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Los síntomas se pueden achacar a las presiones de la vida diaria.

El aumento de peso, el cansancio, el desánimo y la sensibilidad al frío son algunos de los síntomas más comunes entre quienes padecen hipotiroidismo.

Estas señales suelen aparecer lentamente y los pacientes pueden achacar algunos de estos síntomas a los hábitos y presiones del día a día.

Por eso quienes padecen hipotiroidismo pueden tardar años en ser diagnosticados.

Pero si no se trata, puede generar complicaciones como cardiopatías, bocio, problemas con el embarazo y una enfermedad grave y potencialmente letal pero muy rara, llamada coma mixedematoso.

El hipotiroidismo afecta sobre todo a las mujeres, concretamente a una de cada 70, según la estimación del servicio de salud pública del Reino Unido, el NHS, y también lo pueden padecer los niños.

Pero en el caso de los hombres solo afecta a 1 de cada 1.000.

Como el pedal del acelerador

La tiroides es una pequeña glándula en forma de mariposa situada en el cuello, en frente de la tráquea.

Es un poco como el pedal del acelerador del coche, según le explicó a la BBC el doctor Anthony Toft, expresidente de la Asociación Británica para la Tiroides.

Una de sus funciones principales es producir hormonas que regulan el metabolismo del cuerpo, es decir, que ayudan a controlar el equilibrio en nuestro consumo energético.

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Con un escáner se pueden analizar problemas más graves de tiroides

Si tiene una actividad menor de lo normal, el ritmo de tu metabolismo será más lento de lo que debería, y eso hace que aumentes de peso.

Otros síntomas comunes suelen ser sentir demasiado frío, carecer de energía, tener estreñimiento, estar desanimado o deprimido o tener poca atención o una suerte de "niebla cerebral".

¿Cómo se diagnostica?

Si tienes síntomas de hipotiroidismo tu médico probablemente te hará un análisis de sangre.

La confirmación de la enfermedad vendría dada por un alto nivel de TSH combinado con uno bajo de T4.

La tirotropina o TSH ( del inglés Thyroid Stimulating Hormone) es producida por la glándula pituitaria. Se denomina también hormona estimulante de la tiroides y es la que regula la producción de hormonas tiroideas.

En respuesta a ese estímulo de la glándula pituitaria, la glándula tiroides debería producir las hormonas T4 y T3.

Un nivel de TSH más alto de lo normal sugiere que la glándula pituitaria está esforzándose por decirle a la tiroides que genere más hormonas, pero por alguna razón la tiroides no hace caso.

Y aunque la pituitaria produzca más y más TSH, los niveles de T4 se mantienen bajos.

¿Cómo se trata?

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La tiroides es una pequeña glándula en forma de mariposa situada en el cuello.

Cuando se diagnostica normalmente a los pacientes se les receta levotiroxina, una versión sintética de la hormona T4, que deben tomar a diario para compensar por la que no genera la tiroides.

Con este tratamiento los síntomas suelen disminuir y los pacientes suelen estar satisfechos, según el doctor.

Normalmente este tratamiento es de por vida, según el NHS.

En los casos en los que no hay mejorías los doctores pueden recetar tratamientos alternativos.

Uno de los factores delicados de esta enfermedad es que no hay un estándar internacional para los rangos de referencia.

En Reino Unido, por ejemplo, el límite de valores es más alto o más rígido que en otros países.