El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes una nueva orden ejecutiva para suspender temporalmente la entrada de ciudadanos de 6 países de mayoría musulmana.
La medida es un nuevo intento de poner en vigor un veto migratorio después de que el inicial, aprobado por Trump el 27 de enero, quedara bloqueado por el Poder Judicial tras días de polémicas y protestas.
La suspensión, con una validez de 90 días, afecta a ciudadanos de Siria, Irán, Libia, Somalia, Yemen y Sudán. A diferencia de la anterior, Irak quedó por fuera del listado.
Otra diferencia fundamental es que su entrada en vigor no es inmediata: será a partir del próximo 16 de marzo.
Además, la directiva incluye una moratoria de 120 días para la entrada de refugiados.
Irak y refugiados
Irak ya no está incluido entre los países afectados porque su gobierno ha impulsado el intercambio de datos de sus ciudadanos y el escrutinio en la revisión de los visados, señalaron funcionarios de la Casa Blanca.
La nueva orden indica que los refugiados cuyos casos hayan sido aprobados por el Departamento de Estado pueden entrar en EE.UU.
Sin embargo, limita el número de entradas a 50.000 personas al año.
La directiva también revierte la prohibición de entrada indefinidamente para todos los refugiados sirios, la cual estaba detallada en la orden ejecutiva anterior.
Residentes
El nuevo decreto no afecta a quienes son residentes permanentes de Estados Unidos o cuentan con un visado vigente, informó el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly.
El presidente Trump firmó el nuevo decreto de manera privada. El anuncio formal corrió a cargo del secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, el secretario de Estado, Rex Tillerson, y el fiscal general, Jeff Sessions.
Sessions señaló que tres de los seis países incluidos en la suspensión temporal de entrada a EE.UU. son "patrocinadores del terrorismo". Y agregó que los otros tres han servido de refugio para terroristas o parte de su territorio ha caído en manos de Al Qaeda o el autodenominado Estado Islámico.
El fiscal general señaló que, según el Buró Federal de Investigaciones (FBI), más de 300 personas que entraron a EE.UU. como refugiados están siendo investigados por posibles delitos relacionados con terrorismo.
Rex Tillerson añadió: "Mientras las amenazas a nuestra seguridad continúan evolucionando y cambiando, el sentido común dictamina que reevaluemos continuamente los sistemas sobre los que confiamos para proteger a nuestro país".
La primera orden ejecutiva sobre inmigración desató el caos en decenas de aeropuertos dentro del país mientras que funcionarios de Seguridad Nacional trataban de interpretar cómo se implementaría la medida presidencial.
Esto ocasionó que viajeros de estas nacionalidades permanecieran retenidos y se les prohibiera el ingreso en el país a pesar de contar con residencias permanentes, por ejemplo.
La orden se convirtió en objeto de una disputa legal, finalmente se suspendió por un juez federal en el estado de Washington y fue mantenida por una corte federal de apelaciones.
Nuevas acciones legales
Esta nueva orden incluye cambios significativos con respecto a la medida original, señaló el corresponsal de la BBC en Washington, Anthony Zurcher.
Para tratar de evitar parte de la confusión que generó la primera, en esta ocasión se aclara que no afecta a residentes permanentes y a ciudadanos con visados válidos.
"Aquellos que tengan residencias permanentes, temporales o visas existentes podrán venir al país", dijo Zurcher.
Sin embargo, el reclamo de que la orden tiene un tinte de discriminación religiosa continuará presente, indicó el corresponsal.
"Creo que veremos iniciarse otra pelea legal que se seguirá concentrando en el tema religioso, ya que los seis países en la lista son de mayoría musulmana".
Varias organizaciones de derechos civiles y autoridades ya se han pronunciado en contra de la nueva medida, a la que han apodado "Veto a los musulmanes 2″.
El fiscal general del estado de Nueva York, Eric Schneiderman, anunció en un comunicado que está listo para tomar acciones legales contra el gobierno del presidente Trump.
"La Casa Blanca pudo haber hecho cambios en la prohibición, pero el intento de discriminar a los musulmanes continúa siendo claro", señaló la máxima autoridad judicial en ese estado.
"Mi oficina está revisando con detalle la nueva directiva, y estoy listo para litigar —nuevamente— con el objetivo de proteger a las familias, instituciones y la economía de Nueva York".
Mientras tanto, el Comité árabe-estadounidense contra la discriminación (ADC, por sus siglas en inglés) ha pedido donaciones para los juicios que podrían avecinarse.
"La suspensión es sobre xenofobia e islamofobia", le dijo la organización a la BBC en un comunicado.
"La nueva orden tendrá el mismo efecto sobre nuestra comunidad que la primera, y ADC continuará brindando ayuda legal a aquellos afectados".
Y la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) expresó en su cuenta de Twitter: "La libertad religiosa está consagrada en nuestra Constitución y esta nueva prohibición sigue siendo inconstitucional".
El Centro Nacional de Leyes de Inmigración (NILC, por sus siglas en inglés) insistió en que la prohibición de viaje "permanece con errores fundamentales".
"Nuestro mensaje al gobierno de Trump, antes y ahora, es este: nos vemos en tribunales", anunció la organización en un comunicado.