Perdonar después de la muerte y ante la justicia.
Un sacerdote de Florida, Estados Unidos, que fue asesinado el año pasado, presentó una apelación "más allá de la tumba" para que a su presunto asesino se le muestre misericordia.
El cura René Robert expresó su oposición a la pena de muerte en una carta que escribió hace 22 años, en la que aparentemente preveía su propia muerte.
La carta del sacerdote católico pedía que a quien le quitase la vida se lo libere de ejecución "por muy abominable que haya sido su crimen o por lo mucho que pueda haber sufrido".
Obispos pidieron al tribunal que suspenda la pena de muerte en el caso.
El cuerpo del padre Roberto, de 71 años, de la ciudad de San Agustín, en el norte de Florida, fue encontrado acribillado en un bosque en el estado de Georgia en abril de 2016.
Las autoridades sospechan de Steven Murray como autor del asesinato, El hombre recibió la ayuda del cura durante meses.
En 1995, el sacerdote firmó un documento de "Declaración de Vida", el cual fue atestiguado y notariado por un abogado.
"Solicito que la persona declarada culpable de homicidio por mi muerte no esté sujeta ni puesta en peligro de la pena de muerte bajo ninguna circunstancia", escribió Robert.
La nota permanecía en su archivo personal, dijeron los obispos católicos que elevaron una protesta contra la decisión del fiscal de pedir la pena capital para el sospechoso de su asesinato.
Robert dedicó su vida a ayudar a las personas más problemáticas de la sociedad, incluidos convictos y personas con enfermedades mentales, afirmaron sus amigos.
"Él era muy consciente de la posible violencia que podía involucrar su ministerio; sin embargo, se preocupó por esas personas", señaló el arzobispo Wilton Gregory.
Gregory formó parte de un grupo de clérigos que se reunieron este martes fuera de la corte en Augusta, Georgia.
El grupo entregó una petición firmada por más de 7,400 personas de la diócesis del padre Robert pidiendo que sus deseos sean cumplidos.
"Queremos ser la voz que él ya no tiene para hacer de esa 'Declaración de la Vida' una parte de la comprensión de este caso en particular", dijo el obispo Gregory Hartmayer fuera de la corte.
El obispo Felipe Estévez, de la diócesis de San Agustín, indicó que el supuesto asesino claramente merece un castigo.
Pero, "imponer una sentencia de muerte como consecuencia del asesinato sólo perpetúa el ciclo de violencia en nuestra comunidad", añadió.
La fiscal del Distrito Judicial de Augusta, Ashley Wright, citó cuatro factores agravantes en su decisión de buscar la pena de muerte si el acusado es condenado.
Especificó que éstos eran que el asesinato fue escandaloso o desgraciadamente vil, horrible o inhumano.
Murray, un delincuente reincidente, había pedido al sacerdote que lo llevara hasta Jacksonville, Florida, antes de secuestrarlo y asesinarlo, dijeron las autoridades.
El sospechoso fue detenido mientras conducía el auto Toyota Corolla azul del sacerdote en Carolina del Sur un día después de que el padre Robert fuera reportado como desaparecido.
Murray llevó a la policía hasta donde estaba al cuerpo del sacerdote.
Durante una comparecencia ante la justicia poco después de su arresto, el hombre pidió el perdón.
"Si alguien amaba al padre René, me perdonará porque él era un hombre de Dios, y el perdón es perdón", dijo el sospechoso, según el canal de noticias WALB News de Georgia.
"Tengo problemas mentales y perdí el control de mí mismo. Me disculpo", añadió.