La Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA, por sus siglas en inglés) desclasificó documentos que por primera vez reconocen formalmente su papel clave en el golpe de Estado de 1953 que derrocó al primer ministro democráticamente elegido de Irán, Mohammad Mossadeq.

Los documentos fueron obtenidos bajo la Ley de Libertad de Información por el Archivo de Seguridad Nacional, una institución sin fines de lucro con sede en la Universidad George Washington.

La institución los publicó en conmemoración a los 60 años del golpe de Estado.

Es la primera vez que la CIA "admite formalmente que ayudó a planear y ejecutar el golpe", indicó un vocero del Archivo.

"El golpe militar (…) fue realizado por la dirección de la CIA como una acción de la política exterior estadounidense", dice un extracto.

En 2000, la entonces secretaria de Estado de EE.UU., Madeleine Albright, se refirió abiertamente al papel de EE.UU. en el golpe de Estado iraní, como también lo hizo el presidente Barack Obama en un discurso en 2009 en El Cairo.

Pero hasta ahora las agencias de inteligencia habían "negado toda responsabilidad", dice Malcolm Byrne, quien editó los documentos.

Se cree que esta es la primera vez que la CIA ha admitido abiertamente haber representado un papel activo, en conjunto con la agencia británica de inteligencia, el MI6.

Petróleo y Guerra Fría: los motivos

Extraxto del documento desclasificado

"A finales de 1952, se hizo evidente que el gobierno de Mossadeq en Irán fue incapaz de llegar a un acuerdo petrolero con los países occidentales interesados (…). (El gobierno) estaba motivado principalmente por el deseo de poder personal de Mossadeq, se regía por políticas irresponsables basadas en la emoción; debilitó al shah y al ejército iraní en un grado peligroso, y ha colaborado estrechamente con el Partido Tudeh (comunista) de Irán".

"En vista de estos factores, Irán estaba en peligro real de caer detrás de la Cortina de Hierro. Si eso ocurría, significaba una victoria de los soviéticos en la Guerra Fría y un importante revés para Occidente en el Medio Oriente. No existe ninguna acción correctiva distinta del plan de acción encubierto que se expone a continuación que pueda mejorar el estado actual de las cosas".

Donald Wilber, planificador del golpe de Estado

Byrne dice que los documentos son importantes no sólo porque ofrecen "nuevas especificaciones, así como ideas sobre las acciones de la agencia de inteligencia antes y después de la operación", sino porque el tema aun está presente.

"Los partidarios políticos de todas las partes, incluido el gobierno iraní, invocan regularmente el golpe de Estado".

Los iraníes eligieron a Mossadeq en 1951, quien rápidamente optó por renacionalizar la producción petrolera del país, que había estado bajo el control británico a través de la Compañía Petrolera Anglo Persa, que más tarde se convirtió en British Petroleum o BP.

La medida causó preocupación en EE.UU. y Reino Unido, país para el cual el petróleo iraní era clave para su reconstrucción económica de la posguerra.

La Guerra Fría fue también un factor en los cálculos.

"Se estimaba que Irán estaba en peligro real de caer detrás de la Cortina de Hierro. Si eso ocurría, significaba una victoria de los soviéticos en la Guerra Fría y un importante revés para Occidente en el Medio Oriente", dice Donald Wilber, planificador del golpe de Estado, en un documento escrito a pocos meses de la caída.

Revolución iraní

El shah regresó a Irán tras el golpe de Estado. Se mantuvo en el poder hasta 1979, cuando fue derrocado por la Revolución Islámica.

"No existe ninguna acción correctiva distinta del plan de acción encubierto que se expone a continuación que pueda mejorar el estado actual de las cosas".

Los documentos muestran cómo la CIA preparó el golpe mediante la colocación de historias contra Mossadeq en los medios de comunicación iraníes y estadounidenses.
El golpe de Estado reforzó el poder del shah Mohammad Reza Pahlavi, quien acababa de huir de Irán después de una lucha de poder con Mossadeq y que regresó después del golpe, convirtiéndose en un aliado cercano de los EE.UU..

Los organismos de inteligencia de EE.UU. y de Reino Unido reforzaron a los partidarios del shah y ayudaron a organizar protestas contra Mossadeq.

"El ejército se unió muy pronto al movimiento a favor del shah y al mediodía de ese día (del golpe), estaba claro que Teherán, así como ciertas áreas provinciales, estaban controlados por grupos callejeros partidarios del shah y unidades del ejército", escribió Wilber.

"A finales del 19 de agosto ( …) los miembros del gobierno de Mossadeq o estaban en la clandestinidad o fueron encarcelados".

El shah regresó a Irán tras el golpe de Estado y sólo dejó el poder en 1979, cuando fue derrocado por la Revolución Islámica.