Tanto es así que las autoridades decidieron pedir la colaboración de los ciudadanos, quienes durante un mes tienen luz verde para cazar todas las pitones birmanas que puedan, con opciones a obtener una recompensa económica por ellas.

Para ello, sólo hace falta inscribirse en un sitio de internet, pagar US$25 y seguir un curso en línea de 30 minutos. No se necesita licencia de cazador, ni ningún tipo de experiencia previa con este tipo de animales.

¿En qué consiste la competencia?

"Reto Pitón 2013″

La Comisión para la Conservación de la Pesca y Vida Salvaje de Florida (FWC, por sus siglas en inglés), organizó el "Reto Pitón 2013″, un concurso en el que, a partir de este sábado, los participantes podrán cazar serpientes pitones birmanas en el parque de los Everglades y en las áreas de vida salvaje Holey Land, Rotenberger y Big Cypress.

Como le dijo Carli Segelson, coordinadora de información pública de la FWC a BBC Mundo, "las únicas serpientes que se aceptan en la competencia son las pitones birmanas".

Los participantes tienen de plazo hasta la medianoche del 10 de febrero para recoger la mayor cantidad de pitones birmanas posible, a las cuales tienen que matar en el momento de localizarlas puesto que es ilegal transportarlas vivas.

Postura de la organización PETA

La asociación defensora de los animales Personas a Favor de un Trato Ético a los Animales (PETA) expresó su preocupación por esta iniciativa y pidió a la comisión organizadora que retire de las bases del concurso la posibilidad de matar a las pitones cortándoles la cabeza.

Lori Kettler, de la fundación PETA, le explicó a BBC Mundo que, según los expertos, la decapitación de pitones no se puede ejecutar de forma humanitaria, como se pide en las bases del concurso.

"Los reptiles tienen el metabolismo lento. El cerebro y el sistema nervioso continúan funcionando durante al menos una hora tras la decapitación, por lo que, para evitar su sufrimiento, hay que destruir el cerebro del animal incluso después de haberle cortado la cabeza. Para eso se necesita experiencia. No nos parece que haya garantías suficientes en un concurso de este tipo".

Además, PETA considera que estos concursos, o caza recompensas, son ineficaces e incluso perjudiciales para cualquier intento de erradicar especies invasoras.

"No hay garantía de que los participantes, que compiten por un premio económico, sean capaces de identificar una serpiente pitón birmana y diferenciarla de otras especies que sí son nativas de los Everglades. Hay otras formas más creativas de sensibilizar a la opinión pública", subrayó Lori Kettler.

Para la muerte, la organización pide que se les practique una "eutanasia humanitaria", con el fin de evitar el sufrimiento de los animales.

En la página web del concurso se explica metódicamente cómo se puede matar a los animales, y se ofrecen tres posibilidades: mediante un disparo en el centro de la cabeza; con un taladro para matar animales, también apuntado al centro de la cabeza; o mediante la decapitación, algo que ha desatado el malestar y la preocupación de algunos grupos ecologistas, como la organización Personas a Favor de un Trato Ético a los Animales (PETA).

Hay dos categorías para concursar. Una para expertos, que son aquellos con permiso de caza de pitones, y otra para el público general. En cada una de ellas, se establecieron dos premios.

El primero es de US$1.500 y le corresponderá a quien aporte el mayor número de pitones. El segundo, de US$1.000, lo ganará quien entregue la serpiente más larga. Para que se hagan una idea, la más grande jamás cazada en los Everglades medía 5,3 metros y tenía 87 huevos.

La caza se puede realizar cualquier día de la semana y los puntos de entrega de las pitones están claramente definidos en el sitio de internet, en el que también aparecen detalladas todas las normas y regulaciones para poder formar parte de la competencia.

El objetivo del concurso, según los organizadores, es sensibilizar y educar a la población sobre los peligros de las especies animales invasoras, en este caso este tipo de serpientes.

Pitón camuflada

No será fácil identificar a las pitones birmanas camufladas en la naturaleza del sur de Florida.

Además, como explicó Carli Segelson a BBC Mundo, "la información que se recoja de las pitones entregadas, como su tamaño y ubicación, contribuirá a los continuos programas de investigación y gestión que abordan la cuestión de la población de pitones birmanas en Florida".

Segelson subrayó que la FWC pretende mostrar a las personas que "es muy perjudicial soltar a estos animales en la naturaleza porque, como sucedió en los Everglades, pueden criar, multiplicarse y convertirse en una amenaza para su entorno.

Desde marzo del año pasado, se añadieron cuatro tipos de serpientes constrictor a la lista de especies peligrosas que no se pueden importar a Estados Unidos, y una de ellas es la pitón birmana.

"La gente debe saber que aquellos que ya tenían una pitón birmana antes de que entrara en vigencia la regulación que prohíbe su importación pero que ven que no pueden cuidarla, la pueden entregar al Estado de Florida sin sufrir ninguna penalización", agregó.

Aquellos que entreguen pitones birmanas no capturadas en las zonas establecidas para la competencia serán descalificados. Asimismo, las pitones atropelladas no contarán para el cómputo final de serpientes entregadas, si bien la organización ha pedido que sea recogidas.

Una especie invasora

"Es muy perjudicial soltar a estos animales en la naturaleza porque, como sucedió en los Everglades, pueden criar, multiplicarse y convertirse en una amenaza para su entorno"

Carli Segelson, coordinadora de información pública de la FWC

Originarias de algunos países asiáticos, las pitones birmanas llegaron hace tres décadas a los hogares de muchos estadounidenses interesados en estos animales exóticos.

Una combinación de factores, como el comportamiento descuidado de los dueños de los animales cuando ya no se querían hacer cargo de ellos o el paso de tormentas como el huracán Andrew hace 20 años, hizo que muchas de las pitones birmanas quedaran en libertad y terminaran por establecerse y multiplicarse en zonas naturales, como el mencionado parque de los Everglades.

Se calcula que la población de pitones birmanas en este lugar supera los 100.000 ejemplares.

Esto supone una seria amenaza para muchas de las especies nativas de esta región, e incluso para los seres humanos. Se comen desde aves zancudas y pequeños mamíferos, hasta linces, ciervos e, incluso, los caimanes que plagan esta zona.

Sin embargo, si bien los motivos de los organizadores pueden ser bienintencionados, algunos colectivos temen por la seguridad de los participantes y paseantes y por el daño no intencionado que se pueda hacer a otras serpientes autóctonas.

Cabe preguntarse si cientos de personas (hasta el momento de publicación son más de 400 los inscritos) serán capaces de coordinar sus tareas de caza, evitando los accidentes y el ensañamiento, y limitándose a la captura de esta determinada especie de serpiente.