colombia, en donde la plaga es un viejo enemigo, se decidió tomar esta medida para solucionar el problema".

El caso de Colombia

Años antes de instalarse en Centroamérica, la roya se propagó por Colombia.

"En Colombia pasamos por una situación similar a la de los países centroamericanos entre 2008 y 2010″, dice Luis Fernando Samper, gerente de comunicaciones del Centro Nacional de Investigaciones de Café en Colombia (CENICAFE).

"La idea de que las especies resistentes al hongo son inferiores en calidad es una generalización incorrecta"

Luis Fernando Samper, Centro Nacionales de Investigaciones de Café en Colombia

El porcentaje de infestación fue de alrededor del 40%, alcanzó alturas que nunca había atacado y se debió principalmente a la ola invernal que dio origen a un exceso de humedad, explica Samper.

Ante el oscuro panorama, Colombia optó por embarcarse en lo que denominó "reconversión cafetera", un proceso de sustitución de variedades susceptibles a la roya por especies resistentes.

Para esto se requirió de una inversión de más de 500 millones de dólares, destinada principalmente a fincas pequeñas productoras de café.

"La idea de que las especies resistentes al hongo son inferiores en calidad es una generalización incorrecta", aclara Samper.

"Hemos optado principalmente por la variedad Castillo, que es resistente a la roya y hoy en día tiene una magnifica aceptación en el mercado, a pesar de que en un principio generó dudas por el factor de novedad", añade.

Samper explica que su calidad es igual o superior en calidad a las especies tradicionales.

Como resultado de la "reconversión cafetera", el porcentaje de variaciones resistentes y jóvenes en Colombia pasó de 30%, a representar más del 54%.

"Si seguimos con este ritmo esperamos que para el 2015 las variedades resistentes representen el 90% de nuestra producción", concluye Samper.