La fiebre colectiva por el cambio de monarca se extiende en Holanda conforme se acerca la investidura este martes del nuevo rey, Guillermo Alejandro. Calles, escaparates, fachadas… Allá por donde se vaya, el país parece una gran naranja, el color que tradicionalmente identifica a esa nación europea.

No se trata estrictamente de una coronación: se le llama investidura, porque a diferencia de la primera -que tiene un cariz religioso- es una ceremonia de naturaleza secular.

Con los vientos de crisis que soplan, la ceremonia de inauguración del futuro rey será también discreta y más acorde con el espíritu de los tiempos. Pero eso eso no la dejará totalmente desnuda de las joyas y oropeles que hacen de esta clase de eventos acontecimientos de interés mundial.

BBC Mundo presenta a continuación algunos de los elementos que estarán presentes en esta peculiar ceremonia.

Un manto políticamente incorrecto

El vestido que llevará Máxima en la ceremonia es uno de los secretos mejor guardados en Holanda. Ni siquiera ha trascendido si el diseño tendrá firma holandesa. Sólo se sabe que será un vestido largo y que no llevará velo.

Una ceremonia modesta

  • Los acontecimientos del martes comienzan con la abdicación formal de la reina Beatriz, en el trono holandés desde el 30 de abril de 1980.
  • La firma del Acta de Abdicación se realiza en el Palacio Real situado en la plaza del Dam, en Ámsterdam.
  • Guillermo Alejandro será entonces rey de Holanda. Beatriz lo presentará al público en el balcón del palacio.
  • Un cortejo dividido en tres grupos se dirigirá a la Iglesia Nueva, a pocos metros del palacio, donde se celebrará la ceremonia de investidura.
  • Guillermo Alejandro jurará fidelidad a la Constitución. No es un acto religioso, pero la primera investidura -del rey Guillermo I en 1814- se hizo allí y desde entonces se conservó la tradición.
  • Asistirán unas 2.000 personas: los miembros de las dos Cámaras legislativas, representantes de los gobiernos locales, y 500 invitados de la Casa Real. No se ha invitado a jefes de estado, y habrá 500 ciudadanos "de a pie", como representación de la población holandesa.
  • Los reyes y su séquito darán un paseo en barco por algunos canales de la ciudad y el río IJ.

Guillermo Alejandro vestirá un frac con corbata blanca y portará el tradicional manto real, también llamado manto de investidura, que data del año 1815.

El manto ha sido adaptado varias veces durante sus casi 200 años de historia. Los cambios más importantes los hizo en 1948 el modisto suizo Edwin Dolder y en 1980 la casa Theresia Couture de Ámsterdam.

Pese a las críticas de los defensores de los animales por ser un manto de piel de armiño, Guillermo Alejandro subrayó que se trata de una prenda tradicional, cargada de simbolismo.

Una corona sin uso

La corona representa la soberanía del Reino de los Países Bajos y la dignidad del jefe de Estado.

Como en Holanda no hay coronación como tal, el monarca no lleva nunca la corona en la cabeza. Sin embargo, la pieza sí estará presente en la juramentación, junto con una serie de otros objetos que se conocen como "Regalías".

Estos son: el cetro, la "manzana del reino", la espada del reino y el estandarte o pendón real con el escudo de Holanda.

En la mesa habrá también un ejemplar de la Constitución de Holanda, sobre el que prestará juramento el monarca.

Todos estos objetos fueron confeccionados por encargo del rey Guillermo II en 1840.

Manzana del reino

Las llamadas "regalías" representan el poder del rey.

Unos tronos de museo

Durante el acto de investidura en la Iglesia Nueva, Guillermo Alejandro y Máxima se sentarán en sillones dorados del año 1901 que forman parte del mobiliario que la entonces reina Guillermina recibió como regalo por su matrimonio con el príncipe Hendrik.

De estilo Luis XIV, los sillones tienen asiento ancho y respaldo recto. Fueron elaborados por la empresa H.E. Jansen & Zonen de Ámsterdam y la tela fue diseñada por 21 mujeres y jóvenes amsterdamesas.

Los cuatro asientos dorados en los que se sentarán Beatriz y las princesas Catharina Amalia, Alexia y Ariane (las hijas de los reyes), proceden del palacio real de Ámsterdam. Están tapizados con terciopelo e hilo dorado.

Día de la Reina en Ámsterdam

La celebración del Día de la Reina es el evento anual más visitado en Ámsterdam (entre 700.000 y 800.000 visitantes). Este año se espera que acuda más público.

Los organizadores han mantenido las actividades tradicionales del Día de la Reina, incluidos los mercadillos populares. Cientos de niños y no tan niños venderán nuevamente sus cosas y ofrecerán actuaciones musicales por las calles de Ámsterdam.

En total se han organizado más de 200 eventos por toda la ciudad, desde pequeños escenarios con música a grandes bailes populares.

Los tronos del rey Guillermo y la reina Máxima se expondrán desde el 7 de mayo hasta el 16 de junio en el palacio Het Loo. También se exhibirán el manto de investidura y las regalías.

Un rey sin número

Guillermo Alejandro renuncia este lunes a su cargo militar -es general de Brigada- ya que la Constitución prohíbe que un militar forme parte del gobierno. Como rey, Guillermo Alejandro es jefe de Estado, de ahí su vínculo con el gobierno.

No quiere ser llamado Guillermo IV, como le correspondería. Conservará su nombre Guillermo Alejandro. En una reciente entrevista en televisión, el futuro monarca explicó que no quiere renunciar a su segundo nombre, Alejandro, y subrayó además que "él no es un número".

Este comentario generó numerosas bromas y montajes que circulan por internet.

Una canción "desafinada"

El Comité Nacional de la Investidura lanzó la idea de presentar una canción del rey para que fuera coreada por todo el país el día de la investidura.

Sin embargo, la canción que compuso el británico-holandés John Ewbank desató una oleada de críticas negativas tan fuerte y extendida por todo el país que finalmente el autor decidió retirarla.

Aún así, como le cuenta el periodista de la NOS Etienne Glebbeek, a BBC Mundo, los organizadores siguen contando con que la ciudadanía entone la canción este martes, pero después de la controversia, no se sabe cómo responderá el público a esta propuesta.

Unas protestas con orden

Tarta con los reyes

Beatriz le habló a su hijo sobre la abdicación hace un año.

En el recuerdo de muchos están grabadas las imágenes de la violencia que se desató en Ámsterdam durante la investidura de la reina Beatriz en 1980, día en que los enfrentamientos entre la policía y jóvenes "okupas" dejaron un saldo de cientos de heridos.

Esta vez, el ayuntamiento de Ámsterdam ha señalado seis "puntos de protestas" repartidos por la ciudad, donde los manifestantes pueden expresar sus quejas.

A los vecinos de la plaza del Dam se les ha pedido que cierren las ventanas y no se asomen a los balcones.

Un evento sin regalos

La reina Beatriz informó que no habrá un regalo nacional por no considerarlo apropiado dadas las circunstancias económicas del país. Los próximos reyes están de acuerdo con esta decisión y señalaron que le dan más valor a la participación entusiasta de los ciudadanos y a las diversas celebraciones que a los regalos.

Después de la abdicación, la reina Beatriz, que pasará a ser princesa de nuevo, se trasladará a un castillo en Lage Vuursche.