"¡Bergoglio! ¡Ha dicho Bergoglio!", grita con los ojos vidriosos Antonio, bonaerense, al oír el nombre del nuevo Papa.

Llevaba, como tantos miles -incluido este reportero- horas bajo la lluvia, esperando una fumata blanca que llegó a las 19:08 hora local.

Sólo cinco votaciones hicieron falta para que el cardenal de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, se haya convertido en el primer Papa latinoamericano de la historia: también será el primero no europeo en más de 1.300 años, el primer jesuita y el primer Francisco.

Los cantos irrumpen en la plaza: "Francesco, Francesco". Y el "Francisco, Francisco" en español casi supera en intensidad al italiano.

Porque son muchos los peregrinos latinoamericanos. Tantos, que casi exceden a los locales.

Orgullo y emoción

Argentinos en Roma

No faltaron los compatriotas del nuevo Papa en la Plaza de San Pedro.

"Emoción, una gran emoción". Es la palabra que repiten uno tras otro los que hablan a BBC Mundo.

E incluso para el observador distante que debe ser el reportero, es difícil no sentirse contagiado de un sentimiento tan espontáneo.

"Siento orgullo y emoción. Al ser latinoamericano puede ser alguien que nos entienda. Que sea nuestro abogado, que defienda los derechos de los desprotegidos de la gran región latinoamericana. Él sabe que existimos y él va a estar con nosotros", me dice una feligresa paraguaya.

María Marta es mexicana. Sobre la cabeza lleva una imagen de la Virgen de Guadalupe y llora.

"Sabía que iba a pasar hoy. Gracias a Dios. Estoy aquí desde la mañana", me dice.

Dos fieles colombianos, con la bandera al hombro, me señalan y gritan: "¡Te lo dije! ¡Bergoglio!".

Y así fue. Horas antes, durante la espera del desenlace del cónclave, fueron los únicos que mencionaron al cardenal argentino como posible Sumo Pontífice.

"Es una alegría inmensa, porque América Latina es donde la Iglesia está más viva. Es un signo profético en este milenio. Estamos contentos y orgullosos", agregan.

Para los demás, especialmente los argentinos, el nombre es una sorpresa.

En los últimos días, los candidatos más sonados fueron el brasileño Odilo Scherer y el italiano Angelo Scola.

Pero esta vez se cumplió el dicho. Y quien entró Papa salió cardenal.

Ante los fieles

El Papa Francisco

Los fieles en la Plaza de San Pedro expresaron su emoción al conocer el nombre del nuevo Papa.

Finalmente, el momento más esperado, la primera aparición pública del nuevo Papa, ya en posesión de la Silla de Pedro.

De nuevo los gritos, los aplausos y los vítores. Y sus primeras palabras: "Hermanos y hermanas, buenas noches. Saben que el deber del cónclave era dar una buena nueva. Y parece que mis amigos cardenales lo escogieron casi en el fin del mundo".

Agrega una plegaria por Benedicto XVI y habla de amor y hermandad.

Francisco I pronuncia su primera bendición Urbi Et Orbi y pide a los miles congregados en San Pedro una oración para que Dios le ayude en su nueva función.

Se hace un silencio casi total, sólo roto por el ir y venir de los fotógrafos que intentan captar la mejor instantánea.

Más vítores devuelven el alboroto a la plaza. Y Francisco se retira: "buenas noches, descansad".

Los asistentes, obedientes, abandonan el lugar. La Sede ya no está vacante y la silla de Pedro tiene un nuevo ocupante.

Y esta vez, aunque "hayan ido al fin del mundo a buscarlo", es, quizás, más cercano que nunca a América Latina.