Alex Rodríguez, el pelotero mejor pagado del béisbol de las Grandes Ligas en Estados Unidos, fue suspendido por 211 partidos en un escándalo por el uso de sustancias prohibidas.

Fue una revelación esperada ansiosamente por los medios especializados y los fanáticos del deporte, que especularon sobre la posible sanción que recibiría este pelotero de 38 años nacido en Estados Unidos pero de origen dominicano.

El escándalo no es menor: a Rodríguez se le acusa de haber obtenido drogas para mejorar el rendimiento de una polémica clínica en Florida -un proceso que involucra a otros 12 jugadores- y durante todo el proceso en su contra incluso se llegó a mencionar la posibilidad de que lo suspendieran de por vida.

Apodado A-Rod, este tercera base ha logrado numerosas marcas dentro del diamante: tiene más de 600 jonrones en su cuenta, fue elegido el jugador más valioso de las Grandes Ligas en tres ocasiones y firmó con los Yanquis el contrato más grande en la historia del béisbol.

Pero lejos de los estadios su vida ha tenido otro cariz: ha aparecido con frecuencia en los medios amarillistas por su enredada vida personal y hace unos años admitió haber consumido sustancias prohibidas, aunque negó haberlo hecho después de 2003.

A-Rod, que no ha jugado esta temporada por lesión, nunca había sido penalizado por dopaje. Ahora se espera que apele.

Suspensión polémica

Por la misma naturaleza del escándalo y el perfil de Rodríguez, los medios deportivos en Estados Unidos han estado inundados de información y análisis sobre las posibles implicaciones de una suspensión larga no sólo para A-Rod, sino para el béisbol estadounidense en general.

Para algunos, una suspensión de por vida habría sido un mensaje contundente para erradicar el problema de las drogas del béisbol, pero otros la consideraban una medida exagerada contra un jugador calificado como una "leyenda viviente" del deporte, como escribió la cadena CNN.

Antes de la decisión, Fay Vincent, excomisionado de las Grandes Ligas, le dijo al diario USA Today que "cuanto más duro le caigan encima, mejor es para el béisbol".

Pero otras voces piensan lo contrario.

En diálogo con BBC Mundo, Rob Neyer, editor nacional de béisbol de la página especializada SB Nation, opina que "suspender a los jugadores de por vida cuando fallan en una prueba es un castigo más duro de lo necesario".

El analista agrega que el mensaje que envían las autoridades deportivas, "no solo con su suspensión sino con la de otros, es que están hablando en serio. Y han hablado en serio durante varios años ya".

Desde hace cerca de una década está en marcha un programa para poner fin al uso de sustancias prohibidas en el béisbol en Estados Unidos, que es un problema de vieja data.

Otros casos

Alex Rodríguez

Rodríguez es uno de los jugadores más populares de las Grandes Ligas.

Al hablar sobre la suspensión de este lunes, Rob Neyer agrega que "esta no sería una gran historia si Alex Rodríguez no estuviera involucrado".

Y aunque el jugador de origen dominicano es indudablemente la mayor figura afectada por el escándalo, otros 12 peloteros fueron suspendidos por 50 partidos y aceptarán la medida punitiva sin apelar.

La lista de los jugadores la encabezan los dominicanos Nelson Cruz (Vigilantes de Texas) y Johnny Peralta (Tigres de Detroit), así como el nicaragüense Everth Cabrera (Padres de San Diego), que participaron en el Juego de las Estrellas de 2013.

Otros jugadores penalizados fueron el relevista Antonio Bastardo (Filis de Filadelfia), Jordany Valdespín (Mets de Nueva York) y el lanzador dominicano Faustino de los Santos.

Días antes, el jugador de los Cerveceros de Milwaukee Ryan Brown también fue suspendido, por el mismo tema, por el resto de la temporada 2013.

Los deportistas han estado involucrados en el llamado escándalo Biogénesis, que toma su nombre de una clínica de anti-envejecimiento ya clausurada en Coral Gables, Florida, donde fueron acusados de obtener drogas para mejorar el rendimiento.

La liga de béisbol de Estados Unidos (MLB, por sus siglas en inglés), demandó a Biogénesis en marzo por la supuesta entrega de sustancias prohibidas.