En la implacable batalla por la supervivencia uno creería que una iguana recién nacida tiene poca oportunidad de salir bien librada frente a una manada de culebras hambrientas.

En la isla Fernandina de Galápagos, frente a la costa de Ecuador, las iguanas recién nacidas tienen poco tiempo para atravesar la playa y alcanzar el refugio de su colonia en el mar.

Aunque las culebras de Galápagos ven poco, pueden detectar el movimiento. Son rápidas y, además, numerosas.

En esta ocasión, la iguana bebé logró escapar, pero muchas otras crías son alimento constante de las serpientes, como se puede apreciar en el programa de Planeta Tierra de la BBC.