Los deportistas cubanos podrán a partir de ahora contratarse en ligas profesionales y quedarse con todos sus ingresos.

La única condición que se les impone es la de participar en los eventos nacionales y representar a Cuba en las competencias internacionales.

Los deportes que más se beneficiarán de la medida son el béisbol, el boxeo y el voleibol, disciplinas en las que los cubanos tienen un reconocimiento mundial. Sin embargo, no podrán competir en las Grandes Ligas porque las leyes de EE.UU. lo prohíben.

El gobierno pretende así terminar con "las deserciones" que desangran al deporte cubano desde hace décadas. Con "la posibilidad de topar y jugar ese béisbol (profesional) habrá menos deportistas que deserten", dijo a BBC Mundo un joven béisbolista del equipo Industriales.

¿El fin de las “deserciones”?

El lanzador del equipo de béisbol de la provincia de Pinar del Río, Guillén Martínez, le dijo a BBC Mundo que la oportunidad de jugar fuera abre nuevos espacios para los deportistas porque "nos da la posibilidad de crecer, de tener algo, de luchar por algo".

Hasta ahora el Estado cubano corría con los gastos de los atletas, pero se quedaba con la mayor parte de sus ganancias. Ahora el 100% de lo que ganen se repartirá entre el deportista y sus entrenadores, a las arcas nacionales solo llegará lo que paguen de impuesto.

“Prefiero el cariño de ocho millones de cubanos”

Uno de los casos más recordados en la historia del boxeo cubano es la del múltiple campeón olímpico Teófilo Stevenson, quien es conocido por haber rechazado en varias ocasiones peleas contra campeones mundiales como Joe Frazier y Muhammad Alí, que lo obligaban a desertar de la isla y dejar su condición de amateur.

Stevenson fue campeón olímpico de los pesos pesados en Munich 72, Montreal 76 y Moscú 80. Un par de años antes de los Olímpicos de Moscú, el promotor de peleas Don King le ofreció cinco millones de dólares por pelear contra Muhammad Alí, en lo que se iba a llamar "la Pelea del Siglo". Sin embargo, Stevenson respondió: "Prefiero el amor de ocho millones de cubanos. Ni todo el dinero del mundo me haría dejar mi amada Cuba".

Pero para los “peloteros” cubanos jugar en las ligas profesionales no solo implica una mejora económica, también es un reto. El receptor de Industriales, Lisbán Correa, aseguró que "es una idea buena que va a beneficiar mucho al deporte porque lo hará más competitivo".

De forma anónima, un joven jugador de ese mismo equipo habanero dijo a BBC Mundo que "es una buena oportunidad para llevar el béisbol cubano a otros países. Si es real la posibilidad de topar y jugar ese béisbol (profesional) habrá menos deportistas que deserten".

Sin embargo, los atletas cubanos que quieran competir en las Grandes Ligas de EE.UU. deberán dejar su país definitivamente porque de lo contrario violarían la ley del Embargo Económico que pesa contra Cuba y podrían ser condenados a multas y prisión.

Silencio oficial

Conseguir una versión oficial de los cambios es casi un imposible, los encargados de prensa del Instituto de Deportes llevan más de un mes dando largas a la solicitud de BBC Mundo y el Comisionado Nacional de béisbol se niega a hablar porque “es un asunto muy sensible”.

Sin lugar a dudas debe haber una gran oposición a la apertura dada la imagen que se tiene en Cuba del deporte profesional. Durante medio siglo se optó solo por el amateur aunque el gobierno pagaba salarios y daba prebendas a todos los atletas de alto rendimiento.

El sistema deportivo está totalmente financiado por el Estado, empieza en las escuelas primarias y continúa en las especializadas que combinan entrenamiento y educación académica, incluso universitaria para tener una profesión cuando terminen su vida como atletas.

Juego de beisbol en Cuba

Con la reforma algunos deportistas pasarían a ganar más dinero que los doctores o los maestros.

Los deportistas recibían un salario como el de cualquier trabajador y sus privilegios pueden ser una casa, un automóvil y vacaciones en buenos hoteles. Esto permite cobrar 10 centavos de dólar la entrada a los estadios y transmitir por TV gratuita todos los eventos.

Los fanáticos

En la calle se encuentra apoyo a la medida, incluso durante los debates del Congreso del Partido Comunista en el 2011 la gente en los barrios propuso la apertura pero las autoridades fueron tajantes diciendo que no habría cambios en este terreno.

"Eso es vida para los deportistas cubanos y se demoraron mucho en hacerlo, tendrían que haberlo hecho hace años. Eso va a evitar que los peloteros cubanos se vayan en masa", dijo a BBC Mundo Emilio, un fanático de la peña del Parque Central de La Habana.

Por su parte Brain Rodríguez, también asiduo de los debates del parque, aseguró que permitiéndoles jugar y cobrar en el extranjero "habrá menos que se queden porque aquí los deportistas no abandonan el país por el tema político sino por el económico".

Sin embargo, medio siglo con deporte amateur ha dejado su huella. Brain siguió reflexionando y agregó que "hay otros sectores sociales que se sentirán dolidos". Según su punto de vista “un deportista no debe ganar más que un médico o un maestro”.