Marte

Puede que las muestras halladas anteriormente hayan resultado de la mala interpretación de datos.

Telescopios y satélites habían reportado la observación de pequeños pero significativos volúmenes de gas metano –un indicador clave de la posible actividad biológica– pero los científicos de la NASA dijeron que los sofisticados sistemas de detección del robot no encontraron ningún rastro del gas.

Según los investigadores, es posible que las muestras de metano encontradas anteriormente hayan sido el resultado de una mala interpretación de los datos.

En la Tierra, el 95% del metano de la atmósfera es producido por microbios.

Muchos científicos se habían aferrado a la esperanza de que la firma molecular del metano en Marte fuera indicio de vida, pero es probable que las noticias del Curiosity moderen este optimismo.

Desilusión

"Con base a mediciones previas, esperábamos llegar allí y encontrar diez partes por mil millones o más, y estábamos emocionados por la posibilidad de encontrarlo. Cuando vas en busca de algo y no lo encuentras, hay un sentimiento de desilusión", dijo Chris Webster, investigador principal del espectómetro láser del Curiosity.

Los resultados hasta ahora de las investigaciones del robot fueron publicados en la revista Science.

Imagen de marte de telescopio

Los telescopios habían reportado señales relativamente fuertes de metano (rojo = 10 partes por mil millones).

El Curiosity ha estado explorando la superficie de Marte desde agosto de 2012, examinando los componentes de la atmósfera marciana.

Pero en ninguna de estas pruebas se han podido detectar rastros de metano dentro de los límites de sensibilidad del espectrómetro.

Esto quiere decir que si el gas está allí, sólo puede ser en volúmenes menores a 1,3 partes por mil millones de la atmósfera, equivalentes a unas 10.000 toneladas de metano.

Y esta cantidad es alrededor de seis veces menor que lo que se estimaba a partir de las observaciones de telescopios y satélites.

La presencia del gas en Marte podría deberse a varias causas, no solo a la actividad biológica.

Podría haber sido transportado en cometas y asteroides, o producido allí mismo por un proceso geológico.

Pero lo que más ha intrigado a los científicos –que ahora ven cómo se aleja la idea de encontrar vida de Marte– es su vínculo con los organismos vivos.