Donald TrumpDerechos de autor de la imagen
Getty Images

Image caption

Donald Trump saluda a Herschel Walker una de las contrataciones estrella de los New Jersey Generals.

En abril de 1983 ocurrió algo inédito para el deporte de Estados Unidos: se jugó fútbol americano en abril de forma profesional.

Tradicionalmente, tras jugarse el Super Tazón (la final del torneo profesional) a principios de año, había que esperar hasta el mes de septiembre para volver disfrutar de las emociones de este deporte. Nunca hubo juegos en abril.

Sin embargo, un grupo de empresarios había decidido crear una poderosa liga que le hiciera competencia a la establecida Liga Nacional de Fútbol (NFL, por sus siglas en inglés): la Liga Estadounidense de Fúbol (USFL).

Entre los entusiastas estaba un joven multimillonario de Nueva York: Donald Trump.

La USFL duró poco, apenas tres años. Y muchos culpan de su fracaso al que ahora es el presidente número 45 de Estados Unidos.

"¿Quién manejaba el carro en 'Thelma y Louise'? En el caso de la USFL, Donald Trump era Thelma y los otros dueños de las franquicias eran Louise", le dijo a la BBC el locutor deportivo Charley Stainer, comparando la gestión de la liga con la película de Ridley Scott, con Geena Davis y Susan Sarandon, en la que, al final, las protagonistas se lanzan a un abismo con su vehículo.

Derechos de autor de la imagen
Getty Images

Image caption

Donald Trump quiso que la USFL fuera una competencia de la NFL, que era considerada la liga principal.

"La USFL tenía todo para ser un éxito, especialmente por los nuevos mercados que estaba abriendo. Era realmente una gran aventura", explicó.

Pero, ¿cómo fue la aventura de Donald Trump de querer tener una liga que venciera a la tradicional y poderosa NFL?

New Jersey Generals

La USFL comenzó como una buena idea: buscaba atrapar mercados (como se llaman a las zonas donde no hay equipos locales establecidos), crear nuevas franquicias, introducir nuevas reglas.

Para integrarla en 1983 hicieron fila varios equipos: los Washington Federals, Oakland Invaders, Boston Breakers, Philadelphia Stars, Chicago Blitz y Denver Gold, que contaban con la inversión de empresas privadas, pero también de otros personajes como los actores Burt Reynolds y Lee Majors.

Derechos de autor de la imagen
Getty Images

Image caption

Los Houston Gamblers fue otro de los equipos que se creó durante el tiempo que duró la USFL.

Pero tal vez el mayor golpe lo habían dado los New Jersey Generals, que habían fichado a Herschel Walker, ganador del trofeo Heisman, que premiaba al mejor jugador del torneo universitario.

"Eso fue un golpe para la NFL porque ese jugador era considerado el más valioso para contratar esa temporada. Y se lo quedó la naciente USFL", dijo Stainer.

Se decidió organizar la temporada de abril a junio, para evitar competir con la poderosa NFL. Y el primer año fue aceptable: buena sintonía, los equipos dieron un espectáculo digno y quedaron sentadas las bases para la temporada siguiente.

Y ahí fue donde entró en escena Donald Trump.

Afán de grandeza

Para la temporada de 1984, el dueño de los New Jersey Generals, J. Walter Duncan, decidió que no podía continuar al frente del equipo y decidió venderlo.

"Le tuve que enviar kilos de helado (a Trump) a la puerta de su oficina para que me atendiera y decirle que le querían vender un equipo de fútbol americano", le dijo a la BBC Jimmy Gould, quien actuó como intermediario en la venta y fue presidente de los New Jersey Generals.

Derechos de autor de la imagen
Slaven Vlasic

Image caption

La intención de Donald Trump es que los New Jersey Generals fueran parte de la liga mayor: la NFL.

"Necesitábamos un nombre fuerte y visible detrás de las franquicias para fortalecer la liga. Y conseguir a Trump nos puso en ese camino", agregó.

