"Ahora mismo, el extendido abuso de nuestro sistema de inmigración está haciendo que los trabajadores de Estados Unidos de todo nivel sean reemplazados por trabajadores traídos de fuera".
Donald Trump justificó así la aprobación este martes de un decreto presidencial en el que ordena endurecer la regulación de las visas H-1B, permiso de trabajo temporal que usan con frecuencia las empresas del sector tecnológico para contratar profesionales extranjeros.
"Es una lotería totalmente al azar, y eso está mal", dijo Trump sobre el proceso de asignación que cada año sortea unas 65.000 visas entre los solicitantes extranjeros. Otras 20,000 visas son reservadas para estudiantes de posgrado.
"Deberían ser otorgadas a los más cualificados y mejor pagados y nunca para reemplazar a estadounidenses".
Trump puso en marcha así la iniciativa a la que se refirió como "Compra estadounidense, contrata estadounidense"en un acto en una fábrica en Kenosha, población del estado de Wisconsin, una región del país en la que triunfó en las elecciones presidenciales de noviembre pasado.
Durante la campaña Trump había prometido suprimir por completo la visa H-1B al considerar que era aprovechada por las empresas para importar mano de obra barata y eso perjudica a los profesionales estadounidenses.
En la misma orden ejecutiva, Trump introduce cambios en el funcionamiento de ciertos procedimientos para incrementar las compras de productos del país en contratos del gobierno federal, en especial en el sector del acero.
"A partir de ahora la política del gobierno es promover agresivamente el uso de bienes hechos en Estados Unidos y asegurarse de que la fuerza laboral estadounidense sea contratada para hacer los trabajos", añadió.
"Proteger a nuestros trabajadores"
La orden ejecutiva instruye a las agencias federales a que sean más estrictos en la aplicación de los controles para el otorgamiento de visas H-1B.
También pide a las secretarías de Estado, Justicia, Seguridad Nacional y del Trabajo que propongan reformas al programa para prevenir fraudes y abusos con el fin de garantizar que se otorguen las visas solo a los solicitantes "más calificados o con los sueldos más altos".
"Con esta acción estamos enviando una poderosa señal al mundo que vamos a defender a nuestros trabajadores, proteger nuestros trabajos y finalmente poner a Estados Unidos en primer lugar", dijo ante decenas de trabajadores.
El número de solicitantes del programa H-1B cayó a 199.000 este año, frente a los 236.000 en 2016, según el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos.
Promesa
Durante la campaña electoral, Trump había manifestado su oposición al uso de las visas H-1B, alegando que eran usadas por grandes multinacionales para contratar y llevar a Estados Unidos a extranjeros que trabajaban por menor sueldo que sus contrapartes estadounidenses.
Sin embargo, las empresas de alta tecnología insisten en que necesitan contratar personal extranjero pues alegan que no hay suficiente personal calificado nacido en Estados Unidos para llenar las necesidades de mano de obra de su industria.
Melania Trump, la esposa del presidente, usó una visa H-1B en sus primeros días como modelo en Nueva York, según Gary O’Donoghue de la BBC en Washington.
En el sistema actual, grandes empresas tecnológicas, muchas de ellas de India, compiten por un número fijo de visas H-1B concedidas cada año, que les permiten contratar para sus operaciones en Estados Unidos a cerca de 85.000 expertos extranjeros anualmente.
Pero algunos empleados estadounidenses de empresas como Disney denunciaron durante la campaña presidencial que habían perdido sus puestos, entregados a extranjeros cobijados por esa norma migratoria y que aceptaban trabajar por menor sueldo.
Y aunque durante la campaña, Trump había pedido la supresión total de esa modalidad de visa, ahora defiende que solo sean usadas para traer a los expertos extranjeros más calificados y mejor pagados, sin que sean empleadas para socavar la estabilidad laboral y los suelos de los estadounidenses.