Familia de Javier Lizarzaburu

Durante muchos años, uno de los rasgos más característicos de mi identidad fue haber creído que era blanco.

Como decía en otro post, en mi familia materna siempre se enviaron mensajes subliminales de raza, pero viendo que todos o casi todos eran blancos no era difícil pensar que yo también lo era. Y así fue, hasta que un día me llamaron "indio".

Había salido blanco del Perú y regresé mestizo. Todo sucedió un día en la universidad española a la que iba, cuando uno de mis compañeros me dijo "ven indio, vamos a hacer esto…".

¿Indio? Y ese día de clases dio inicio a una búsqueda más personal y, con el tiempo, de las raíces de mi familia y de mi ciudad. De esto hablaré después.

Pero una simple conversación en el extranjero de pronto transformó mi identidad. Corrí a ver álbumes de familia y después de frotarme mucho los ojos empezaba a ver la imagen más clara: todos parecían blancos, menos yo.

"Debido al racismo y la subestimación como ciudadanos de aquellas personas de origen indígena, rural y pobre, la muerte de miles de quechua hablantes fue inadvertida en la opinión pública nacional "

Informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, Perú, 2003

En esos días no habían correos electrónicos, así que le escribí una carta a mi madre: "¿quién es mi ancestro indígena?".

Su respuesta vino envuelta en una especie de compasión y cariño. "No te preocupes, tú eres inteligente. Solo vístete bien y no pienses en esas cosas".

Nunca pude extraer más información. Pero una cosa era clara y definitiva como el espejo en el que me miraba: no era blanco. ¿Entonces, quién había manchado la sangre de la cual hablaba mi abuela?

¿Alguna vez experimentaste racismo?, me preguntaron en España. ¡Nunca!, solía responder. No podía tener apellidos europeos, ser de clase media, educado y, según yo, con buen gusto, y ser discriminado.

Sin embargo, al empezar a abrir cajones del pasado muchas actitudes empezaron a salir a la luz.

Claro que había experimentado racismo. Y ya como adulto, me pareció la cosa más extraña que una persona pudiera ser discriminada en su propio lugar de nacimiento. Hasta cierto punto lo podía entender si vivía en el extranjero. Pero ¿en el país en donde nací? Y eso dio pie a toda esta serie de reflexiones.

"Muchos de nosotros mismos, si bien reconocemos la diversidad cultural, étnica y racial porque nos la cruzamos en las calles, o en nuestra propia casa, o en nuestro propio cuerpo, tenemos dificultades para aceptarla como algo positivo. Nos es difícil estar cómodos mirándonos al espejo y aceptando la imagen cultural y racial mente diversa que el espejo nos devuelve. Cuando la aceptamos, la diversidad aparece casi como un castigo "

Carlos Iván Degregori, antropólogo peruano

Cuando volví al Perú, después de casi 25 años de vivir fuera, pude darme cuenta de la vigencia que el tema todavía tiene. Creo que no hay asunto que movilice más a los peruanos hoy en día que el racismo.

A partir de mi experiencia empecé a tratar de entender a mi ciudad, mi realidad, mi país.

Otra pieza de información que marcó un derrotero fue una de las conclusiones del informe de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación (2003).

Después de los sanguinarios años de Sendero Luminoso, la Comisión le dijo al país que durante dos décadas de violencia armada, casi 70.000 peruanos habían sido asesinados. La mayoría, a manos de Sendero, y también por las fuerzas armadas.

Ese informe le enrostró al país con algo de lo que hasta ese momento no se había hablado de manera oficial: la existencia de un racismo institucionalizado. Un racismo tan enraizado que había llevado a que se guardara silencio ante las muertes de una mayoría campesina.

¿Qué país era el mío que podía negar de manera tan violenta una parte de su propia identidad?

Kit de National Geographic

Un proyecto de la revista estadounidense National Geographic busca las rutas que siguieron nuestros ancestros desde que salieron de África hace 60.000 años, a través de muestras del ADN de voluntarios.

El periodista peruano Javier Lizarzaburu es uno de ellos y durante dos semanas nos estará contado su experiencia.