Para el actual presidente de EE.UU., el movimiento hacía parte de su estrategia de vender una marca y compró el equipo por cerca de US$6,5 millones, de acuerdo a Gould.

En la primera temporada hizo gala de su temperamento y los Generals lograron llegar a hasta las semifinales del torneo.

"Durante esas dos temporadas los jugadores estaban felices de jugar para él: les pagaba por encima de lo que se pagaba a un jugador en ese entonces y, además, toda la atención estaba centrada en él, nada de presión para ellos", señaló Stainer.

De hecho, para Gould fue más que un jefe: "Fue una persona muy cercana. De hecho él es la razón por la que dejé de beber. Me dijo que había perdido a un hermano por el alcoholismo y eso me ayudó a dejar la bebida".

Con el empeño de vender su marca, para la temporada de 1985, Trump comenzó a meterse en los aspectos deportivos.

Contrario a los deseos del entrenador del equipo, Walt Michaels, Trump se empecinó en sumar como mariscal de campo a la joven estrella universitaria Doug Flutie, con un contrato que excedía al de estrellas de la NFL como Joe Montana.

Derechos de autor de la imagen
Getty Images

Image caption

El entonces candidato Donald Trump recibe una camiseta de los Green Bay Packers con su nombre.

Pero esa no sería la causa por la que la USFL se fuera por un precipicio, como el carro en "Thelma y Louise". Y con él, la aventura de Trump en el fútbol americano.

Competir con la NFL

"Apenas se hizo dueño de los New Jersey Generals, comenzó a llamarlos los New York Generals, en una clara intención de convertir al equipo en el tercero de la ciudad. Como dije, convertirlo en parte de su marca", anotó Stainer.

"Y fue en ese momento que comenzó a impulsar la idea de que la USFL tenía que competir directamente con la NFL", explicó.

O sea, dejar de ser una liga de primavera (la primavera en EE.UU. transcurre entre marzo y junio, cuando no se juega la liga de la NFL) y comenzar en el otoño (septiembre, octubre, noviembre y diciembre).

"Donald Trump no quería realmente competir con la NFL, sino lograr que ésta absorbiera a la USFL para que su equipo estuviera en la liga principal", aclaró Gould.

Derechos de autor de la imagen
Getty Images

Image caption

Doug Flutie fue otras de las estrellas que Trump logró llevar a los New Jersey Generals. Aquí jugando para los Buffalo Bills.

"Él no había comprado un equipo para estar en una liga secundaria. Ese nunca había sido su objetivo al invertir tanto dinero", agregó.

Pero después de varios meses de rechazo por parte de los propietarios, antes de que empezara la liga de 1986, cobró forma la estrategia de demandar a la NFL por monopolio para que ésta se viera obligada a aceptarlos dentro de su circuito.

De acuerdo al relato de Gould a la BBC, la mayoría de los dueños accedieron porque necesitaban dinero para financiar a los equipos que comenzaban a ver desangrarse sus balances financieros. La idea era demandar a la NFL y esperar una indemnización de varios millones de dólares por daños y perjuicios.

"Ganaron la demanda: un juez declaró ilegal el monopolio de la NFL sobre el juego del fútbol americano", recordó Stainer.

Pero la suma que el juez obligó a pagar a la NFL no alcanzaba para saldar las deudas que tenían sobre los hombros los dueños de la USFL.

"Los equipos de la USFL sólo recibieron tres dólares de indemnización. Esa liga colapsó a los cinco días", recordó el locutor.

Sin embargo, el esfuerzo de la USFL no fue en vano: muchos de los mercados que hicieron parte de la USFL fueron aprovechados para crear nuevos equipos como los Jacksonville Jaguars, que hacen parte ahora de la NFL.

"Los cambios en las reglas también fueron adoptados por la NFL años después. Fue un buen intento que mereció una mejor suerte", concluyó Stainer.