Todos los meses, y con más ahínco una vez por año, los habitantes de Hoi An en Vietnam y los turistas que los visitan lanzan ofrendas luminosas para reverenciar a sus ancestros.
Cientos de turistas y habitantes de Hoi An se concentran en la antigua ciudad vietnamita para dar la bienvenida al nuevo año lunar en el Festival de Nguyen Tieu, que se celebra en todo Vietnam pero que tiene un significado especial en esta región. (Fotos: Paloma Fraile)
Turistas y locales disfrutan de la ciudad iluminada con faroles de colores y guirnaldas alumbradas con velas que flotan en el río Hoai, mientras se llevan a cabo actuaciones culturales en el casco antiguo de Hoi An. (Fotos: Paloma Fraile)
El festival es el evento espiritual más importante del año, pero la tradición de iluminar la ciudad sucede cada luna llena cuando la electricidad y los motores de la ciudad se apagan para rescatar a los espíritus del pasado. (Fotos: Paloma Fraile)
Los faroles son una de las características más atractivas de Hoi An. La luz que desprenden iluminan la ciudad, que fue reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural en 2003, atrayendo a multitud de turistas. (Fotos: Paloma Fraile)
El puerto de Hoi An empezó a ser uno de los más populares de todo el mundo hace más de 400 años. Es importante mantener esta herencia cultural e histórica que recuerda los buenos lazos con los comerciantes chinos, japoneses y europeos. (Fotos: Paloma Fraile)
"Siempre que hago flotar una vela en el río me transmite paz. Las almas que están entre nosotros lo agradecen, nos traen prosperidad para el año venidero". Dice Hanh, de 68 años, un vendedor de velas. "Lo que más disfruto es ver las sonrisas de vecinos y turistas al hacer flotar las flores". (Fotos: Paloma Fraile)
Este festival de luces y color es una tradición cultural. En Vietnam se cree que las almas de los muertos también necesitan alimentos y dinero, así que incluso las familias más pobres presentan sus respetos ofreciendo lo que pueden. (Fotos: Paloma Fraile)
El río Hoai centellea con las luces de los faroles y velas que flotan por sus aguas. Hileras de señoras con sus familias venden sus flores de papel hasta altas horas de la noche. (Fotos: Paloma Fraile)
Ly, de unos 70 años, se sienta a orillas del río con su cesta. Muchos turistas compran sus flores. "Cada vela es un mensaje que enviamos a nuestros ancestros, para que guarden la paz entre los vivos". (Todas las fotos y los textos: Paloma Fraile)