Niños y adolescentes se reúnen en La Colmenita después de las clases.

Cuando suena el timbre de las escuelas en el barrio del Vedado, en La Habana, un grupo de niños no se va directamente a casa sino a un colorido edificio. Ahí pasan horas ensayando.

La actuación, la música y el baile incluso ha llevado a algunos de ellos a México, España y Estados Unidos.

Lo peculiar de esta escuela es que no fue creada, como la mayoría, por el Partido Comunista de Cuba, sino por un ciudadano particular.

Y "La Colmenita" aparece como un ejemplo de organización social exitosa que no depende directamente del Estado.

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