Baños

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Tres horas después de que Nicki James-Eyer tuviera su primera contracción, dio a luz a su hija Jessica.

Fue el parto natural que estaba esperando, pero el impacto que tuvo en su cuerpo fue algo que jamás se imaginó.

Durante los seis meses posteriores, desarrolló incontinencia fecal.

"Sólo tenía 31 años, debía haber estado viviendo los mejores años de mi vida. Me acababa de casar, tenía una bebé, pero mi vida se estaba desmoronando", le dijo James-Eyer a la BBC.

"Fue horrible", añadió.

Lo que experimentó esta madre británica, lo han vivido muchas mujeres en diferentes lugares del planeta.

Y es que un parto traumático es una de las causas de incontinencia fecal en todo el mundo.

"En silencio"

De acuerdo con expertos, miles de mujeres sufren de esta condición, pero la frecuencia con la que se da y los problemas que provoca son subestimados porque a muchas pacientes les da pena hablar sobre eso o porque sienten que no hay una solución.

Mujer embarazada

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Partos muy complicados pueden provocar que algunas mujeres experimenten incontinencia fecal.

De hecho, expertos del Servicio de Salud del Reino Unido (National Health System, NHS) y de la Universidad de Harvard creen que miles de personas, no sólo mujeres, sufren "en silencio" de la incontinencia fecal.

Y eso hace que no se tengan estadísticas del problema a nivel global.

"La gente lo calla", le dice a BBC Mundo el doctor Jorge Baixauli, especialista en Cirugía General y Digestiva de la Clínica Universidad de Navarra en España.

"Y cuando las personas llegan a la consulta es porque o están muy desesperadas o porque supieron que hay una solución".

¿Qué es la incontinencia fecal?

La incontinencia fecal es cuando las heces se escapan accidentalmente del recto.

"En circunstancias normales, las heces entran en la porción final del intestino grueso, llamada recto, donde se almacenan temporalmente hasta que se produce un movimiento intestinal", explica la publicación especializada de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.

"A medida de que el recto se llena de heces, el músculo del esfínter anal (un músculo circular que rodea el canal anal) evita que las heces salgan del recto" hasta que la persona voluntariamente evacúa.

¿Por qué sucede?

De acuerdo con la universidad estadounidense, existen varias enfermedades que pueden causar este tipo de incontinencia.

Una mujer se toca el estómago

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Existen dos tipos de incontinencia fecal: de urgencia y pasiva.

"La razón más común es que el esfínter anal se vuelve tan débil que no puede contener las heces en el resto", indica la Universidad de Harvard.

Baixauli señala que la diarrea es la principal causa y advierte que en pacientes que han sufrido de estreñimiento durante mucho tiempo se observa "un debilitamiento del nervio pudendo, lo cual es producto de años de intensos esfuerzos".

El NHS enumera una variedad de razones entre las que se incluyen: el parto, una cirugía anal, daños en los nervios o músculos del ano o el recto y el síndrome del intestino irritable, entre otras.

De urgencia y pasiva

El NHS señala que la incontinencia intestinal varía de paciente en paciente:

Baño

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La constipación o estreñimiento puede llevar a esfuerzos muy intensos que con el paso de los años provoca el debilitamiento del esfínter.

"Algunas personas sienten una necesidad urgente de ir al baño pero son incapaces de llegar al baño a tiempo. Este tipo de incontinencia es conocida como incontinencia intestinal de urgencia".

La incontinencia que se conoce como pasiva, señala la organización británica, ocurre cuando las personas no experimentan ninguna sensación antes de producirse la evacuación y sus heces se escapan sin darse cuenta.

A algunos pacientes les sucede todos los días, a otros les pasa de vez en cuando.

Las mujeres

"Se cree que 1 de cada 10 personas se verán afectadas por este problema en algún punto de sus vidas. Puede perjudicar a personas de cualquier edad, aunque es más común en personas mayores. También es más común en mujeres que en hombres", indica el NHS.

Mujer

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Los tratamientos incluyen medicinas, ejercicios e incluso cirugía.

Y es más común en mujeres no sólo por los partos sino por su propia fisionomía.

De acuerdo con Baixauli, el porcentaje de mujeres que sufren incontinencia fecal poco después del parto es muy pequeño. "Hoy en día, los procedimientos médicos permiten que las lesiones obstétricas se detecten y se reparen de forma inmediata".

Sin embargo, explica el doctor, la evolución natural de los tejidos de las mujeres, los cambios hormonales, la menopausia, las alteraciones de su suelo pélvico hacen que muchas veces presenten incontinencia fecal muchos años después de haber dado a luz. Muchas veces ocurre en su vejez.

Muchos de los problemas de incontinencia se pueden curar o controlar.

Cambios en el estilo de vida y de la alimentación así como ejercicios pueden ayudar.

En otros casos, medicación, estimulación del nervio sacro, irrigación rectal e intervenciones quirúrgicas pueden ser la solución.

Lo importante, dicen los expertos, es no sufrir ese problema en silencio.