Hace tiempo que el exanalista de inteligencia Edward Snowden viene denunciando algunas de las operaciones de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Y hace años que la institución está en el punto de mira, acusada de no tener límites a la hora de acometer sus actividades.
Incluso llegó a ser criticada por espiar a Naciones Unidas y sobre todo, dentro del país, por no respetar la privacidad de los ciudadanos estadounidenses.
Pero el organismo acaba de poner fin a una de sus técnicas de espionaje más controvertidas.
Se trata de un programa que le permitía observar y analizar todas las comunicaciones digitales, llamadas y mensajes enviados por ciudadanos estadounidenses en los que se mencionan objetivos en el extranjero bajo su radar.
- Cómo espía EE.UU., según Snowden
- Por qué el director del FBI tapa su webcam con cinta adhesiva (y recomienda que tú también lo hagas)
En un comunicado, la agencia de seguridad explicó el pasado viernes que una investigación interna reveló varios problemas relacionados con el programa de espionaje y sus efectos sobre la privacidad de los ciudadanos estadounidenses.
"Tras un examen exhaustivo de las necesidades de la misión, las barreras tecnológicas actuales, los intereses de Estados Unidos en materia de privacidad personal y ciertas dificultades en su implementación, la NSA ha decidido poner fin a algunas de sus actividades", se lee en el documento.
Para ello, los funcionarios han tenido que revisar una ley que fue aprobada hace más de 10 años.
La polémica de la "Sección 702″
La NSA tenía derecho a acceder y almacenar esta información, sin necesidad de orden judicial, gracias a una ley que se aprobó en 2008.
Así lo establecía el artículo 702 (también llamado "Sección 702″) de la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera (FISA, por sus siglas en inglés), la cual establece cómo debe Estados Unidos recopilar documentos física y electrónicamente sobre blancos no estadounidenses en su radar de vigilancia que supongan una amenaza para la seguridad nacional.
Esta ley abarcaba temas muy diversos, desde terrorismo internacional hasta ciberseguridad.
La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) llevaba tiempo presionando a la NSA e instando a grandes firmas tecnológicas a que se unieran en la lucha por reformar el polémico artículo.
Además, el Congreso de EE.UU. tiene en su agenda revisar este año la ley FISA, que fue adaptada tras los atentados de 2001 y cuya renovación está prevista para finales de este año.
También fue cuestionada por el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera de los Estados Unidos (FISC, por sus siglas en inglés), el cual supervisa solicitudes de vigilancia contra presuntos agentes de inteligencia extranjera dentro del país.
La NSA fue muy criticada por utilizar la FISA para recoger mensajes, textos y material enviado por estadounidenses sin necesidad de pedir permiso a un tribunal.
A partir de ahora, la NSA dijo que eliminará "la gran mayoría" de los datos almacenados a través de este programa de espionaje.
Pero la institución ha defendido las libertades que le otorga la FISA diciendo que ésta le ayudó a reunir información "crítica".
Julián Sánchez, experto en ciberseguridad del Instituto Cato, en Washington DC, EE.UU., le contó a la agencia de noticias Reuters que el amplio alcance de espionaje que permite la FISA convirtió a esta ley en un blanco fundamental de los activistas de los derechos humanos.
"Normalmente, identificas a un individuo específico para someter a escrutinio su contenido; pero esta técnica implicaba someter a escrutinio el contenido de todo el mundo con la excusa de buscar menciones sobre un individuo en particular", dijo Sánchez.
Sin embargo, la NSA justificó sus procedimientos:
"Trabajamos incansablemente en todo el mundo para ayudar a mantener la nación segura. Tenemos una solemne responsabilidad y compromiso para hacer este trabajo de la manera correcta".
"Cuando ocurren incidentes, los reportamos inmediatamente a los organismos que se encargan de la supervisión para buscar las soluciones adecuadas"
Pero las críticas continúan.
"La NSA nunca debería haber llevado a cabo todas estas comunicaciones sin orden judicial", dijo Michelle Richardson, directora adjunta del Proyecto Libertad, Seguridad y Tecnología del Centro para la Democracia y la Tecnología (CDT) de Estados Unidos.
"Celebramos la supresión voluntaria de esta práctica, pero está claro que la Sección 702 debe ser reformada para que el gobierno no pueda almacenar esta información en el futuro", explicó en un comunicado.
Neema Singh Guliani, consejera jurídica de la ACLU dijo que el cambio supone una limitación a los "abusos más atroces" de la NSA, pero es una "solución parcial". "El Congreso deberá tomar más medidas para asegurar que estas prácticas nunca regresan", agregó.
Por supuesto, Snowden también se pronunció al respecto (en Twitter): "La verdad lo cambió todo", aseguró.
Y agregó un segundo mensaje: "La gente dice que hablar no merece la pena, pero hoy hemos visto que se equivocan. Den la voz de alarma, cambien el mundo".